Historia de una extorsión exitosa
La Fiscalía capitalina tenía una denuncia ratificada por extorsión, testimonios, información sobre números de cuenta de bancos y a dos meses de la denuncia adivinen qué ha pasado: nada
Hace un par de meses vi que una amiga puso en su Instagram fotos de su lavadora, refrigerador, televisión, bocinas, con mensajes que decían: Vendo todo, mi mamá está muy grave en el hospital, por favor ayúdenme.
Le contesté de inmediato por mensaje en la misma red social, “ella” me escribió: Necesitan operar a mi mamá de emergencia y no logro juntar lo necesario. Deposítame lo que puedas ¡ya, por favor! Y me mandó un número para depositar en Oxxo. Me pareció raro.
Tomé...
Hace un par de meses vi que una amiga puso en su Instagram fotos de su lavadora, refrigerador, televisión, bocinas, con mensajes que decían: Vendo todo, mi mamá está muy grave en el hospital, por favor ayúdenme.
Le contesté de inmediato por mensaje en la misma red social, “ella” me escribió: Necesitan operar a mi mamá de emergencia y no logro juntar lo necesario. Deposítame lo que puedas ¡ya, por favor! Y me mandó un número para depositar en Oxxo. Me pareció raro.
Tomé la precaución de escribirle por WhatsApp antes de hacer el depósito. Me dijo que estaba muy preocupada porque algunos conocidos y familiares habían caído en la extorsión. Le expliqué cómo podía realizar su denuncia vía internet. Lo hizo.
Mientras, yo le seguí el cuento al extorsionador para tener más elementos que aportar a las autoridades. Le dije que me mandara su CLABE para hacerle una transferencia interbancaria porque no podía ir al Oxxo. Me mandó entonces la foto de una tarjeta de Banregio a nombre de mi amiga que ella nunca abrió.
Como le indicaron, ella fue a ratificar su denuncia a la Fiscalía de la Ciudad de México. Aportó los testimonios de las personas que cayeron y que lo hicieron a través del número de Oxxo, de la cuenta de Banregio y de otra más de Spin que estaba a nombre de un tercero que el extorsionador aseguraba que era un familiar.
Es decir: la Fiscalía tenía una denuncia ratificada, testimonios, información sobre números de cuenta de bancos y de deposito de OXXO que tuvieron que darse de alta de manera fraudulenta, sustentadas en documentos falsos y a dos meses de la denuncia adivinen qué ha pasado: nada, extorsión exitosa.
Lo más que logró mi amiga es que bloquearan su Instagram y eso lo hizo a través de META y su protocolo de seguridad.
Esta semana, la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, nos decía que el problema es que la gente no denuncia y que el delito no es grave y como gran solución anunciaba que en la Cámara de Diputados aprobarían una reforma prioritaria para incluir este delito en el catálogo de prisión preventiva oficiosa.
A lo mejor desconoce que la mayoría de las extorsiones se hacen desde la cárcel y la manera de prevenirlos sería hacerse cargo de la corrupción al interior de los centros para evitar que entren celulares y hacer funcionar los inhibidores de señal en las prisiones.
Más grave aún, a lo mejor no sabe que aumentar penas e incorporar delitos en el catálogo de prisión preventiva oficiosa no ha probado tener como consecuencia directa una reducción del número de delitos cometidos. Los ejemplos más claros y a la vista de todos son los feminicidios y las desapariciones forzadas.
En la mayoría de los estados de el país han aumentado las penas en los delitos de feminicidio y las cifras siguen siendo inaceptables: 850 feminicidios en 2023. La Ley en materia de Desaparición Forzada de Personas aprobada en el 2017 aumentó la pena estableciéndola entre cuarenta y sesenta años de prisión. A pesar de este aumento, sólo se han producido 35 sentencias por el delito de desaparición de personas, dato que contrasta con las más de 20 mil víctimas que reporta la Comisión Nacional de Búsqueda.
El populismo penal crea la percepción de que las autoridades reaccionan inmediatamente a un fenómeno delincuencial, que son sensibles al dolor de las víctimas. Sin embargo, estás “soluciones” que han sido las mismas en los gobiernos del PAN, PRI y Morena han demostrado su fracaso.
Si de verdad quieren detener las causas de la extorsión deberían de empezar por revisar la corrupción en las cárceles, la regulación de los bancos y el (no) actuar de las fiscalías… pero eso, claro, implica reconocer errores y tocar diversos intereses. Es mucho más fácil aprobar otra reforma inútil.
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