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Detenida una banda que asaltaba camiones y naves industriales

Entre los arrestados figuran varios 'aluniceros' y un preso fugado

Rebeca Carranco

Eran un auténtico peligro. Para los camioneros a los que robaban la mercancía y para el resto de coches que circulaban por la carretera. Los 10 integrantes de la banda detenida por la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía no dudaban en perseguir a un camión en marcha, apuntar al conductor con un arma y obligarle a parar el vehículo. Cuando se veían acorralados, iniciaban persecuciones en las que ponían en peligro la integridad del resto de conductores, echándoles de la vía. "Algún accidente en cadena ha sido provocados por ellos", aseguraron ayer fuentes policiales.

La Operación Tizón empezó en diciembre, a raíz de un asalto en Pinto, en el que se llevaron 2.800 móviles, y acabó la semana pasada, según explicó ayer la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía en rueda de prensa. Todos los arrestados son españoles y jóvenes, ninguno pasa de los 27 años. Muchos formaban parte de las bandas de aluniceros, pero las mejoras en las medidas de seguridad de los establecimientos les han obligado a reinventarse y llevar a cabo otro tipo de asalto. Se les acusa de 21 robos por valor de dos millones y medio de euros. Tres de ellos han ingresado en prisión.

Una de las modalidades de sus atracos consistía en asaltar al camionero. La otra, en atracar directamente a la empresa, yendo a su nave industrial con un camión robado y amenazando a los trabajadores para que llenaran el vehículo, con el que luego huían. En ambos casos, los detenidos robaban material tecnológico, sobre todo teléfonos móviles y televisiones, que luego guardaban en cinco naves industriales que tenían alquiladas en Móstoles, Fuenlabrada y Alcalá de Henares.

En la banda había también división de trabajo, por especialidades. Un primer grupo cometía los atracos. Su presunto cabecilla era Ismael Arriero Valcárcel, de 27 años, un alunicero conocido como El Isma. El hombre se fugó de la cárcel el 5 de diciembre pasado. Aprovechó el entierro de su padre en La Almudena para zafarse de la custodia de los agentes que le llevaron desde la prisión de Soto del Real, en la que permanecía a la espera de un juicio por robo con violencia. Su mano derecha era Javier C. P. y ambos mandaban sobre dos personas más.

La otra cuadrilla vendía los productos robados. El jefe era J. B. B., que ya fue detenido por el mismo motivo en 2007, en la Operación Anca (arresto de 20 aluniceros). El hombre tenía tres tiendas en el sur de Madrid donde presuntamente vendía al por menor material tecnológico robado. Junto a él trabajaba un empresario del noroeste de Madrid, J. S. T., que mezclaba en su negocio productos robados, con mercancía de origen legal. Dos más de los detenidos trabajan en este grupo y un tercero hacía de nexo entre las dos facciones.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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