Colombia busca la captura internacional del canadiense Jesse Gilbert Wiseman por un feminicidio en Medellín

El cuerpo de Laura Lopera, de 20 años, fue encontrado el pasado sábado dentro de una maleta en el apartamento que alquilaba su pareja. El hombre de 50 años se escapó a Guatemala

Jesse Gilbert Wiseman en una imagen de sus redes sociales.Jess.Wiseman.247 (Facebook)

El sábado 10 de febrero el cuerpo de Laura Lopera, de 20 años, fue encontrado dentro de una maleta en un apartamento del barrio Boston, en Medellín. Allí residía desde hacía cuatro meses su pareja, Jesse Gilbert Wiseman, un hombre de 50 años de la provincia canadiense de Nueva Escocia. Un día antes del hallazgo, Wiseman se había fugado a Guatemala. Su paradero se desconoce. Cuenta con una circular azul de la Policía Nacional desde el sábado, según ha expli...

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El sábado 10 de febrero el cuerpo de Laura Lopera, de 20 años, fue encontrado dentro de una maleta en un apartamento del barrio Boston, en Medellín. Allí residía desde hacía cuatro meses su pareja, Jesse Gilbert Wiseman, un hombre de 50 años de la provincia canadiense de Nueva Escocia. Un día antes del hallazgo, Wiseman se había fugado a Guatemala. Su paradero se desconoce. Cuenta con una circular azul de la Policía Nacional desde el sábado, según ha explicado el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez. Este martes, la Fiscalía General de la Nación confirmó, según Blu Radio, que pedirá una orden de captura en su contra. Mientras las autoridades nacionales e internacionales buscan al canadiense, los detalles de la relación y de la vida de Lopera han ido saliendo a la luz. Tal vez el más desgarrador es que el feminicidio dejó huérfana a su hija de tres años, María Camila.

La directora de la Fiscalía en Medellín, Yiri Milena Amado, aseguró este martes a medios locales que el crimen fue clasificado como un feminicidio, el cuarto del año en la capital antioqueña. “La investigación da cuenta por lo que nos dijeron las declaraciones, su entorno familiar y de amigos que esta persona era celosa y que de alguna manera sí ejercía actos de violencia contra la mujer”, explicó. Las pruebas y los testimonios de los familiares son contundentes.

El hermano de Laura, Juan Manuel Lopera, contó este lunes en Noticias Caracol que la mujer había terminado la relación tres semanas antes de su muerte. “No quería nada más con él. El hombre volvió y la buscó y, no sé por qué, ella volvió y cayó en las garras de él sabiendo cómo era el tipo. Ella se guardó muchas cosas, no las quiso decir”, recordó. Aunque ella no lo expresó abiertamente, los que la conocían sabían que Lopera no estaba bien. Una amiga de ella, Sara García, reveló en un reportaje publicado este lunes por el noticiero Canal 1 que Lopera le tenía miedo a Wiseman. “Ella como que se despidió de mí, porque me dijo que si algo le pasaba, que no dejara solo al hombre con María Camila [la hija de Laura]. Siempre me decía: ‘yo quiero que usted sea la madrina de Camila. No la deje sola’”, rememoró entre lágrimas.

En el mismo reportaje, el abuelo de Lopera, que residía con ella en el barrio Robledo, dice que Wiseman “no la dejaba salir [del apartamento] donde él vivía”. Explica que su nieta se comunicaba con el canadiense a través de su teléfono móvil, ya que “ella no tenía celular en el momento”. Justamente, en el aparato del abuelo quedó grabado un audio que el canadiense le envió a Lopera el 2 de febrero, en el que se le escucha alterado. “Te dije venga y hablemos, y resolver los problemas. Estoy puto enojado contigo. No me escuchas, debes escucharme. Venga y vamos a resolver todo. ¡No me hablas por puto WhatsApp! Y queja y queja. Bla, bla, bla. Párate”, grita en un español más o menos inteligible.

Ese fue el último día en el que el abuelo la vio: “Yo estaba pintando la casa. Ellos, con el celular mío, tuvieron un rato de conversación”. Su nieta salió, cuenta él, presuntamente a encontrarse con Wiseman. Nunca más volvió.

Una semana después, el 10 de febrero, la propietaria del Airbnb en el que se hospedaba el canadiense notó olores sumamente fuertes que emanaban de la vivienda. Preocupada, le escribió a Wiseman, que le contestó que había tenido que salir del país debido a una emergencia y que el hedor probablemente se debía a basura que había dejado. Poco después, la propietaria entró al apartamento y encontró el cuerpo de Lopera en una maleta.

“Dejó una familia destruida”

Laura Lopera vivía en una casa en la zona noroccidental de Medellín con su madre, Gloria Helena Osorio, su hermano, su abuelo y su hija pequeña. Trabajaba confeccionando ropa y estaba terminando su bachillerato. Había conocido a Wiseman el año pasado por una aplicación de citas y empezaron una relación.

Ahora, su familia espera que la Justicia haga su trabajo. Amado, directora de la Fiscalía de Medellín, asegura que lo están buscando, pero que cree que ha sumado miles de kilómetros en su fuga. “Ya se le está haciendo la trazabilidad para poderlo ubicar. Lo que se sabe inicialmente es que salió hacia un país de Centroamérica, pero parece que se desplaza hacia otro país de Europa”, afirmó.

Osorio, la madre de Lopera, no puede creer que esto haya pasado. “No, es que en mi cabeza no, Gloria Helena no, Gloria Helena no (sic)”, dice, vestida de luto, en el reportaje de Canal 1. Es un video difícil de ver. “Dejó a una niña huérfana. Dejó una familia destruida”, se lamenta. Llora tan fuerte que le cuesta hablar.

Turismo sexual en Medellín

Medellín, un popular destino para el turismo sexual, suma la segunda aparición del cuerpo de una mujer asesinada dentro de una maleta en tan solo dos semanas. El 30 de enero, Sebastián Villegas se entregó a las autoridades por el feminicidio de Isabella Mesa Sánchez, de 19 años. Poco después, las autoridades hallaron su cuerpo dentro de una maleta en el apartamento de Villegas, en el barrio Doce de Octubre.

Los turistas también han sido víctimas de la violencia, que muchas veces acompaña el turismo y la explotación sexual. A principios de enero, la Embajada de Estados Unidos alertó a sus ciudadanos de no usar varias aplicaciones de citas en Medellín —entre las más conocidas están Tinder, Bumble y Grindr—, después de que ocho hombres norteamericanos perdieran la vida allí en los dos meses anteriores en circunstancias diversas y extrañas. No había evidencia de un vínculo entre los casos, pero sí un factor que se repetía: varios de ellos habían salido en sus últimas horas de vida con personas que conocieron a través de aplicaciones de citas. “Numerosos ciudadanos estadounidenses han sido drogados, robados e incluso asesinados por sus citas colombianas”, se lee en la alerta.

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