Disidencias de las FARC patrullan las calles de un pueblo fronterizo: “Seguiremos en pie de lucha”
El ministro de Defensa condena los hechos y ordena al Ejército recuperar la seguridad en Tibú
Frente a la Alcaldía Municipal de Tibú (Norte de Santander), al nororiente colombiano, un grupo de cinco hombres encapuchados y con armas de largo alcance grabó un video que fue divulgado este jueves por redes sociales. En él se identifican como fuerzas especiales de combate urbano de las disidencias de las FARC, uno de los grupos ilegales que continúa haciendo presencia en diferentes zonas del país. La mayor parte de esta guerrilla se desmovilizó tras el proceso de pa...
Frente a la Alcaldía Municipal de Tibú (Norte de Santander), al nororiente colombiano, un grupo de cinco hombres encapuchados y con armas de largo alcance grabó un video que fue divulgado este jueves por redes sociales. En él se identifican como fuerzas especiales de combate urbano de las disidencias de las FARC, uno de los grupos ilegales que continúa haciendo presencia en diferentes zonas del país. La mayor parte de esta guerrilla se desmovilizó tras el proceso de paz con el Gobierno en 2016.
En la grabación, que dura un minuto y tres segundos, se observa a los hombres bajo la luz del día, en la entrada principal de la edificación, vestidos con camuflados, gorras y con el rostro cubierto casi en su totalidad. En el video solo habla uno de ellos, con acento característico de la región. Afirma que se encuentran en el centro del municipio “brindándole seguridad a todos los tibuyanos”, como se les conoce a quienes habitan en esa población de unas 36.000 personas, ubicada en zona fronteriza con Venezuela.
El ministro de Defensa, Diego Molano, calificó el hecho como inaceptable. “He dado la orden al ejército y la policía de ejecutar de inmediato una operación que consolide la seguridad en este municipio. La fuerza pública debe estar en ofensiva permanentemente en Catatumbo”, sostuvo el funcionario en su cuenta de Twitter.
Al final de la grabación, los hombres armados, que portan un brazalete con los colores de la bandera de Colombia, se dirigen a la esquina ubicada a pocos pasos del edificio de la alcaldía y pasan cerca de una camioneta marca Toyota gris cuya placa se ve distorsionada en la imagen. Caminan pocos pasos y en el cruce peatonal se detienen para saludar con la mano a un ciudadano que va transitando por la calle en su motocicleta. El hombre responde el saludo y una vez recibe la señal de los encapuchados, continúa su camino.
No es la primera vez que hombres armados hacen presencia en el casco urbano del municipio de Tibú. A comienzos de julio, se conoció otro video en el que varios de ellos aparecieron con prendas similares y el rosto cubierto con pasamontañas en un establecimiento comercial de juegos de billar, donde requisaron a varios ciudadanos. Tres meses antes, en abril, se denunció el robo de camionetas de alta gama de los esquemas de seguridad del alcalde, Nelson Leal; el personero municipal, Jhon Ascani, y una lideresa de la región.
“Estamos bastante preocupados por la situación en el casco urbano del municipio y en el campo donde se desarrollan actividades de la industria petrolera y agropecuaria. Se siente en el ambiente una falta de autoridad con los hechos de los últimos días”, advirtió Luis Ignacio Boada, presidente de la Unión Sindical Obrera de Tibú. “Hay temor a cualquier hora del día y de la noche, no hay tranquilidad. El llamado es a que nos brinden la seguridad a los ciudadanos y trabajadores para poder ejercer las actividades diarias”, sostuvo el dirigente sindical de 33 años.
La región del Catatumbo, donde está ubicado el municipio de Tibú, ha sido uno de los más golpeados por el conflicto armado en Colombia. “Las disidencias del antiguo Frente 33 regulan el ingreso y desplazamiento de personas en sus áreas de influencia, también tramitan y resuelven problemas asociados con la convivencia, relaciones sentimentales, la vida nocturna y los prostíbulos”, señala el informe final de hallazgos y recomendaciones publicado recientemente por la Comisión de la Verdad sobre la presencia del grupo en esa zona del nororiente del país.
“En la dimensión económica definen linderos y dan claridad a las transacciones de la coca. A pesar de estas capacidades regulatorias hay ciertas rupturas con el pasado y las extintas FARC-EP, como que las instancias y formas de tramitación abarcan menos dimensiones de la vida cotidiana, son menos claras y la violencia para sostener las reglas es más letal”, puntualiza el documento.
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