FON nació como una de las ideas de Martín Varsavsky para mejorar las telecomunicaciones. Su intención era que los consumidores pudieran compartir parte del ancho de banda de su conexión en casa con extraños, a cambio de poder conectarse ellos también de los de otros. Consiguieron un modelo de negocio colaborativo, en el que los foráneos podían pagar por entrar en esta red de puntos wifi. Para los que compartían era gratis.
Google se fijó y decidió invertir en ellos. Después contaron con el apoyo de British Telecom. La llegada a Japón de la mano de Softbank fue el respaldo definitivo para una empresa que se adapta a los nuevos tiempos. Ya suman 20 millones de puntos de conexión. Su nuevo consejero delegado es Alex Puregger (Draz, 1972). En su opinión, compartir wifi sigue teniendo mucho sentido: “Ya no es por una cuestión de escasez, sino de abundancia. El wifi es omnipresente. De media en los hogares hay 20 aparatos conectados entre sensores, televisión, móviles y tabletas”. Hoy cuentan con oficinas en Japón, Corea y Australia, pero mantienen la sede central en Madrid, donde se encuentra la mayoría de sus 160 empleados.
Puregger cree que su empresa no solo ha servido para que el consumidor se conecte de manera más fácil, sino también para que los proveedores de conexión, actualicen su tecnología: “Los módem llevaban quince años sin cambios. Ahora son más inteligentes y ayudan a conectarse”.
FON ha ido mejorando la captación de usuarios con dos pilares, abrir su tecnología para que otros lo integren y ofrecer una aplicación. Por último, la lentitud para la adopción de un roaming claro en la Unión Europea, les ha servido para fidelizar a usuarios que ya tenían el modem dentro del universo FON pero que les aporta un valor añadido encontrar redes compatibles mientras viajan. “Los usuarios ya no perciben tantas fronteras. No quieren sorpresas en la factura, así que mientras se definen los plazos, nosotros estamos ofreciendo una alternativa”, relata.
Con el tiempo, también ha observado un cambio de costumbres. Como que al principio, en 2006, la mayor parte de las conexiones eran desde el ordenador. Hoy solo representan el 20%.
Por países, Japón es el más activo: “Piensa que tienen un 100% de penetración de móvil y además ambas redes van muy rápido. Pasan de wifi a móvil sin que se perciba”. El caso de Brasil merece capítulo aparte: “Allí comprar un móvil es todavía un lujo, resulta caro. Los clientes hacen la inversión en el aparato, pero procuran ahorrar en la factura de datos. Por ahorro, escogen nuestra opción”.
Puregger sigue pensando en cómo ser útiles cuando las redes 5G sean de uso común. Prometen gran velocidad: “Podemos ser un apoyo para sostener la gran cantidad de puntos que va a demandar el Internet de las Cosas, también para la cada vez más extendida demanda de contenidos en realidad virtual. Pesan mucho y necesitan llegar rápido a los dispositivos. Pensando en FON como una solución híbrida, que alivie tanto al consumidor como al proveedor móvil”.