Los socialistas afrontan un nuevo liderazgo
La renuncia de Zapatero, según explicó él mismo, no tiene que ver con los apuros del Ejecutivo por la crisis más grave de la historia de España o los cuatro millones de parados con los que concluirá su mandato sino con una convicción personal madurada y ratificada durante siete años en el cargo.
Quienes temían que el aparato del PSOE tuviera preparado, atado y bien atado, un proceso de elecciones primarias rápido para que no hubiera tiempo de discusión y saliera triunfante y sin competencia el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, respiraron ayer aliviados.
FERNANDO GAREA | Madrid
Chacón se convierte por primera vez en el miembro del Gobierno mejor valorado
José Luis Rodríguez Zapatero tenía decidido desde antes de llegar a La Moncloa que solo gobernaría dos mandatos y que no se presentaría a un tercero como candidato. Y se reafirmó en ello el primer día que llegó al palacio presidencial. También tenía decidido que agotaría la legislatura como presidente y que anunciaría su decisión con un año de antelación.
Hace menos de seis meses, el PP ya vivió algo parecido. Zapatero movió ficha, cambió su Gobierno en pleno, y colocó a Alfredo Pérez Rubalcaba como vicepresidente. Muchos dirigentes se preocuparon: ¿remontará el PSOE? Esa pregunta recorría ayer de nuevo un partido que lleva dos dolorosas derrotas y le tiene terror a una tercera.
JOSÉ LUIS BARBERÍA | Madrid
Zapatero fía su validación histórica en ser capaz de transformar la economía
LUIS R. AIZPEOLEA | Madrid
El presidente ha evitado la crispación - "Esta losa no la levanta ni Kennedy", pensaba al ver las últimas encuestas
LUCÍA ABELLÁN | Madrid
Zapatero abrazó las reformas tras tomar medidas polémicas como el cheque bebé
VERA GUTIÉRREZ CALVO | Madrid
Las dos legislaturas de Zapatero han dejado una catarata de reformas: de los nuevos derechos sociales a las medidas controvertidas en el ámbito territorial y económico
J. M. G. | Bilbao
Zapatero arriesgó sin éxito por la paz, confiado en la oferta política de Otegi a Eguiguren - En cambio, una férrea estrategia tras la T-4 le acerca a su objetivo