Habla lluvia
Queremos que surja una voz que explique el imperio de las mentiras y la contradicción de las buenas conciencias
Habla lluvia quien llora de madrugada un amor distante y habla en lluvia la pareja que lleva casi una hora en silencio, bajo el resguardo de un portal decimonónico, bañados en sueños. Habla lluvia la calle que refleja todo el vacío de los muertos que se acumulan cada semana con nombres y apellidos que alguien considera únicamente como cifras y habla lluvia la anciana que mira por la ventana la feliz recreación de su propio pretérito y hablan en lluvia las aves que parece que se esconden en las torres de las iglesias y en los resquicios de los adornos superiores de edificios.
La lluvia h...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Habla lluvia quien llora de madrugada un amor distante y habla en lluvia la pareja que lleva casi una hora en silencio, bajo el resguardo de un portal decimonónico, bañados en sueños. Habla lluvia la calle que refleja todo el vacío de los muertos que se acumulan cada semana con nombres y apellidos que alguien considera únicamente como cifras y habla lluvia la anciana que mira por la ventana la feliz recreación de su propio pretérito y hablan en lluvia las aves que parece que se esconden en las torres de las iglesias y en los resquicios de los adornos superiores de edificios.
La lluvia hablar en tiempo para confirmar que es cosa de ayer vuelto un hoy que ya no parece mañana y habla en lluvia la mirada de los niños que se quedaron este año sin primavera y habla en lluvia, con perfume de tormenta, el rayo lejano que retrasa su estruendo como eco de beso y evocación de abrazo. Todo llueve en las páginas impalpables de una historia que va narrando los días del desvarío y al mirar de lejos a quienes parece que van hablando a solas, justificados por los audífonos que ya forman parte de sus orejas, parece que van hablando lluvia al informar de sus rutas y horarios, sus pendientes y ciertos planes… pero tengo para mí que todos, absolutamente todos, estamos ante el enigma que se encierra en un misterio dentro del inmenso acertijo de todos los días y quisiéramos saber respuestas instantáneas a las preguntas que ni el mejor de los algoritmos logra cuadricular en las redes llamadas sociales. Queremos que surja una voz que explique el imperio de las mentiras y la contradicción de las buenas conciencias, que alguien hable a favor de la libertad sin tener que defender a los hipócritas, que hable alguien en defensa de la honra sin aludir a los plagiarios impunes y los rateros de cuello blanco; que alguien nos hable del hambre y de la vera forma de remediarla o del desfiladero descarado con el que se sigue sometiendo a los desposeídos y se trompica a los pueblos indígenas y se machaca al jodido y que alguien hable algo que alivie tanta confusión y sinsentido y por ende, pido en silencio: ¡Habla, lluvia! Baña verdades y arrastra mentiras, ahoga a los destemplados engaños de todos los pueblos y deja jugar en charcos limpios a los niños de todo paisaje; habla, lluvia en una sinfonía sin voz donde cada una de las gotas va limpiando las alas o la mirada clara con la que todo navegante de inciertos oleajes subraya el horizonte… despejado.