De vicepresidente a presidente, o morir en el intento

Esta semana sirvió de recordatorio de la importancia de tener un vicepresidente que pueda asumir la presidencia en algún momento ante los peligrosos retos que enfrenta Estados Unidos

El candidato democrático a la vicepresidencia de Estados Unidos, Tim Walz, previo al debate vicepresidencial en Nueva York, el 1 de octubre.Brendan McDermid (Reuters)

Esta semana se llevó a cabo el debate entre candidatos para la vicepresidencia de los Estados Unidos. Generalmente no reciben mucha atención porque rara vez los candidatos a la vicepresidencia definen quién ganará las elecciones. Pero en el 2024, no ponerles atención a los compañeros de fórmula es un error. Estamos a un mes del 5 de noviembre y la mayoría de las encuestas apuntan que la demócrata Kamala Harris está empatada con el republicano Donald Trump.

Este empate sorprende especialmente a los demócratas ya que, a menos de 30 días de las elecciones, supondrían que Kamala Harris debería tener ventaja ya que el electorado conoce perfectamente lo bueno, lo malo y lo criminal de Donald Trump. Pero Kamala y Donald están empatados. Esto significa que un mínimo error o detalle podría cambiar los resultados. Hay que recordar que, en el año 2000, el entonces vicepresidente Al Gore perdió el Estado de Florida y por ende las elecciones por 537 votos.

En general, los electores desconocen a los compañeros de fórmula de Harris y Trump. El debate de hora y media debería de haber sido un espacio para conocer a dos individuos que, de ser electos, tendrían la responsabilidad de reemplazar al presidente. Y sí, Tim Waltz, compañero de fórmula de Kamala Harris, y J.D. Vance, quién acompaña a Donald Trump, permitieron que llegáramos a conocer, con más detalles, quiénes son. Y aunque sus seguidores y detractores debatirán quién ganó, podemos afirmar que no hubo un claro knock-out durante el debate. Fueron, de hecho, sorprendentemente caballeros, reconociendo que con frecuencia estaban de acuerdo en las mismas propuestas de políticas públicas.

Pero el debate también nos recordó el importante papel de los vicepresidentes. Hay altas probabilidades de que Waltz o Vance sean presidentes algún día. Desde que se establece la república, Estados Unidos ha tenido 46 presidentes, siendo Joe Bien el numero 46. Él fue vicepresidente por ocho años para el presidente 44, Barack Obama. A través de los años, nueve vicepresidentes eventualmente asumieron la presidencia, ocho por la muerte del mandatario ejerciendo sus funciones: cuatro fueron asesinados y los otros murieron por razones de salud. En el caso de Gerard Ford, asumió la presidencia por la renuncia de Richard Nixon.

El candidato republicano a la vicepresidencia, JD Vance, habla durante el debate televisado por CBS, el 1 de octubre en Nueva York. Mike Segar (REUTERS)

Además los vicepresidentes generalmente acaban siendo los candidatos, o por lo menos tienen prioridad, cuando los partidos tienen que escoger líderes. Diez exvicepresidentes fueron electos presidentes. De hecho, la actual vicepresidenta de Joe Biden, Kamala Harris, esta potencialmente en la antesala de ser la primer mujer presidenta de ese país. En resumen, de los 46 vicepresidentes estadounidenses, por diferentes razones, 19 eventualmente fueron presidentes de los Estados Unidos.

Por eso, el debate JD Vance-Tim Waltz tenía una importancia histórica. En el caso de JD Vance podría tener hasta más posibilidades de llegar a la presidencia, simple y llanamente por los 78 años y la salud de Donald Trump, su compañero de fórmula. Y hay otra realidad que favorece a Vance, gane o pierda, porque podría ser la persona que podría asumir, en el 2028, el legado político de MAGA.

El debate fue sorprendentemente civilizado, hubo pocas agresiones entre los candidatos y cantidad de veces Vance y Waltz reconocieron públicamente que estaban de acuerdo en muchas de las políticas públicas debatidas. Vance demostró su experiencia y su preparación, mientras que Waltz demostró los 20 años de diferencia con su contrincante. El adjetivo smooth pero mentiroso describe perfectamente a Vance mientras que la palabra que mejor describe a Waltz es simpático pero desordenado combinado con una inocencia que rara vez se encuentra en un político.

Los eventos de esta semana también fueron un recordatorio de la importancia de tener un vicepresidente que pueda asumir la presidencia y el papel de Comandante Supremo ante los peligrosos retos que enfrenta los Estados Unidos. Ya se contabilizaron casi 200 muertos como resultado del paso del huracán Helene que azotó Carolina del Norte, importantísimo Estado bisagra. La hora y media del debate permitió que los electores observaran el estilo de liderazgo de ambos.

Pero fue el nuevo indictment en contra de Donald Trump acusando al expresidente de azuzar la insurrección del 6 de enero del 2021 lo que subrayo la importancia de la calidad moral de los vicepresidentes. En el documento, el fiscal John Smith asegura que Donald Trump presionó a Mike Pence para que no aceptara los resultados de las elecciones y no lo protegió de la gente que atacaba al Capitolio y lo buscaban por desobedecer a Trump y respetar la Constitución. Durante el debate de esta semana, los comentarios de JD Vance hacen creer que estaría dispuesto a acatar las ordenes de Donald Trump, aunque fueran inconstitucionales o ilegales. Respetar la Constitución o apoyar a Trump no debería de ser un dilema que enfrente el candidato a la vicepresidencia, pero esto es la realidad de los republicanos a menos de un mes de las elecciones.

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