Adriana Cisneros: “Quiero invertir en IA, pero entendiendo cómo va a afectar a la vida diaria”

La CEO del grupo Cisneros, uno de los más grandes de la región, habla sobre la transformación que ha tenido la empresa bajo su mando y el futuro que está construyendo

Adriana Cisneros durante su conversación en el Simposio del Consejo de las Américas.CONSEJO DE LAS AMERICAS

Adriana Cisneros (Caracas, 44 años) es muy consciente de lo que ha heredado. Lo más mínimo, unos zapatos enormes que llenar. Describe a su abuelo Diego y a su padre Gustavo como unos “fuera de serie” y asegura, incluso después de más de 10 años al frente de uno de los conglomerados empresariales más grandes y variados de América Latina, que se levanta todos los días con síndrome del impostor. Pero también lleva en la sangre, le gusta pensar, la visión y los compromisos que guiaron a su abuelo y su padre a construir Cisneros y todo lo que representa en Venezuela y en la región. Desde Miami —ciudad que es su base de operaciones y sede del simposio del Consejo de las Américas 2024, en el que participó— la CEO de la empresa matriz de Venevisión, el único canal independiente que queda en Venezuela, así como de un imperio que desde que ella está al frente también toca los bienes raíces y la comunicación digital, deja claro que la batuta ahora es suya; pero que los valores que le muestran el camino no cambian.

Pregunta. Ya lleva más de una década al frente de Cisneros, ¿cómo definiría su etapa a la cabeza de la empresa familiar?

Respuesta. Creo que he conseguido mi propio espacio. Los primeros dos años de CEO fueron de mucho trabajo, donde mi papel principal fue reestructurar la compañía justamente para poder prepararla para que fuera el tipo de compañía que yo quería liderar por los próximos 20 años. Me di cuenta de que la revolución digital había llegado a Latinoamérica y que queríamos participar en eso. Nos llevó a crear Cisneros Interactive, una división nueva en la que terminé construyendo la red de publicidad más grande de Latinoamérica, abriendo 37 oficinas en 17 países en 8 meses en toda la región. Esa empresa la vendí hace unos años. Fue una venta espectacular. Fue el múltiplo más alto que se ha visto en la industria.

P. Entonces, ¿diría que la digitalización ha sido su marca?

R. Sí. Hoy en día es superobvio. Pero en toda esta etapa, totalmente.

P. ¿Y también la mayor implantación regional?

R. A mí al final el corazón me late por hacer negocios en Latinoamérica. Pero nuestro grupo empresarial tiene casi 100 años en la región. Se dice fácil. Hemos tenido décadas de Latinoamérica, décadas de Europa, décadas de Estados Unidos, con industrias diferentes. Por ejemplo, en esta época empecé una nueva división de bienes raíces, y el proyecto principal es Tropicalia en República Dominicana. Si sale bien, me va a tardar 30 años en terminarlo.

P. ¿Venezuela dónde queda en todo esto?

R. Hoy en día Venevisión [el canal de televisión que ha sido de la familia durante más de medio siglo] es el único canal independiente que queda en el país. Es un reto interesante. Como bien se sabe, en la industria, a nivel global, el encendido ha bajado mucho. Pero los eventos en vivo se están convirtiendo más y más importantes. Y el tema de las noticias lo sigo viendo como un tema fundamental. Estamos viendo el peligro que se crea en una sociedad cuando no hay acceso a fuentes de información verídicas. La evolución de nosotros no es tratar de competir con Netflix, es ver qué podemos traer nosotros a la mesa que un Netflix no puede.

P. ¿Cómo se ve eso?

R. Es muy importante que sigamos con mucha disciplina este tema de querer hacer un negocio de una empresa que pueda lidiar con los temas de información y de noticias. Es una gran oportunidad y una gran responsabilidad también. O sea, en Estados Unidos también se está viendo lo peligroso que ha sido la erosión de los medios locales, donde la gente no tiene cómo estar conectada con su comunidad, con su Estado, con las cosas que son reales. Creo que en Latinoamérica también hay un hueco, y que ese hueco se puede llenar. No creo que sea una causa perdida para nada. Nadie ha dado la clave de verdad, pero con la penetración y el multiplataforma que tenemos en Latinoamérica no debería ser tan difícil.

P. Y en términos de Venezuela específicamente, ¿cómo afronta esa responsabilidad que tienen?

R. Venevisión la empezó mi abuelo y desde el comienzo fue por la democracia. Él entendía el rol que jugaba un medio de comunicación para defender los valores democráticos de un país. Cuando él abrió Venevisión, era el cuarto canal de televisión privado en el mundo. Y nosotros en el 98, cuando como familia y como empresa decidimos irnos de Venezuela, decidimos que lo único que íbamos a mantener sí o sí era el canal de televisión, porque sabíamos lo importante que iba a ser tener un canal que todavía pudiese informar, aunque no fuese rentable. Ese fue el compromiso de mi papá con Venezuela, y yo siento que a mí me ha tocado respetar esa decisión. Venevisión logra quedarse en el aire por tener una estrategia clínica en su manera de reportar las noticias. Muy como al estilo de la BBC. Es una posición muy complicada, porque en un país que está tan radicalizado, todo el mundo piensa que está del otro lado. Y nosotros muy sistemáticamente tratamos de ser lo más neutrales posible.

P. Pasando al futuro, también tiene una apuesta de tecnología, AST SpaceMobile...

R. Es uno de los proyectos de los cuales yo me siento más afortunada de poder ser parte. Creo que AST va a ser la contribución más importante que le hace nuestra generación al mundo. Si tú consideras que hoy en día el acceso a la conectividad debería ser un derecho humano, al igual que el acceso a agua potable o electricidad, te das cuenta de que tener una solución que en verdad le va a poder traer conectividad a todas las personas del mundo es superimportante. Hoy en día, solo la mitad de la población del mundo tiene acceso a banda ancha. AST, por un lado, soluciona eso. Y, por otro lado, también le va a dar mucho alivio a las redes que ya están sobresaturadas.

P. ¿Es cómo Starlink de Elon Musk?

R. Para que Starlink funcione tú tienes que comprar una parabólica pequeña. Y la tienes que poner en tu casa, en tu colegio, en tu barco. El de nosotros funciona sin que tú tengas que comprar nada. Tu teléfono se conecta directamente al satélite.

P. ¿Y qué panorama tiene para que esté operando?

R. En cuestión de dos años la red ya va a estar parcialmente operando.

P. ¿Algunas más sorpresas con vistas al futuro?

R. Tengo el lujo de liderar una compañía donde siempre estamos dispuestos a innovar y apostar por nuevas causas. Yo creo que mi ADN está diseñado para que yo sea una persona sumamente curiosa. Quiero invertir en inteligencia artificial, pero no quiero lanzar yo una compañía de IA y ya, más bien entender cómo va a afectar la vida diaria de las personas y cómo se puede participar en esa transformación.

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