Ayer la planta de producción estaba congelada. Sólo un gato perdido recorría los pasillos de la bestia de 374.000 metros cuadrados de hormigón, cristal y hierro. Desde hace dos meses los viernes no sale ni un camión de la fábrica Pegaso-Iveco.
No se lo pueden creer. Los cuatro policías se pasan el móvil de uno a otro. "¡Míralo, si es aquí!". El mensaje lo dice claro. "Calle Guareña, s/n. Frente al Carrefour. Aluche". Y sí, es ahí. Un control de alcoholemia montado por la Policía Municipal, con sus lucecitas azules, los fluorescentes tipo espada láser para parar a los coches y cuatro agentes atónitos.
Eran un auténtico peligro. Para los camioneros a los que robaban la mercancía y para el resto de coches que circulaban por la carretera. Los 10 integrantes de la banda detenida por la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía no dudaban en perseguir a un camión en marcha, apuntar al conductor con un arma y obligarle a parar el vehículo.
LINO PORTELA | Madrid
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