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Una carta revela que Petro buscó apaciguar la tensión con Estados Unidos: “No tenía la intención de señalar a nadie”

El presidente colombiano aclaró en la misiva, fechada el 23 de junio, que no buscaba “señalar a nadie de manera personal”, luego de sus declaraciones en Cali en las que mencionaba a Marco Rubio con relación a un posible golpe de Estado

El 23 de junio, antes de que las tensiones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos se hicieran públicas, con la llamada de consultas de sus respectivos embajadores, el presidente colombiano, Gustavo Petro, buscó bajar el tono. Así lo refleja una carta que envió ese día a su homólogo estadounidense, Donald Trump, en la que aclara que cualquier expresión suya que hubiera sido interpretada como una acusación directa sobre la participación de su Gobierno en un supuesto golpe de Estado en Colombia, “no tenía la intención de señalar a nadie de manera personal ni de cuestionar sin fundamentos el papel de los Estados Unidos”. Aunque la carta no lo menciona directamente, se refiere al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, a quien Petro había apuntado en un discurso dado ante una plaza pública repleta, en Cali, el pasado 11 de junio.

“Dice un presidente vecino que Marco Rubio está organizando un golpe de Estado contra mí”, aseguró Petro ese día, ante un público exultante. “Y sé que cierta persona líder de la extrema derecha en Colombia ha estado hablando con el secretario de Estado, y también sé que hay una grabación por allí, que le puse a escuchar a la fiscal general de la Nación en donde cierto dirigente de extrema derecha de Colombia, que no es [Álvaro] Uribe, ojo, está aliado con el narcotráfico, buscando que gentes y fuerzas en Colombia, gremiales, y en Estados Unidos, produzcan un golpe de Estado en Colombia”, añadió, en una alusión a los audios que luego fueron revelados por EL PAÍS, a finales de junio, en los que se escucha al excanciller Álvaro Leyva decir que buscaba apoyos en Estados Unidos para hacer caer al presidente de Colombia.

La carta revelada por Caracol Radio y enviada el 23 de junio, en la que Petro invitaba al diálogo ―“Mi intención no es cerrar puertas, sino abrir caminos para una conversación honesta y respetuosa entre nuestros países”, dice― no logró sembrar la calma suficiente para amainar la crisis que se derivaría tras la publicación de dichos audios. En estos, se escucha a Leyva asegurar que se ha reunido con Mario Díaz-Balart y Carlos Antonio Giménez, dos congresistas republicanos de la Florida y cercanos al secretario Marco Rubio. Los dos legisladores han rechazado hacer parte del plan de golpe de Estado, mientras que en los últimos días el mismo presidente colombiano ha buscado desvincular del asunto a Rubio: “Lo peligroso no fue el secretario de estado de EEUU: Marco Rubio, que no estuvo metido realmente”, dijo Petro a finales de la semana pasada, en la posesión del nuevo magistrado de la Corte Constitucional.

El foco de las acusaciones del presidente colombiano sigue siendo Álvaro Leyva. Petro se ha mantenido en que “hay un golpe en flagrancia”, y le ha pedido a la justicia de Estados Unidos que lo investigue. En respuesta a la tensión, el pasado jueves Rubio anunció la decisión de su país de llamar a consultas a su embajador interino en Bogotá, por las que considera las “declaraciones infundadas” del Gobierno de Colombia. El presidente Petro respondió de forma recíproca e hizo lo mismo con el embajador colombiano en Estados Unidos, Daniel García Peña. Pese a su intento de acercamiento, no logró, como lo planteaba en su carta, “pasar la página de los malentendidos y mirar hacia adelante”.

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