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C. ETHEL
La escena es recurrente y tiene como protagonista a un vecino que sube a decir eso de "la fiesta se acabó". Aunque sólo estemos jugando a las cartas y tomando una inocente copa, puede suceder que las paredes comunes no inmunicen los oídos de los vecinos durmientes.
Eligió premeditadamente Huesca para vivir, por ser un lugar alejado de la vorágine. No tiene móvil porque prefiere ser dueño de sus silencios. Y trabaja solo en su casa. A pesar de este "recogimiento", las obras de Isidro Ferrer (Madrid, 1963) gozan de cierta difusión. Hasta viajan pegadas a los autobuses de Madrid.