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Muere Danilo Villafañe, el líder arhuaco al que escuchaban todos los políticos

El activista indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta se ahogó este lunes tratando de salvar a dos jóvenes cerca de Palomino. “Defendiendo la vida murió”, lamentó el presidente Petro

Danilo Villafañe, activista indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta, en una foto de archivo. Cortesía

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La Sierra Nevada de Santa Marta está de luto. Danilo Villafañe, el líder arhuaco más conocido del país, falleció este lunes tratando de rescatar a dos jóvenes que fueron arrastradas por las corrientes del mar a la altura de Perico Aguao, una zona limítrofe de Santa Marta y Mingueo, en el Caribe colombiano. Además del gobernador del cabildo arhuaco, falleció Erika Izquierdo, una adolescente indígena, de 15 años. Los cuerpos de los miembros de esta comunidad indígena fueron llevados hasta Katanzama, el centro de pensamientos de los arhuacos, para darles el último adiós. Gunna Chaparro, la esposa de Danilo, aún no asimila lo sucedido. “Danilo se metió al mar sin pensarlo para cuidar a los demás. Él era así, eso lo definía”, cuenta por teléfono. “Mi marido no murió ahogado, murió salvando a otras personas. Se fue el rey, el rey arhuaco”, lamenta Chaparro. Villafañe deja dos hijas de cuatro y cinco años de edad.

El líder indígena, de 49 años, era una figura destacada en la lucha contra el cambio climático y la defensa de los derechos de su comunidad y los demás pueblos de la Sierra Nevada. Sin importarle el tinte político de los gobernadores, presidentes o ministros, fue uno de los principales interlocutores de quienes se preocuparon por los ecosistemas y los pueblos colombianos. Carlos Eduardo Correa, exministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, recuerda “lo mucho que aprendió con él”: “Danilo tenía una visión muy integradora. Siempre hablaba de la ‘defensa de lo nuestro’. Y tenía la habilidad de traer de la mano a todos los hermanos menores, a quienes no éramos indígenas, sino blancos, a su comunidad. Quería enseñarnos por qué tenemos que conservar sus territorios”. Correa destaca también el liderazgo “sin egoísmos” de Danilo: “Lograba sentarse con empresarios, gobernadores, otras comunidades. Se sentaba con todos porque su prioridad era defender los derechos de su comunidad. Su legado es imborrable”.

Un claro reflejo de esa visión integradora han sido las condolencias de un sinfín de políticos colombianos en redes sociales. Entre ellos, el presidente Gustavo Petro. “Nos reunimos varias veces para discutir las formas de la crisis climática en la región, la instalación de las energías limpias en el corazón de la tierra: la Sierra Nevada a la que amaba y la concreción de la línea negra”, escribió el mandatario en la red social X, anteriormente Twitter. “Defendiendo la vida murió”, zanjó.

También se pronunció Iván Duque, presidente entre 2018 y 2022, ubicado en las antípodas ideológicas de Petro. “Colombia pierde hoy un gran líder y un luchador por la conservación y preservación del medio ambiente de la Sierra y de nuestro país”. Por su parte, Álvaro Uribe, antiguo mandatario del país y jefe político de Duque, también compartió en redes sociales sus condolencias: “Duele profundamente esta noticia. Danilo era un gran líder, un gran indígena, un gran patriota. Qué vacío deja su partida”. Senadores, ministros, activistas, periodistas y amigos también han lamentado su muerte. Las redes se han inundado de memorias, despedidas y cientos de imágenes del líder sonriente, al que conocían como el “canciller de los ecosistemas”.

Fabio Arjona, director ejecutivo de Conservación Internacional y amigo de Danilo, tampoco “acaba de creer” su muerte. “Teníamos tantos proyectos juntos… Se fue repentinamente mi socio, mi sabio amigo, guía espiritual y fuente de inspiración”, lamenta. “Hace menos de una semana que hablamos para felicitarnos la Navidad y para ampliar un proceso de consolidación del territorio arhuaco”. Arjona, que lo conocía desde hace más de 30 años, no esconde su tristeza ante la pérdida de uno de los “mayores líderes” de Colombia. “Él sabía que tender un gran puente con occidente, con los blancos, era una gran forma de que su pueblo avanzara y ganara más derechos. Y lo hizo sin dejar atrás sus tradiciones y siempre de manera pacífica”.

Los arhuacos son uno de los cuatro pueblos indígenas que habitan la Sierra Nevada, un territorio sagrado para estas comunidades. Este pueblo, de aproximadamente 40.000 personas, fue desplazado de la costa, de donde eran originarios, a la montaña. Y llevan siglos en lucha pacífica para recuperar el acceso al mar, sus territorios y tratando que su cultura y cosmovisión sea reconocida y preservada. Durante el conflicto armado colombiano, fueron también muy azotados por la violencia y los cultivos ilícitos en sus territorios. El activismo de Danilo, cuentan quienes lo conocen, ha sido de los más importantes en esta reivindicación, dentro y fuera de Colombia.

Hace unas semanas estuvo en Dubái para charlar sobre su comunidad durante las jornadas de la COP28. Allí lo acompañaron su mujer y Alicia Montalvo, gerenta de Acción Climática y Biodiversidad Positiva de CAF-banco de desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe. “Siempre tenía proyectos en la cabeza y ganas de mejorar, de progresar. Aunque era muy fiel a sus tradiciones, fue un gran visionario y alguien muy moderno que supo cautivar hablando de Sierra Nevada o corazón del mundo, como él lo llamaba”.

Minutos antes de empezar su charla en Dubái, recuerda Montalvo, Danilo realizó una ceremonia con hierbas y le dijo que buscaran una matera donde sembrarlas después. “Yo sonreí y le dije que lo sembraría en el desierto, unos días después. Ahí está. Al final él tenía razón, todo acaba estando conectado con Sierra Nevada”.

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