‘Milton’ amenaza con convertirse en el huracán más costoso de la historia de Florida

Se prevé que las pérdidas por el paso del ciclón se encaminan a superar las causadas por ‘Ian’ en 2022, que rompió el récord hace dos años

Vista aérea del río Caloosahatchee mientras el huracán Milton se acerca a Fort Myers, Florida, EE.UU. El 8 de octubre de 2024.Foto: Ricardo Arduengo (REUTERS) | Vídeo: EPV

Ray Royce dice que tras el paso de un huracán no se puede salir al campo y contar las pérdidas al día siguiente. Lo sabe de primera mano porque es la sexta generación de su familia en Florida, además de director ejecutivo de la Asociación de Agricultores de Highlands County. Con una larga experiencia en daños provocados por el clima en esta península presa de ciclones, su esperanza con Milton es que no afecte de lleno a las cosechas de cítricos de la zona al suroeste de Tampa.

Su mayor temor es la pérdida de fruta “que ocurre en dos fases, la primera es lo que se lleve el viento cuando pase el huracán, y luego la que cae una o dos semanas después”. A todo esto hay que sumar una tercera dinámica. “La enfermedad del enverdecimiento de los cítricos”— también conocida como HLB— “que deja a los árboles muy débiles”, explica. “El viento multiplica el estrés de los árboles y el daño es de largo plazo, toma mucho tiempo la recuperación, se mueven hasta las raíces”, lamenta. Royce dice que con Ian, en 2022, perdieron tres cuartos de la fruta.

El costo del Milton se comparará al alza inevitablemente con el de Ian, que costó unos 113.000 millones de dólares, según las estimaciones de NOAA, la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica en Estados Unidos. Aquel fue el más costoso en Florida, el tercero en el ranking nacional tras Katrina (2005) y Harvey (2017). Fue un huracán devastador, de los que ocurren una vez cada 20 años y en el cálculo de pérdidas se incluyen los daños a edificios, propiedades personales, infraestructuras y agricultura, además de respuesta al desastre por las autoridades, aunque no los impactos indirectos.

Habitantes de Treasure Island, Florida, limpian restos de escombros del huracán Helene mientras se hacen los preparativos para la llegada del huracán Milton, el 7 de octubre de 2024.Spencer Platt (Getty Images)
Un hombre cubre las ventanas de su negocio antes de la llegada del huracán Milton el lunes en New Port Richey, Florida (Estados Unidos). Mike Carlson (AP/LAPRESSE)
Un estadio de béisbol será un centro de operaciones ante la llegada del huracán Milton, en San Petersburgo, Florida.Octavio Jones (Reuters)
El tráfico pesado comienza a atascarse en la Interestatal 275 Sur mientras los residentes evacuan San Petersburgo antes del huracán Milton.Octavio Jones (Reuters)
Vista general de las bolsas de arena que han repartido como precaución ante la llegada del huracán Milton el lunes en Miami, Florida (Estados Unidos). Jesus Olarte (Anadolu/Getty Images)
Decenas de personas recogen bolsas de arena mientras el estado se prepara para la llegada del huracán Milton el lunes en St.Petesburg, Florida (Estado Unidos)Spencer Platt (Getty Images)
Calles aún lucen repletas de escombros del huracán Helene mientras los residentes evacúan antes de la llegada del huracán Milton, este lunes en St. Pete Beach, Florida.Octavio Jones (Reuters)
El exterior de una vivienda el lunes en Port Richey, Florida (Estados Unidos).Mike Carlson (AP/LAPRESSE)
Estantes lucen vacíos antes de la llegada del huracán, en un supermercado en Tampa, Florida, el 6 de octubre.Octavio Jones (Reuters)
El puente Skyway, de la carretera interestatal 275, presenta tráfico pesado durante la evacuación de los habitantes de San Petersburgo, Florida, ante la llegada de Milton. Octavio Jones (Reuters)
Una familia rellena bolsas de arena mientras se preparan para la llegada del huracán Milton el lunes en St. Petersburg, Florida (Estados Unidos). Octavio Jones (REUTERS)
Nubes sobre la playa de Progreso en México el lunes. Lorenzo Hernandez (REUTERS)
Una familia se abastece de provisiones ante la posible llegada del huracán Milton, el lunes en el puerto de Progreso, Yucatán (México).Lorenzo Hernández (EFE)
Personas visitan la playa en a Fort Myers, Florida antes de la llegada del huracán Milton, el 8 de octubre de 2024. Joe Raedle (Getty Images)
Joe Biden presidente de Estados Unidos durante una sesión informativa sobre la respuesta del gobierno federal al huracán Helene y los preparativos para el inminente huracán Milton, en la Sala Roosevelt de la Casa Blanca. El 8 de octubre de 2024. Anna Moneymaker (Getty Images)

Milton golpeará de lleno la bahía de Tampa, que no ha recibido un impacto directo en más de un siglo y tiene propiedades de muy alto valor en primera línea de playa. Sin embargo, de la misma manera que en las pérdidas agrícolas no se cuentan los efectos de la devastación climática inmediatamente, tomará tiempo determinar el revés económico que supondrá Milton, especialmente en zonas ya afectadas por el paso hace apenas semana y media de Helene.

De momento hay cálculos de este penúltimo huracán que ha costado la vida a más de 220 personas y causó daños materiales en 16 Estados diferentes. La última actualización de la firma de análisis de datos CoreLogic apunta a que las pérdidas de propiedades a causa de Helene estarán entre los 30.500 y 47.500 millones de dólares por los efectos del viento y los daños de suelos. De ello, el máximo asegurado ronda los 17.500 millones.

Los reveses económicos por desastres naturales cada vez más extremos en todo el mundo son mayores cuando a los costos de la propiedad y las infraestructuras se unen los de la falta de actividad económica y efectos en la inflación como los que terminan impactando, por ejemplo, en la alimentación. Mientras Royce se prepara de nuevo para los vientos sobre los naranjales, el mercado de futuros del jugo de esta fruta está en récord este año por los costos climáticos y el HLB, además de la presión inflacionaria general.

Las aseguradoras han estado haciendo sonar las alarmas de los costes climáticos desde hace años. El pasado mes de julio el broker de reaseguros Gallagher Re publicaba el informe sobre las catástrofes naturales, y a nivel global en los primeros seis meses de 2024 se han estimado pérdidas de 128.000 millones. De esta cantidad, un mínimo de 59.000 millones de dólares se han cuantificado en eventos ocurridos en Estados Unidos “y esto ha estado por encima de la media de diez años”. “Los costos por daños asociados con eventos asociados a tormentas, inundaciones y sequía traerán más pérdidas en los meses siguientes”, explicaba entonces la reaseguradora. Según Gallagher Re los últimos 18 meses hasta julio de 2024 han sido los más costosos para las aseguradoras en la historia.

Romper récords es algo que ya ha observado también NOAA. Esta agencia, que también constata que cada año es más cálido que el anterior, contabiliza desastres nacionales de más de 1.000 millones de dólares, lo que resulta en un costo limitado porque hay otros desastres que suman millones que no se incluyen. Con todo, el año pasado fueron 28 eventos los que superaron esa cantidad entre fuegos, sequía, lluvias torrenciales y huracanes y se rompió el récord de los 22 del año 2020, hasta entonces el peor ejercicio. El costo total del año pasado supera los 93.000 millones de dólares y muestra una progresión acelerada de los costos a lo largo de las últimas décadas.

De acuerdo a las estadísticas de NOAA ente 1980 y 1989 hubo 3.3 eventos anuales que llegaran a este registro multimillonario. Un total de 33 en la década con un costo total de 213.600 millones. En los últimos siete años (2017-2023) 137 desastres han costado la vida de más de 5.500 personas y sumado costos que rondan un billón de dólares, sobre todo por huracanes como Harvey, Irma, Maria, Míchel, Laura, Ida e Ian.

Sin duda quienes hacen frente al dolor de las pérdidas personales y de su propiedad, a la necesidad de empezar de nuevo, son los que se llevan el impacto más terrible del paso del huracán, pero los efectos de los cada vez más violentos desastres climáticos llegan a todos. Ya sea vía la inflación en alimentos o el impacto en la cadena de proveedores.

Uno de los costos más llamativos pasa por los seguros de la propiedad. En muchas zonas costeras o en las que se repiten desastres climáticos como la propia Florida, pero también California, Oklahoma, Nebraska o Luisiana cada vez hay menos aseguradoras que ofrezcan coberturas lo que complica la compra de viviendas y encarece las pólizas de las que quedan ofreciendo estos servicios. Y las subidas llegan a todo el país porque ya la única incógnita del riesgo medioambiental es cuándo ocurrirá.

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