Carta a un joven citadino: sobre Galeras, cuadro vivo de la humanidad
El Festival de la Algarroba de este municipio sucrense ofrece música de gaita, cumbia, artesanías, cocina tradicional y más de un centenar de ‘Cuadros Vivos’, manifestación cultural declarada en diciembre como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO
Amado José María:
Llegué a esta “tierra colorá” a la 1 de la tarde. Rosmayra Armesto Acosta, la secretaria de Cultura, me fue a recoger al aeropuerto de Corozal, junto con Rafa Vega Pallares, que manejaba la camioneta del alcalde de Galeras. Paramos a comer unos patacones -había uno con forma de corazón y me acordé de ti. También por el jugo de corozo que se tomó Rosmy, que nos encanta.
Como te conté esta mañana cuando me llamaste viajé a Galeras porque mi jefe, el ministro Juan David Correa Ulloa, me pidió que lo representara. Los viajes son importantes porque, como tú y yo hemo...
Amado José María:
Llegué a esta “tierra colorá” a la 1 de la tarde. Rosmayra Armesto Acosta, la secretaria de Cultura, me fue a recoger al aeropuerto de Corozal, junto con Rafa Vega Pallares, que manejaba la camioneta del alcalde de Galeras. Paramos a comer unos patacones -había uno con forma de corazón y me acordé de ti. También por el jugo de corozo que se tomó Rosmy, que nos encanta.
Como te conté esta mañana cuando me llamaste viajé a Galeras porque mi jefe, el ministro Juan David Correa Ulloa, me pidió que lo representara. Los viajes son importantes porque, como tú y yo hemos hablado, en este Gobierno amamos compartir con la gente que vive en la ruralidad: campesinas, pescadores, artesanas, músicos, tejedoras, gestores, hacedoras y sabedores de las riquísimas culturas que hay en Colombia. Tenemos la certeza de que son ellos y ellas quienes preservan las tradiciones ancestrales, y cuidan con esmero nuestros territorios y nuestra biodiversidad para las futuras generaciones. Es la gente sencilla y cálida de este “País de la belleza” quien salvaguarda las manifestaciones patrimoniales que nos llenan de orgullo, como los Cuadros Vivos de Galeras y su Festival de la Algarroba.
No sé si recuerdas, José María, algo muy especial que te conté del viaje a Asunción (Paraguay) y que sucedió el 4 de diciembre pasado. Fue un día histórico para Galeras, para Colombia y para el mundo entero. Estábamos en el Centro de Convenciones de la Conmebol, en la COM19 de la UNESCO, que es la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Había casi 200 delegaciones de todos los países del mundo. La la nuestra, la de Colombia, representada por el maestro Ciro Iriarte, José Luis Galé, Gladys Pallares, María del Rosario Romero, Katherine Cardoso y Tatiana Narváez, portadores y guardianas de las tradiciones galeranas. Por parte del gobierno estábamos el embajador en Paraguay, Juan Manuel Corzo; la embajadora ante la UNESCO, Laura Guillem; la Gobernadora de Sucre, Lucy García; el Alcalde de Galeras, Javier Castro; la Secretaria de Cultura de Galeras, Rosmayra, de quien ya te hablé; Fernando Suárez, de la Cancillería; y por nuestro ministerio, María Virginia Rodríguez y yo.
Varios países postulaban manifestaciones culturales: trajes y platos típicos, músicas, instrumentos, técnicas constructivas y bailes tradicionales. Estábamos frente a un derroche de ancestralidad y orgullo intercultural. A pesar de esa alegría colectiva, las delegaciones eran silenciosas y recibían sus declaratorias con mucha prudencia. Cuando las autoridades de la UNESCO mencionaron la de Colombia y sus Cuadros Vivos, como buenos caribe, formamos una bulla que duró casi diez minutos. Distintas delegaciones se acercaron a felicitarnos con aquel entusiasmo contagioso. Fue uno de los días más felices de nuestras vidas porque recibimos la noticia de que los Cuadros ahora son parte de la herencia cultural del mundo entero. En la misma plaza de Galeras desde donde te escribo esta carta, la gente seguía la transmisión en vivo en una pantalla gigante, lloraba, se abrazaba, saltaba… Mejordicho, el regocijo trascendió las fronteras de ida y vuelta.
Recibir este reconocimiento, querido hijo, es un ejemplo para Colombia entera y para ustedes, adolescentes y jóvenes. El país tiene mucho que aprender de las y los galeranos. No solo por el reconocimiento en sí, también por lo que éste representa: me refiero al esfuerzo colectivo, la unidad a pesar de las diferencias, la resolución de conflictos, el trabajo incansable. Porque han sido muchos, muchos años en los que la comunidad de Galeras liderada por artistas, maestros, maestras, antropólogas, escritores, gestoras culturales, portadores de estas tradiciones de todas las edades junto con servidores y funcionarias públicas del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes que aman esta tierra, han hecho el trabajo juicioso de reunirse, analizar esta manifestación, y reflexionar sobre sus potencialidades y sus amenazas. Han invertido dinero y muchas, muchísimas horas debatiendo, consensuando, escribiendo y reescribiendo los documentos que les han permitido cumplir todos los pasos que hay que dar en este proceso, que son muchos y muy complejos.
A esta declaratoria, hay que decir, le precedió la de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, en diciembre de 2013. Es decir, los Cuadros Vivos tienen dos declaratorias: una nacional y otra internacional. Ambas, como te explico, se han logrado gracias al trabajo en equipo, al esfuerzo colectivo, a la voluntad política y a las ganas de sacar los procesos adelante. Y, sobre todo, al inmenso amor por un arte que iniciaron las y los ancestros de quienes han hecho parte de estos largos y exigentes procesos. Porque, hijo mío, no hay galerano ni galerana al que no le corra por la sangre esta hermosa tradición. Desde las personas más mayores hasta las más pequeñas participan, todos los años y lo largo de los doce meses, en distintas celebraciones donde siempre, siempre, hay un Cuadro Vivo.
Esta manifestación patrimonial, además de su belleza, tiene unas “hermanas” que vas a conocer en el próximo Festival al que voy a traerte. Me refiero a la música de gaita, una de las tantas maravillas sonoras producto del mestizaje indígena y afro que se ha transmitido de generación en generación, y a uno de los bailes más significativos del Caribe: la cumbia, que también es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación desde 2022. Escucharás en el Festival a los decimeros, que cantan sus sentires, sus historias cotidianas, en estrofas compuestas por diez versos de ocho sílabas que siempre riman entre sí; y los cantos de vaquería que se componen mientras sucede la trashumancia del ganado hacia la ciénaga. Aquí en Galeras todo tiene una historia detrás.
Quiero que veas con tus propios ojos las artesanías en totumo, reflejo de una creatividad desbordada, como la guacharaca que tenemos en el comedor, regalo de la gobernadora Lucy cuando estuvimos en Asunción, hecha por las manos mágicas de José Luis. No me cabe duda de que te vas a deleitar con la cocina tradicional de esta tierra, que pone en valor la algarroba, el maíz, la yuca, el ajonjolí y la panela, por mencionarte solo alguno de los alimentos que hacen parte de nuestros patrimonios culturales, y que mantienen a la gente sana y con ganas de seguir creando muchos más Cuadros, mucha más música y los platos más deliciosos que puedas llegar a saborear.
Querido hijo: no veo la hora de traerte el próximo año para que experimentes la misma felicidad que he sentido estos días al compartir la magia de este festival con gente tan hospitalaria, como son las y los galeranos. Samuel Jaraba Cueto te diría “es difícil de explicar qué es un Cuadro si no ve en vivo”. “Hay una emoción, un impacto que genera”, añadiría el profe Toño Suárez. Eso sí, tienes que traer tenis porque “si no te pisaron ni te empujaron, no viste los Cuadros Vivos”, te advertiría Jhon Arroyo o cualquiera de las hermanas Hernández en cuya casase arman exquisitas tertulias sobre el arte, la cultura y los patrimonios galeranos durante el Festival. Quiero traerte, querido hijo, para que, en palabras del maestro Iván Medina, te sumerjas en “el océano cultural que es Galeras, con sus mares de gente que inundan las calles”, cada enero. Te aseguro que el próximo año vamos a vivir una aventura que se quedará impregnada en nuestros corazones y nos hará recordar el tiempo compartido en Galeras como unos de los más significativos de nuestras vidas.
Con amor,
Mamá