Carlos Fernando Galán logra un resultado histórico en Bogotá

El próximo alcalde de la capital arrasa con el 49% de los votos, mientras Gustavo Bolívar, el candidato de Petro, se hunde a un tercer puesto con apenas el 19%

Carlos Fernando Galán celebra el resultado electoral en Bogotá, este domingo.Chelo Camacho

Las encuestas se quedaron cortas. Carlos Fernando Galán arrasó en las elecciones a la alcaldía de Bogotá con el 49% de los votos. En el tercer intento del político de centro, la contundencia de su victoria supone además un varapalo para Gustavo Petro y el movimiento que lo llevó al poder. El candidato del presidente, Gustavo Bolívar, se hundió hasta el tercer puesto y ni siquiera alcanzó el 20% de los apoyos. ...

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Las encuestas se quedaron cortas. Carlos Fernando Galán arrasó en las elecciones a la alcaldía de Bogotá con el 49% de los votos. En el tercer intento del político de centro, la contundencia de su victoria supone además un varapalo para Gustavo Petro y el movimiento que lo llevó al poder. El candidato del presidente, Gustavo Bolívar, se hundió hasta el tercer puesto y ni siquiera alcanzó el 20% de los apoyos. Bogotá era la única esperanza del Gobierno nacional para salvar los muebles en las elecciones locales, pero desde el comienzo del conteo se vio que este domingo la realidad electoral pasaba de largo del petrismo.

Galán logró convencer a casi uno de cada dos votantes con sus propuestas de centro derecha y cierto aire de continuismo de la labor de la alcaldesa saliente, Claudia López, a pesar de los bajos índices de popularidad de esta. La verdad es que ninguno de los dos se reconocería exactamente en el otro, pero López celebró en sus redes la victoria, en un mensaje que más bien sonó a una excusa para lanzar un nuevo ataque contra el presidente Petro. “Si querían un plebiscito, ahí lo tienen fuerte y claro”, tuiteó la alcaldesa, de la que en los próximos meses se espera que destape finalmente sus aspiraciones presidenciales.

Si la opinión pública se había empeñado en convertir estas elecciones en un plebiscito al presidente —algo difícil de medir por la multiplicidad de siglas, intereses y poderes territoriales—, Bogotá ha servido de baremo para comprobar lo que ya marcan las encuestas de popularidad: el freno del arrastre de Petro. El presidente había designado personalmente a Bolívar con la intención de colocar a uno de los suyos en el que se considera el segundo puesto de mayor importancia después de la Presidencia. Pero ese lugar lo ocupará Galán, muy crítico con el petrismo desde la campaña presidencial de 2022. Bolívar recibió 580.000 votos frente al casi millón y medio que logró Galán.

Hay pocas familias políticas más conocidas en Colombia que los Galán, una saga marcada por el trágico asesinato de Luis Carlos (padre de Carlos Fernando) en 1989. El entonces candidato presidencial fue acribillado en un mitin de campaña por sicarios contratados por el cartel de Medellín, de Pablo Escobar, en el mejor momento de su popularidad. En una época marcada por las fronteras difusas entre el narcotráfico y la política, Galán padre se atrevió a decir en público lo que nadie se atrevía. Eso le costó la vida, cuando Carlos Fernando era solo un niño, y marcó a varias generaciones de colombianos, que aún hoy piensan en él como un mito y se preguntan cómo le habría ido al país si hubiera sido presidente.

Un seguidor de Carlos Fernando Galán celebra el triunfo electoral en Bogotá, el 29 de octubre.Chelo Camacho

Los hermanos Galán crecieron sin su padre, pero siguieron sus pasos en la política. En 2022, a punto de arrancar la campaña presidencial, lograron resucitar el partido de Luis Carlos, el Nuevo Liberalismo, con el que se presentaron a las elecciones dentro de la coalición de centro que pasó por las urnas con más pena que gloria. La victoria de este domingo coloca a un Galán en el mayor puesto político en cuatro décadas de trayectoria.

El resultado tan abultado -que obliga a mirar hasta 1998, cuando Enrique Peñalosa logró el 48,8% de los votos-, es en esencia la suma de tres detalles. Por un lado, la figura de un Galán, que si bien no heredó el enorme carisma del padre, representa una opción moderada y centrada que en estos momentos de estrés político en el que viven los colombianos se han agarrado a él como una llamada a la calma, como una opción sin estridencias. Por otro, la nula conexión de Bolívar con los electores y la caída en la popularidad del presidente Petro.

Y por último, el metro. Galán, como esa opción tranquila que representa, se ha comprometido a continuar las obras y solo por eso ya habrá ganado unos cuantos votos. La obsesión del presidente por paralizar la construcción del metro elevado, adelantada en los últimos años, para planificar un metro soterrado aterra a los bogotanos que llevan décadas esperando un suburbano que los coloque a la altura de las grandes capitales del mundo y alivie la congestión de una de las ciudades con peor tráfico del mundo. La suma de todos estos esfuerzos, voluntarios e involuntarios, resolvieron las elecciones en Bogotá con unos resultados que no admiten contestación.

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