Fortaleza debuta en primera división sin estadio ni abonados pero con millones de ‘likes’
Un grupo de inversores convierte a un modesto club bogotano en un proyecto futbolístico viable y un fenómeno en redes sociales con el quinto mayor número de interacciones
Cada partido del club Fortaleza, recién ascendido a la primera división del fútbol colombiano, deja pérdidas monetarias. El plantel bogotano no tiene campo propio. Tampoco abonados. Y entre los gastos en arriendo de estadios cuando juega de local, o los contratos en servicios de ambulancia y otros asuntos de logística, los costes de operación ascienden hasta los 25 millones de pesos (unos 6.500 dólares). Una cifra aún lejana para equilibrar el flujo de caja con un recaudo por taquilla que deja máximo 10 millones (unos 2.500 dólares). Su historia, sin embargo, continúa tejiéndose y el corazón d...
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Cada partido del club Fortaleza, recién ascendido a la primera división del fútbol colombiano, deja pérdidas monetarias. El plantel bogotano no tiene campo propio. Tampoco abonados. Y entre los gastos en arriendo de estadios cuando juega de local, o los contratos en servicios de ambulancia y otros asuntos de logística, los costes de operación ascienden hasta los 25 millones de pesos (unos 6.500 dólares). Una cifra aún lejana para equilibrar el flujo de caja con un recaudo por taquilla que deja máximo 10 millones (unos 2.500 dólares). Su historia, sin embargo, continúa tejiéndose y el corazón de sus pocos seguidores se forjará el próximo curso frente a históricos como Millonarios, Nacional o América.
El Deportes Tolima será el rival del debut el próximo 20 de enero en la calurosa Ibagué. Una fecha perfecta para que Santiago Montejo, responsable de comunicaciones, sorprenda con un nuevo golpe mediático. Todo comenzó en 2018, cuando los diseñadores decidieron estampar “emojis” en las dos camisetas oficiales del equipo. La decisión no tardó en saltar a las páginas de los diarios deportivos de medio mundo, donde se registró que la idea nació de una encuesta realizada a 2.000 niños que entrenan en las canteras del club. “Fue una forma de captar el apoyo de los usuarios de las redes sociales a través de un lenguaje digital”, explica Montejo.
Hoy el equipo está en el octavo lugar en número de seguidores en X dentro de los clubes del fútbol colombiano. Y a comienzos de 2022 llegó al quinto escalafón en número de interacciones en redes sociales, según el ránking de la publicación especializada Deportes y Finanzas: “Ese logro es muy importante. Porque una cosa son los seguidores, pero otra es la frecuencia con las redes donde interactuamos, comentamos o damos reacciones”, añade Montejo. Toda una proeza para un club recién fundado en 2010, en proceso de moldear su identidad, atraer hinchas y mantenerse en la A.
Por eso los guiños de mercadeo ya son un sello de la casa. En 2021 los jugadores de Fortaleza presentaron su nueva indumentaria tras saltar al césped enfundados en una capa de superhéroes y unas gafas tipo troll (todo un ícono del mundo digital). Y en 2023 lo hicieron con una bata dorada al estilo boxeador bajo la cual lucían la nueva camiseta blanca con un estampado que simulaba la musculatura de una “armadura espacial” como Robocop: “Con la bata quisimos recoger la mística del boxeo y también la que le pusieron a Messi cuando ganó el mundial de Qatar. Por eso escogimos el borde dorado”, prosigue Montejo.
Pero el éxito deportivo de ningún equipo de fútbol en el mundo ha dependido nunca de la publicidad. Detrás del proyecto se halla una decena de inversores que el año pasado se hicieron con el control tras adquirir la totalidad de las acciones del club. La cabeza visible es el exfutbolista, empresario y representante de jugadores Lucas Jaramillo. Su propuesta es estructurar una entidad con los niveles más altos de transparencia, organización y gestión deportiva. Una tarea que comporta múltiples retos en medio de un terreno tan farragoso como lo es el fútbol colombiano.
Para nadie es un secreto que las redes de apuestas, el amaño de partidos o el lavado de dinero del narco están a la orden del día, incluso en las desérticas graderías de la segunda división. No sobra recordar que a principios de los años 80 el club América de Cali estuvo a punto de fichar a Maradona y que las arcas de otras entidades como Millonarios o Atlético Nacional funcionaron como caja B de los carteles del narcotráfico. Hoy resulta mucho más difícil discernir quién es quién en el organigrama de los equipos. No obstante, aún se ven imágenes, como la del dudoso gol de Unión Magdalena contra Llaneros en la final de 2021, que compromete cualquier esperanza de ganar credibilidad.
Andrés López, administrador de empresas y accionista de Fortaleza, subraya que la travesía desde que llegó en 2018 al club ha sido tan compleja como gratificante: “Con ser decente y hacer las cosas limpias ya se hace diferencia. Yo no digo que todos los clubes sean sucios, pero, en general, sigue siendo una industria poco vigilada y poco convencional”. ¿Cómo se sostiene la operación? “El componente de ingresos del club tiene tres pilares recurrentes. Lo que entra por Dimayor (División Mayor del Fútbol Colombiano), que proviene del recaudo por derechos de televisión o patrocinios. Segundo, los patrocinios del club. Tercero, los ingresos por nuestras escuelas de formación”, explica López.
La academia de Fortaleza funciona en una sede campestre en la periferia de Bogotá y acoge a más de 1.600 niños que tienen la opción de entrar al colegio de Fortaleza. Una institución diseñada para chicos que buscan compaginar sus estudios con énfasis en el deporte. Otra fuente de recursos son las transferencias de jugadores: “Pero es muy variable. Un año puede dejar más plata que la operación anual y al siguiente dejar en déficit al club si no se da ni una operación a otro equipo. Por eso yo la saco del balance operacional”, recuerda López.
Fortaleza ha decidido conservar el 80% de su nómina intacta para encarar el primer semestre de 2024. Será la tercera vez que compita en primera, donde ya tuvo pasos fugaces en 2014 y 2016 sin conseguir mantener la categoría. El siguiente paso, además de consolidar una buena campaña y obtener beneficios, es forjar la identidad del club. Un buen punto de partida sería averiguar de dónde sale el nombre. Y el único que conoce la historia, quizás, es el presidente, accionista y exdirector técnico, Carlos Barato. La secuencia es la siguiente. El exfutbolista Ricardo Gato Pérez y Víctor Manuel López, un adinerado empresario del medio transportador, compraron en 2010 la ficha de un modestísimo club ahogado entre deudas llamado Atlético Juventud Girardot. La adquisición incluía los terrenos donde se entrenaban en la vía Suba-Cota, al norte de Bogotá.
De esta forma, el Atlético Juventud Girardot dio paso al nuevo Fortaleza F.C. en 2011. La infraestructura de la sede deportiva, donde el portón de entrada y otros rincones aspiraban con escaso acierto a imitar aspectos de la arquitectura medieval, dieron nombre al nuevo equipo. Hoy los responsables de comunicación han cambiado el antiguo torreón del escudo por un puño que centra el mensaje en la “virtud humana y la emoción de la celebración. Nosotros trasladamos la fortaleza al gesto humano de apretar el puño como expresión de victoria”, argumenta Montejo.
¿Quién irá al estadio a ver a Fortaleza en primera? ¿Dónde podría reclutar a su afición? ¿En cuál estadio? Son algunos de los acertijos que rondan por estos días en la cabeza de los directivos. “A todos los niños afiliados y jugadores afiliados les damos boletas”, explica el administrador del club, Francisco Serrano, “La idea es que empiecen a llevar a sus acompañantes, a su familia más cercana. Cuando hemos traído más gente pueden haber llegado unas 2.000 personas y en otros partidos no tan atractivos a lo mejor llegan 500″.
Otro problema es que la afición capitalina ya divide su fidelidad entre los tradicionales Millonarios y Santa Fe. O por una escuadra más nueva, pero con estadio propio y un carácter popular bastante definido, como La Equidad. Santiago Montejo recuerda una de las fórmulas empleadas para acercar aficionados: “Nosotros nos inventamos el concepto de ‘hinchas miti-miti’. La idea ha sido invitar a los aficionados de otros equipos al estadio, con sus propias camisetas, pero para apoyar a Fortaleza”.
Sin embargo el mismo Montejo es consciente de que su idea será más compleja de ejecutar en la primera categoría. Dentro de las posibilidades que se han sondeado también está la de trasladarse a una ciudad cercana como Zipaquirá: “Es solo un ejemplo. Pero en un municipio cercano, con un estadio admisible para partidos profesionales, donde ya se puede echar raíces, se pueden ejecutar estrategias con la población. Empezar a cautivar a los hinchas”, asegura Andrés López.
Lo normal sería pensar que el equipo encontrará su nicho. Y para ello Santiago Montejo ya tiene algo en mente: “El próximo 20 de enero vamos a llegar con un semblante como de niño nuevo al salón. El estudiante que tiene los sueños frescos en la cabeza, con la ilusión intacta de que cada paso en primera división es una novedad y el objetivo es la permanencia”.
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