¿Puede usarse el helicóptero oficial para las vacaciones de la familia de Macri?

¿Por qué la primera dama Juliana Awada y su hija usan un helicóptero de la flota presidencial para regresar de sus vacaciones? ¿Por qué las acercó a la aeronave un vehículo con la insignia de un banco suizo? ¿Quién es el hombre que las acompaña? Esos y otros interrogantes son el germen de una polémica suscitada este viernes en Argentina, un país que en los últimos años ha estado muy pendiente de los usos y costumbres de los presidentes y sus familias. Con qué ropa se visten, en qué hoteles descansan, en qué vehículos viajan y con quienes se juntan los mandatarios y su entorno son cuestiones que desvelan a los argentinos, muy acostumbrados a politizar todas las informaciones.

El diario El País de Uruguay publicó cuatro imágenes que muestran a Juliana Awada, su hija Antonia y un hombre abordar a un helicóptero de la flota oficial para emprender el viaje que marcó el final de las vacaciones de la familia del presidente. La aeronave enviada por Mauricio Macri aterrizó en el aeropuerto Laguna del Sauce de Punta del Este a las 16:30 del jueves 2 de febrero, esperó hasta que llegó la camioneta en cuestión y partió cerca de las 18:20 con destino a Buenos Aires. Fuentes de esa terminal aérea confirmaron a EL PAÍS que el vehículo usado por Awada les pertenece y es ofrecido en alquiler a determinados clientes para el traslado desde la zona de pre embarque al avión o helicóptero, y viceversa, con fines de agilizar el trámite migratorio. El anuncio de la banca es apenas una publicidad. Sin embargo, no se estableció quien era el hombre que acompañó a la mujer y la niña.

Durante los 12 años de gobierno kirchnerista -en particular durante el mandato de Cristina Fernández- arreciaron las críticas por un estilo de vida que incluía onerosas carteras, lujosos hoteles durante las visitas oficiales y atuendos que nunca se repetían. Con el cambio de gobierno hay muchos ciudadanos que aplican la misma vara crítica y otros que no.

No se trata de un helicóptero cualquiera para los argentinos: es el mismo que pasó a la historia el 20 de diciembre de 2001, usado por Fernando de la Rúa para abandonar la Casa de Gobierno tras su recordada dimisión. En consecuencia, las redes sociales estallaron y entre las muestras de indignación (algunas tan sobreactuadas como las de antes), también hubo lugar para el humor, otra característica del proceder argentino a la hora de hablar de política.