De Dominion a escáneres ópticos: lo que hay que saber sobre las máquinas de votación

La desinformación sobre estos aparatos se ha convertido en un punto central de los debates sobre la seguridad electoral

Trabajadores electorales instalan máquinas en un centro de votación en Marshall, Carolina del Norte, el 16 de octubre.Stephanie Scarbrough (AP)

A medida que las elecciones en Estados Unidos evolucionan con los avances tecnológicos, también lo hace el propio proceso de votación. Las máquinas de votación ofrecen a los ciudadanos distintas formas de emitir su voto, mientras que ayudan a los funcionarios a gestionar y contar los votos con mayor eficacia. Desde escáneres ópticos hasta interfaces digitales, estas máquinas agilizan las operaciones electorales y, cuando se combinan con sólidas medidas de seguridad, ayudan a mantener la integridad de las elecciones. Sin embargo, el público sigue teniendo dudas sobre el funcionamiento y la seguridad de los aparatos, criticados en gran parte por el candidato republicano, Donald Trump, quien desde su campaña de 2016 difundió información falsa y teorías de la conspiración que afirmaban que dichos dispositivos fueron hackeados o alterados para eliminar votos. De hecho, en 2020 él y varios de sus aliados impulsaron la teoría de que Dominion Voting Systems le había dado millones de votos a su contrincante Joe Biden, lo que llevó a la empresa a presentar demandas por difamación, incluyendo una contra Fox News que fue resuelta fuera de la corte con un pago de 787,5 millones de dólares.

A continuación una explicación sobre estas máquinas:

Tipos de máquinas de votación

En las elecciones estadounidenses, varios tipos de máquinas de votación capturan y tabulan los votos, cada una con características únicas adaptadas a diferentes necesidades. Entre los más utilizados están los escáneres ópticos, los sistemas electrónicos de grabación directa (DRE, por sus siglas en inglés), los dispositivos de marcado de papeletas (BMD) y los sistemas de votación híbridos.

Los escáneres ópticos son comunes en las jurisdicciones que utilizan papeletas. Los votantes rellenan una papeleta de papel, normalmente marcando los espacios designados para cada selección. Una vez completada, la papeleta se introduce en un escáner, que lee y registra cada voto. Estas máquinas se dividen en dos categorías: escáneres de distrito electoral o de precinto y escáneres centrales. Los primeros están situados en los colegios electorales y escanean cada papeleta in situ a medida que el votante la deposita. Los escáneres centrales, por su parte, procesan grupos de papeletas en un lugar centralizado, normalmente reservado para los votos por correo.

Los sistemas de registro electrónico directo (DRE) son máquinas totalmente electrónicas que permiten a los votantes seleccionar candidatos y temas en una pantalla mediante una pantalla táctil o un dial. Una vez que el elector hace su selección, el DRE registra digitalmente el voto en su memoria. Para aumentar la confianza de los votantes y facilitar la auditoría, muchos DRE imprimen también un Registro de Auditoría en Papel Verificado por el Votante (VVPAT, por sus siglas en inglés) junto con el registro electrónico. Este papel sirve como copia de seguridad en caso de discrepancias y se almacena de forma segura para auditorías o recuentos.

Los dispositivos de marcado de papeletas (BMD) se diseñan con un enfoque en la accesibilidad y ofrecen una interfaz electrónica en la que los votantes pueden hacer sus selecciones. Una vez finalizadas las elecciones, el DMO imprime una papeleta que refleja estas selecciones y que el votante puede revisar antes de enviarla. A diferencia de los DRE, los DMO no almacenan los votos directamente, sino que producen una papeleta legible que se escanea en el colegio electoral o se recoge para su recuento en un lugar central.

Los sistemas de votación híbridos combinan las características de los DMO y los escáneres ópticos, lo que permite a los votantes marcar sus selecciones y escanear inmediatamente sus papeletas dentro de una única máquina. Esta configuración simplifica el proceso, permitiendo la tabulación directa e inmediata, mientras proporciona un registro físico de cada voto.

Un trabajador limpia la pantalla de una máquina durante el primer día de votación anticipada, el 3 de octubre en Chicago, Illinois.Charles Rex Arbogast (AP)

Seguridad electoral

Las máquinas de votación se someten a rigurosas pruebas, se protegen y se supervisan durante todo el proceso electoral para evitar su manipulación o mal funcionamiento.

Una de las principales salvaguardias de la seguridad de las máquinas de votación es la creación de un registro en papel. En los últimos años, los Estados han dado prioridad a la vuelta a los registros en papel, ya que estas copias físicas permiten a los funcionarios electorales auditar los resultados si surgen discrepancias. Alrededor del 98% de los votos emitidos en las elecciones de 2024, por ejemplo, tendrán un registro en papel. Las auditorías pueden ayudar a comparar los resultados electrónicos con los registros físicos, lo que incrementa la confianza en la exactitud de los recuentos de las máquinas.

Más allá de los registros en papel, las máquinas se someten a estrictos protocolos de prueba. Antes de desplegar cualquier de estos aparatos, los funcionarios electorales realizan pruebas preliminares para asegurarse de que funciona correctamente. Las mismas se repiten después de las elecciones para confirmar la precisión del funcionamiento. Además, las máquinas se programan con medidas de ciberseguridad, incluidos el cifrado y los controles de acceso, para proteger la integridad de los datos. Las jurisdicciones electorales suelen almacenar las máquinas de votación en lugares seguros y vigilados y limitan el acceso físico únicamente al personal autorizado.

A pesar de la sólida seguridad que rodea a las máquinas de votación, persiste la preocupación por las vulnerabilidades de los sistemas de votación. Los expertos en seguridad electoral aclaran que cualquier tecnología puede presentar puntos débiles. Las actualizaciones periódicas del software, las auditorías y la revisión constante de la seguridad de las máquinas de votación son esenciales para mantener al día la protección contra posibles interferencias.

Un funcionario electoral ayuda a un votante en la máquina de tabulación en Black Mountain, Carolina del Norte, el 17 de octubre de 2024. Stephanie Scarbrough (AP)

Desinformación sobre las máquinas de votación

En los últimos años, la desinformación sobre las máquinas de votación se ha convertido en un punto central en los debates sobre la seguridad electoral, especialmente en lo que respecta a las afirmaciones de que las máquinas “cambian” los votos. En octubre de 2024, circularon falsas afirmaciones en las redes sociales, las cuales alegaban que las máquinas de votación en el condado de Tarrant, Texas, cambiaban las selecciones de los votantes. Los funcionarios electorales investigaron y confirmaron que no se había producido ninguna manipulación ni ningún error en las máquinas, y atribuyeron el problema a un error humano.

Este tipo de desinformación no es nueva; ya se han registrado denuncias de cambio de voto en ciclos electorales anteriores. Los funcionarios subrayan que los incidentes denunciados suelen deberse a errores del votante, quienes pueden seleccionar la opción incorrecta en una pantalla táctil, de forma similar a lo que ocurre con el teclado de un teléfono. Los funcionarios electorales aconsejan a los votantes que revisen cuidadosamente sus papeletas antes de enviarlas y les aseguran que cada una puede corregirse si se detectan errores antes de emitirla.

Funcionarios electorales de Georgia y Tennessee también abordaron reclamaciones similares. Dieron explicaciones y desmintieron historias virales. En Georgia, por ejemplo, circuló una afirmación que sugería que el equipo de Dominion Voting Systems cambiaba los votos. Sin embargo, funcionarios estatales y locales aclararon que el incidente se debió de nuevo a un error del usuario, no a un mal funcionamiento de la máquina.

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