Gustavo Petro visita Haití en medio de la crisis de seguridad en Colombia

El presidente refuerza la cooperación con la nación caribeña con un viaje lleno de valor simbólico, mientras en su país se espera su decisión sobre el estado de excepción

Gustavo Petro, presidente de Colombia y Leslie Voltaire, presidente del Consejo de Transición (CPT) de Haití, en Jacmel (Haití), el 22 de enero de 2025.Marckinson Pierre (REUTERS)

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha cumplido este miércoles con una visita a Haití, en medio las aguas picadas en las que se encuentra su país. Durante el viaje oficial, el primero de un jefe de Estado a la nación caribeña en cinco años, se vivía una ola de violencia entre grupos ilegales en la región del Catatumbo, que lo había llevado el lunes a declarar el estado de conmoción interna por primera vez en 16 años ―aunque de momento no se conoce el decreto―. Al mismo tiempo, el Ministerio de Relaciones Exteriores se encuentra en pleno cambio de guardia, con la salida del hasta ahora canciller, Luis Gilberto Murillo, y la llegada de Laura Sarabia, y en medio de una situación delicada con Venezuela. Además, sigue presente el episodio del asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse en julio de 2021, por el cual son acusados 17 exsoldados colombianos. En ese contexto de tensión en varios frentes se cumplió su visita.

Petro llegó a las cuatro de la tarde, aunque lo esperaban a las 10 de la mañana. Voló a Santo Domingo (República Dominicana) y luego a la sureña ciudad de Jacmel, ya en Haití, simbólica por su pasado. Allí lo recibieron Leslie Voltaire, jefe del Consejo Presidencial de Transición (CPT, el Gobierno interino del país) y Edgard Leblanc Fils, quien ocupó ese cargo hasta octubre pasado.

El encuentro estaba enmarcado por el vínculo histórico entre los dos países que el mandatario colombiano ha resaltado con frecuencia: tras liberarse del yugo francés, a inicios del siglo XIX, Haití apoyó la causa de la independencia sudamericana. El lugar de la visita, que duró tres horas, resalta ese mensaje: la ciudad portuaria fue hogar de paso de Francisco de Miranda y de Simón Bolívar, quienes desde sus costas lanzaron movimientos de independencia que culminaron con la libertad de todo el norte de Sudamérica.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Jorge Rojas, tras llegar a bordo de una aeronave militar colombiana para preparar la visita presidencial, dijo: “Haití fue el primer país en América en liberar a los esclavos, el segundo en lograr su independencia en el continente y Alexandre Pétion fue el primer general haitiano que apoyó a Bolívar en consolidar la liberación de Colombia del yugo español”. Ese marco se impuso sobre el más reciente y más negativo: Haití está sumido en una crisis de seguridad, humanitaria y política desde el magnicidio del presidente Moïse. La agenda, además de la reivindicación de la historia distante, tenía como objetivo explícito fortalecer las relaciones y la cooperación bilateral en áreas como el comercio, la educación, la seguridad y la ayuda humanitaria.

En Jacmel, Petro visitó lugares históricos, como la plaza Simón Bolívar y se trasladó al Ayuntamiento. Con la ciudad decorada con banderas colombianas y carteles alusivos a la visita ―que generó gran expectativa en un país que no suele recibir jefes de Estado―, miles de personas lo esperaban en las calles. Petro y Voltaire sostuvieron una reunión bilateral y encabezaron un consejo binacional de ministros. Ambos gobiernos firmaron un protocolo de cooperación bilateral que abarca diversos temas, y planean otros más. ”Estamos trabajando con el Gobierno de Haití en siete acuerdos de cooperación”, escribió el viceministro Rojas Rodríguez, una de las personas más cercanas a Petro y defensor de la cooperación sur-sur.

Las autoridades haitianas aseguran que la experiencia de Colombia con los grupos armados ilegales puede servirles como experiencia. También esperan adquirir armas fabricadas por la empresa estatal colombiana Indumil para sus fuerzas de seguridad, que se encuentran en una situación crítica. Destacan el nuevo puerto que inauguraron oficialmente la semana pasada en el sur del país, un proyecto que afirman que puede abrir el comercio entre ambas naciones.

Voltaire y su equipo no escatimaron esfuerzos en la preparación de la visita de un jefe de Estado, un acontecimiento inusual en el país. Durante semanas, la novena ciudad de Haití por población se benefició de un cambio de imagen. Las calles, usualmente llenas de basura, fueron limpiadas por primera vez en años. Además, las oficinas estatales reabrieron, volvió la electricidad tras tres años de ausencia y los hoteles recibieron a sus primeros huéspedes en meses.

Según informes oficiales, el Gobierno invirtió más de 3,8 millones de dólares en la visita, incluyendo la ampliación de la corta pista de aterrizaje del aeropuerto para acomodar la llegada de Petro el miércoles por la mañana. En el futuro, podrá recibir aviones con capacidad para 40 pasajeros, todo un avance para la ciudad, de unos 200.000 habitantes.

Un magnicidio, la tensión entre ambas naciones

En Puerto Príncipe, la capital haitiana, el proceso judicial en torno al asesinato del presidente Moïse continúa con extrema lentitud. Los exmilitares colombianos han apelado la acusación. Tras posponerse una audiencia la semana pasada, este lunes comparecieron en el tribunal con su abogada. Ese mismo día, el saliente canciller de Colombia, Luis Gilberto Murillo, daba a conocer su renuncia. En un comunicado conjunto en redes sociales, las familias de los detenidos solicitaron ese día a Murillo y a su sucesora, Laura Sarabia, apoyo para sus seres queridos.

En el mensaje se lee: “Con el corazón en la mano, les imploramos, en el proceso de entrega del cargo de canciller, que consideren como una prioridad y como una necesidad humanitaria la difícil situación de nuestros familiares, militares retirados, injustamente detenidos en Haití”. También dice: “Pedimos que los esfuerzos que se están realizando continúen con la misma firmeza y dedicación, confiando en que llegarán a una buena conclusión y devolverán la esperanza y la justicia a nuestras familias”.

Sin embargo, no todos desean ese final. Joverlein Moïse, hijo del asesinado presidente, señaló a la audiencia como una artimaña. Dirigió sus comentarios a la abogada defensora, Natalie Dérisca. ”¿Qué libertad?”, preguntó en X, declarando que los colombianos deberían permanecer en prisión hasta el fin del proceso. “Cualquier otra decisión es un insulto para cada haitiano y para nuestra soberanía”.

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