Hace cinco años un profesor de música le encomendó tirar a la basura unos viejos y deteriorados bidones metálicos, que solía usar para las clases de percusión. Había entre los desechos, además, un par de carritos oxidados de supermercado. François Royer no vio eso. Más bien, bajo la sosa crisálida vislumbró mariposas de colores.
"Ella es más sexy, ingeniosa y atractiva. Petite Anglaise es una versión mejorada de mí". Catherine Sanderson no escatima piropos cuando habla de su yo virtual. Y eso que su narrador digital ha puesto su vida patas arriba. Se las apañó para que la despidieran en 2006, consiguió seducir a un guapo traductor inglés, y la armó de valor para engañar y abandonar al padre de su hija.