Linda Caicedo se hace mayor de edad
La futbolista colombiana, una superestrella en ciernes, tiene todo listo para hacer su gran fichaje por un club europeo
El precoz prodigio colombiano se hace mayor de edad. Linda Caicedo Alegría, que ya ha sido internacional con su selección en todas las categorías, cumple este miércoles 18 años, el esperado momento que le permite dar su anhelado salto al fútbol europeo. La víspera disputó con Colombia su último partido como menor de edad, contra México, un empate a un gol en territorio azteca eclipsado por la enorme expectativa que ha despertado el probable fichaje de Linda, como todos la conocen, por el Real Madrid, que la prensa colombiana da por descontado.
Subcampeona en la Copa América de Colombia y en el Mundial Sub 17 de India, Caicedo acumuló todo tipo de distinciones en un brillante 2022, entre otras la de Mejor Jugadora del torneo sudamericano. Podría conseguir un insólito récord, otro más, si anota al menos un gol en la Copa del Mundo Femenina que se disputará en Australia y Nueva Zelanda entre julio y agosto, a la que Colombia ya está clasificada –gracias, precisamente, a su participación en la Copa América–. De lograrlo, habrá marcado en un año en los mundiales de todas las categorías: sub 17, sub 20 y mayores. Un dato ilustrativo del ascenso vertiginoso de una superestrella en ciernes del fútbol femenino que derrocha desparpajo.
Linda es alegría pura en la cancha, afirma la exfutbolista profesional Nicole Regnier. “Es sin ninguna duda la jugadora con más talento que jamás haya nacido en Colombia, no he llegado a ver un cambio de ritmo como el de Linda Caicedo”, apunta la ahora comentarista de la cadena ESPN, que la describe como habilidosa, desequilibrante y muy atrevida para jugar al fútbol, el tipo de deportista que hace poner de pie a la afición. Al cambio de ritmo le suma técnica, regate, va bien arriba, sabe llevar la pelota pegada al pie, “es líder y tiene una humildad increíble”, añade en su descripción.
Sobre Caicedo se habla desde que tenía 12 o 13 años y jugaba en las selecciones del Valle del Cauca, relata Regnier, que también es originaria de ese departamento y disputó con la tricolor el Mundial de Canadá 2015 y los Juegos Olímpicos de Rio 2016. “Linda marcó diferencia siempre. La edad nunca fue un impedimento para mostrar su fútbol. Era tanto el talento, que la edad pasaba a un segundo plano. Haber crecido desde pequeña con esa responsabilidad hoy la hace la jugadora madura que es, capaz de afrontar cualquier reto. Estoy segura que va a encajar perfectamente, será cuestión de poco tiempo para que se adapte y empiece a brillar”, le baña en elogios.
A pesar de sus 18 recién cumplidos, Caicedo llegará a Europa con un currículo de veterana: cuatro temporadas como profesional en la liga de Colombia, y dos títulos, uno con América y otro con Cali. Debutó con apenas 14 años en 2019 con las ‘diablas rojas’, y en esa misma campaña fue campeona y goleadora del torneo. Ya con el Cali, el rival de patio, volvió a levantar el trofeo en el 2021. “Lo más importante de los procesos es creer. Yo crecí con hombres y fue un proceso hermoso que me ayudó en mi juego. El fútbol femenino y las mujeres tienen condiciones inigualables, pero necesitamos que nos apoyen”, pidió Caicedo a su llegada a Colombia luego del Mundial sub 17.
A lo largo y ancho de Colombia, las nuevas generaciones de aficionadas han visto las hazañas de Linda, como todos la conocen. “Mi sueño es ser una Linda Caicedo dos”, decía sin rodeos a este periódico este mes Aisha, jugadora de las Panteras Prietas, el equipo de fútbol de niñas y adolescentes en San Basilio de Palenque, el pedacito de África en Colombia, el pueblo de casi 3.500 habitantes que conserva la herencia de los cimarrones que se rebelaron contra la esclavitud de la época colonial. Allí y en muchos otros lugares, Caicedo es el referente inevitable para las nuevas generaciones. “Hoy muchas niñas quieren ser lindas caicedos, y eso debería aprovecharse para mejorar las condiciones de las mujeres colombianas que quieren ser futbolistas”, apunta la periodista Carolina Castellanos.
La delantera se levanta sobre hombros de gigantes. O al menos de pioneras que dejaron un terreno fértil para surgir. A la mejor generación de futbolistas colombianas, que estalló hace más de una década, las apodaron “las chicas superpoderosas”. Esas selecciones lograron dos subcampeonatos de la Copa América en 2010 y 2014, así como sendas clasificaciones a Mundiales en 2011 y 2015 y a los Juegos Olímpicos en 2012 y 2016. Con esos antecedentes, a comienzos de 2017 se disputó el primer partido profesional de la liga femenina. Desde entonces se han sobrepuesto a un entorno hostil y han denunciado sus condiciones laborales indignas en un prolongado pulso con los directivos. También levantaron el título de los Panamericanos 2019, el mismo año en que Linda Caicedo debutó como profesional.
Más allá de lo que logre de aquí en adelante, Caicedo representa el triunfo del fútbol jugado por mujeres en términos de procesos, que comenzaron desde los 70 y 80 de manera organizada en Colombia y que arrojaron frutos visibles en la generación de las ‘superpoderosas’, apunta Carolina Jaramillo, autora de Balón de Cristal. Una historia del fútbol femenino en Colombia. “Linda vio a toda esta generación muy pequeña, y fueron ellas las que abrieron ese camino, las que empezaron a jugar en clubes en Europa y a ser visibles para la gente, a tener ciertos triunfos”, señala. “Linda representa una jugadora negra, de clase humilde, que salió adelante y ahora está en la élite. Una jugadora que incluso ha presentado en redes sociales a su novia, con total naturalidad, sin prejuicios, simplemente mostrándose como una joven de 17 años feliz, con ganas de comerse el mundo, talentosa, alegre”, destaca.
“Las ‘superpoderosas’ aplanaron un poco el camino para esta nueva generación, pero esta generación es mucho más completa que la nuestra”, valora Reigner. “Futbolísticamente es superior, tiene una mentalidad muy distinta”, añade. Si antes la meta era clasificar a un Mundial, ahora lo quieren ganar, explica al poner como ejemplo a la sub 17 que fue finalista, con Linda Caicedo como líder y capitana.
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