El niño 'balsero' y su padre viajan de regreso a su país tras una larga batalla judicial
La odisea de Elián González en EEUU acabó ayer en el momento en el que el Tribunal Supremo anuló el último impedimento judicial que todavía retenía al niño cubano y a su padre en el suelo de este país. A las doce del mediodía, en la última sesión antes de suspender su trabajo durante el verano, el tribunal renunció a estudiar el caso. Tres horas más tarde (a las nueve de la noche, hora peninsular española) Elián salió de la casa en la que se ha alojado en Washington con destino al aeropuerto. El viaje hacia Cuba, previsto para última hora de la noche, puso fin a siete meses durante los que el niño se vio en medio de la pelea familiar mejor retransmitida de la historia. Sus familiares en Miami perdieron toda posibilidad de retener al niño.
Cuba recibió esta madrugada al niño Elián González, que salió de la isla con su madre en una balsa en noviembre del año pasado. El avión tomó tierra a la 19.46 (la 1.46, hora peninsular española). Pocos minutos después, Juan Miguel González se fundía en un abrazo con sus familiares y el abuelo de Elián, Juan González, cogía en brazos al pequeño. Detrás, los compañeros del colegio del balsero entonaban el himno nacional y agitaban barderas cubanas. Fidel Castro se comprometió, poco antes, a no exhibir al niño como un trofeo de guerra y a evitar recibimientos oficiales.
La función de motor que Francia y Alemania quieren asumir en la UE "no tiene que ser a costa de los demás", ya que no se pueden dejar de lado las reflexiones sobre la construcción de Europa que se dan en Estados como España o los países nórdicos. Con este comentario tranquilizador, fuentes gubernamentales alemanas se esforzaban ayer por disipar las eventuales aprensiones provocadas en otros socios por el presidente francés, Jacques Chirac.
La maquinaria del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), invencible desde el año 1929, bate el México profundo apresando votos para su candidato, Francisco Labastida, en las elecciones presidenciales del próximo domingo. Un ejército de militantes del partido oficial combina el convencimiento con la coacción, las lavadoras con los pollos, y suma millones. La ignorancia es tanta en muchas aldeas que basta con apuntar el número de credencial del votante o decir que un satélite le vigila para atrapar el compromiso con el oficialismo.