Hombres de negro, mayoritariamente en traje y corbata, pueblan el Mobile World Congress. De vez en cuando se vislumbra una mujer. “Creo que no somos ni el 10% y, si eliminas a las azafatas, aún peor. Es una pena, porque aquí estamos creando el futuro”, asegura Christina Raab, directiva en la división del automóvil en Accenture.
La percepción de Raab es generalizada: todas las mujeres preguntadas al azar para este reportaje en el interior del recinto ferial coinciden: “La balanza no está equilibrada”, lamenta Catherine Bouquet. “Y nunca lo ha estado, aunque cada año parece que somos unas cuantas más”, añade Sarah Weller, que crea aplicaciones en Mubaloo. Otro ejemplo sobre la escasa presencia femenina en el congreso: de los 45 oradores principales solo hay cuatro mujeres. Es decir, el 8,8%.
El desequilibrio entre hombres y mujeres en una industria tan innovadora como la del móvil preocupa a la organización, que se ha propuesto “fomentar la igualdad”. Por primera vez, ha programado un foro para “abordar y reducir con éxito la brecha de género en la industria del móvil”. El objetivo de GSMA es que las mujeres representen el 25% de los asistentes al congreso. El año pasado, según sus datos, fueron un 21%. Entre los ponentes del Women4Tech, hombres y mujeres, destaca una vicepresidenta de Facebook, Nicola Mendelsohn. La cita, este jueves de 9 a 15 horas.
Hay quien hace tiempo que trabaja por la igualdad. Women in Mobile (WiM) es una iniciativa off Mobile —la agenda paralela del congreso— cuyo objetivo es dar más visibilidad a las mujeres del sector, que hay y en puestos de alta responsabilidad. Un espacio para el networking, el intercambio de ideas y conocimiento y también sobre cómo modelar el futuro de las aplicaciones móviles, que las fundadoras dominan. “Nunca ha sido una reacción contra la masculinización imperante. El futuro es tecnológico y las mujeres debemos formar parte de ello”, sostiene una de sus fundadoras, Caroline Ragot, directora de estrategias móvil en Schibsted Spain, la compañía tras Infojobs.
El crecimiento de la economía española depende, en gran medida, de profesionales en ciencia y tecnología. Expertos en ciberseguridad y datos, en desarrollo, programación, informática, redes, robótica, informática... En 2020 se necesitarán 900.000 profesionales técnicos para cubrir las necesidades de las empresas europeas, según la Unión Europea.
El déficit es real, la oportunidad está ahí a la vuelta de la esquina, pero la realidad es tozuda: “Del 30% de mujeres que trabajan en el sector tecnológico, solo el 10% provienen de carreras científico-técnicas”, explica Ragot. Además, el 41% de estas empleadas abandona el sector 10 años después —frente al 17% de los hombres— por “falta de oportunidades para crecer, dificultades para conciliar, brecha salarial, ausencia de modelos a seguir e incapacidad para tejer redes (networking)", según Athena Factor.
Women in Mobile, una organización sin ánimo de lucro, se reúne cada seis semanas en Barcelona. Y una vez al año, durante el Mobile World Congress, organizan un evento especial. Anoche celebraron su tercera edición y tuvieron una presentadora especial: Ada Colau. La alcaldesa de Barcelona destacó que la tecnología es fundamental para avanzar en la igualdad de género. “Trabajaremos con vosotras para poner a las mujeres en el centro de la revolución digital”, dijo a una audiencia de más de 300 personas.
No esperen charlas sobre feminismo en WiM. Su objetivo es “romper estereotipos porque la tecnología no es un club para hombres”. Y ellas son expertas en tecnología que comparten sus experiencias profesionales. En esta ocasión han debatido sobre la experiencia del usuario (UX, por sus siglas en inglés) una de las claves del éxito de cualquier aplicación. “Si el contenido es el rey, la experiencia de usuario es la reina”, concluye Cèlia Díaz Pardo, otra de las cofundadoras de WiM. Y de ello hablaron largo y tendido ayer, antes de continuar tejiendo redes para romper el desequilibrio entre hombres y mujeres en el sector de la movilidad. Donde se cuece el futuro.