El fiscal de Los Ángeles se abre a evaluar nuevas evidencias en el caso de los hermanos Menéndez
George Gascón admite que la Fiscalía estudia la legalidad de dos pruebas que podrían favorecer a Erik y Lyle, condenados a cadena perpetua en 1996 por el homicidio de sus padres
George Gascón, el fiscal de distrito del condado Los Ángeles, ha señalado este jueves que su oficina está abierta a evaluar nueva evidencia en el caso de los hermanos Lyle y Erik Menéndez. Estos fueron sentenciados de 21 y 18 años por el homicidio de sus padres, ocurrido en agosto de 1989 en la mansión de la familia en la ciudad de Beverly Hills. El macabro doble asesinato y el posterior juicio de 1996 conmocionó al país, disparando especulaciones y alimentando programas y documentales de true crime, el más reciente será un estrenado el lunes en Netflix. Gascón ha dejado entrever que la Fiscalía evaluará señalamientos que aseguran que el padre, Jose Menéndez, había abusado sexualmente de los chicos desde los 6 años. Si esto se comprueba, las autoridades podrían barajar un nuevo juicio a los hermanos, quienes sostienen que actuaron en defensa propia.
“Tenemos la obligación ética y moral de revisar lo que se nos ha presentado y hacer una determinación desde ahí”, señala Gascón. El fiscal asegura que las pruebas en sus manos abren dos caminos para los hermanos Menéndez, quienes evitaron la pena de muerte por matar a sus papás con dos escopetas, pero recibieron a cambio la cadena perpetua cuando Lyle tenía 28 años y Erik 25. Una es la vía del habeas corpus, con lo que un convicto pide a las autoridades evaluar una sentencia a partir del hallazgo de nueva evidencia. La otra es una provisión de las leyes californianas que permite a las autoridades estatales reconsiderar una condena siempre y cuando los reos hayan presentado buena conducta y signos de haberse rehabilitado. La defensa de los Menéndez ha solicitado las dos vías a través de sendas peticiones en el Tribunal Supremo del Condado de Los Ángeles.
El fiscal ha dejado claro que no ha tomado ninguna determinación. “Estamos revisando la información, pero es importante que reconozcamos que tanto mujeres como hombres pueden ser víctimas de violencia sexual”, señaló Gascón. Entre la evidencia que analizan bajo esta nueva luz está una carta de 17 páginas que Lyle escribió a su hermano en mayo de 1990 cuando ambos hermanos esperaban en la prisión del condado. La policía determinó que los hermanos planearon el crimen, ocurrido mientras sus padres veían la televisión, para quedarse con la fortuna familiar, de 14 millones de dólares. “Lyle no podía expresar en persona lo que decía esa carta”, dice Erik, de 53 años, como parte del documental de Netflix, titulado simplemente Los hermanos Menéndez y dirigido por Alejandro Hartmann. De acuerdo con Gascón, este documento habla del abuso sexual por parte de su padre, el ejecutivo musical José Menéndez.
La otra prueba involucra al popular grupo musical puertorriqueño Menudo. Roy Roselló, uno de sus cinco integrantes, afirma que fue violado cuando tenía 14 años por Menéndez en la mansión del empresario en Nueva Jersey. La revelación ya se había hecho desde hace varios años, pero cobró relevancia el año pasado gracias a otro documental, este de la plataforma Peacock (NBC). “Sé lo que me hizo en su casa”, dice Roselló en Menendez + Menudo: Boys Betrayed. La serie de tres episodios cuenta con una documentación hecha por Nery Ynclan y Robert Rand, un experiodista de The Miami Herald y uno de los investigadores que más saben del caso. La defensa de los hermanos encarcelados ha pedido a los fiscales que se incluya el testimonio de Roselló en las pruebas que se ofrecerían a un nuevo jurado.
“No hemos concedido ni de un lado ni de otro, ni creemos, en este punto, que hubo un mal juicio. Pero se nos ha entregado nueva evidencia”, ha dicho Gascón. El fiscal ha anunciado que se celebrará una nueva vista del caso el próximo 26 de noviembre. La fecha podría cambiar por completo el caso. Los hermanos confiesan haber cometido los crímenes, pero integrar al proceso las nuevas pruebas podría obligar a reclasificar el grado de homicidio o llevar a una rebaja de las penas. Más de treinta años más tarde, no todo está dicho en el caso de los hermanos Menéndez.