Arturo Zaldívar: “Norma Piña me tiene animadversión, un odio patológico”
El juez retirado rompe puentes con la presidenta de la Suprema Corte y la acusa de haber fabricado, junto a un grupo de ministros y operadores de Xóchitl Gálvez, la denuncia en su contra que ha desatado una tormenta política en época electoral
El ministro en retiro Arturo Zaldívar (Querétaro, 64 años) comienza la entrevista diciendo que está tranquilo, que tiene la conciencia en paz, que no tiene nada que temer. La semana pasada estalló un bombazo que llevó su nombre a todos los titulares: la Suprema Corte de Justicia, de la que formó parte 14 años y que presidió cuatro, había iniciado una investigación en su contra, a partir de una denuncia anónima, por ...
El ministro en retiro Arturo Zaldívar (Querétaro, 64 años) comienza la entrevista diciendo que está tranquilo, que tiene la conciencia en paz, que no tiene nada que temer. La semana pasada estalló un bombazo que llevó su nombre a todos los titulares: la Suprema Corte de Justicia, de la que formó parte 14 años y que presidió cuatro, había iniciado una investigación en su contra, a partir de una denuncia anónima, por presuntamente haber presionado a jueces para que emitieran fallos a favor del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por el que Zaldívar siempre mostró simpatías. La acusación, que alcanza a un grupo de sus colaboradores más cercanos, puso en duda la imparcialidad con la que debe actuar todo juez, más aún la cabeza del Poder Judicial. Zaldívar asegura que se trata de fabricación —una “telenovela”— de parte de ministros con quienes tiene grandes diferencias.
La Suprema Corte abrió un expediente para investigar las acusaciones y recabar pruebas. El juez, que renunció a la Corte un año antes de concluir su encargo para irse como asesor de Claudia Sheinbaum, la candidata presidencial del oficialismo, ha puesto en el centro de sus críticas a Norma Piña, la titular del Supremo. Si en una entrevista anterior con este periódico el exministro era cauteloso y decía que respetaba la gestión de Piña, en esta nueva conversación, el jueves, Zaldívar afirma que la presidenta de la Corte quiere ser la “heroína” de la derecha, que a ella no le importa cuidar al Poder Judicial, que convirtió al Supremo en un instrumento electoral, que ha desatado una cacería de brujas contra los jueces que fallan a favor del oficialismo, que él y Piña eran amigos pero ahora ella le tiene un odio patológico, que él hubiera podido ser un interlocutor entre la Judicatura y el próximo Gobierno (si Sheinbaum gana las elecciones) pero que la falta de claridad de Piña ha hecho volar los puentes.
Zaldívar afirma que se someterá a las investigaciones, aunque asegura que no se le comprobará alguna irregularidad. Rechaza que haya presionado a los jueces y niega que López Obrador haya tenido injerencia en los asuntos judiciales. El exministro sostiene que, si alguien defendió la independencia y las prestaciones del Poder Judicial, fue él, pero que muchos integrantes de la Judicatura no lo valoran. El juez considera que el trasfondo de la denuncia es político: un intento de Piña y la oposición por descarrilar la reforma judicial que Sheinbaum le ha encargado diseñar.
P. El tema de la denuncia en su contra ha escalado y ha abierto nuevos frentes de batalla. ¿Usted cómo se siente?
R. Yo me siento muy bien, muy fuerte, muy tranquilo, muy seguro de lo que estamos haciendo y de mi actuar honesto. Me parece lamentable y muy grave el actuar perverso y mezquino de la ministra Norma Piña, no solo admitiendo esta denuncia, sino habiéndola difundido masivamente con el único afán de dañar. Lo único que me molesta es que se atrevan a tacharme de corrupto, porque si algo tengo en mi vida es un comportamiento honesto, honorable, limpio. Yo no tengo un solo inmueble o bien distinto a los que tenía antes de ser ministro de la Corte; mi patrimonio, incluso, es menor que el que tenía. Entonces, a mí me pueden decir lo que quieran, menos corrupto, porque soy una persona honesta. Piña sabe, porque fuimos amigos, que yo no soy corrupto, y no le importó hacer estas acusaciones. Esto es una infamia, una mentira que viola toda la normatividad y los derechos humanos, pero vamos a salir bien y fortalecidos. Y el 2 de junio, Claudia Sheinbaum, a pesar de Norma Piña y sus secuaces, va a ganar la elección presidencial.
P. ¿Hasta dónde quiere llegar en su defensa?
R. Quiero ser muy claro: yo no tengo ningún ánimo de venganza ni de revancha con Piña. Yo no soy así. Mi único objetivo en este momento es ayudar a Sheinbaum. Yo aquí soy lo menos importante. Pero tuvimos que llegar a la ofensiva porque Piña violó diversas disposiciones y realizó conductas que pueden ser constitutivas de delito, e incursionó indebidamente en el proceso electoral. En las investigaciones se va a acreditar que Norma Piña, desde que tomó la presidencia de la Corte, ha estado vinculada a la derecha, al PRIAN, para tratar de afectar el Gobierno del presidente López Obrador y ahora la candidatura de Sheinbaum. Lo único que estamos haciendo es defendernos, pero lo nuestro no es la venganza, lo nuestro es la justicia.
P. ¿Qué cree que motiva esa denuncia?
R. Varias cosas. Primero, una animadversión, un odio patológico que me tiene Norma Piña. Segundo, la alianza que tiene Piña con el PRIAN desde hace tiempo, y que obviamente ellos, después del debate presidencial, que le fue muy mal a la candidata del PRIAN [Xóchitl Gálvez], buscaban con esto afectar a nuestra candidata. Me parece que también apostaron a que no iba a ser yo respaldado y que iban a poder librar la posibilidad de una reforma judicial. Yo creo que se equivocaron, fue un mal cálculo, una mala estrategia. Esto simplemente es una acción política que incide en lo electoral. Piña está utilizando a la Corte y al Poder Judicial con fines electorales, sin el consenso de los ministros y consejeros de la Judicatura. Es muy delicado. Mi problema no es con el Poder Judicial. Yo respeto mucho y aprecio a la mayoría de las personas que trabajan en el Poder Judicial Federal, me consta que la mayoría de los jueces son honestos y hay algunos que no. Mi problema es con Norma Piña. Es la institución utilizada indebidamente por quien tendría que defenderla y guardar una postura neutral en la contienda electoral
P. ¿Cree que es una respuesta a la expectativa de la reforma judicial?
R. Son muchas cosas. Por un lado, hay un resentimiento muy serio que Piña fue albergando con el presidente López Obrador, acuérdense de todos los desplantes que ha tenido con él lo largo de todo este tiempo. Y hay una preocupación real de que vaya a ganar Sheinbaum, y claro, la probable reforma judicial. Yo creo que es la apuesta. Nosotros sabemos de reuniones que ya ha tenido [Piña] con líderes de partidos, tratando de hacer equipo con ellos para que no se lleve a cabo la reforma judicial.
P. Se refirió a “Norma Piña y sus secuaces”. ¿Quiénes son?
R. Yo en este momento preferiría no mencionarlos. Nos esperaremos a los procesos correspondientes. Ahí van a salir nombres, va a salir el modus operandi, van a salir muchas cosas, y la gente podrá ver el verdadero rostro de Norma Piña, su nivel político, su nivel humano y su lenguaje.
P. ¿Pero están en la Corte esos “secuaces”?
R. En la Corte y en el equipo de la candidata del PRIAN, en la derecha y la comentocracia de derecha.
P. Usted ha mencionado que esto fue un caso fabricado.
R. Sí, da la impresión de que fue armado. Esta telenovela —vamos a suponer que fuera medianamente cierta— tendría que haberla hecho una persona que, durante los años que están ahí denunciando [2019-2023], estuvo todo el tiempo en todos lados y recibió información de todas las personas. Es totalmente irreal. Esta denuncia, mi opinión, se fue armando a lo largo de todo el periodo de Piña con el único ánimo de dañar, y estaban esperando el momento oportuno. La alianza con el PRIAN es muy burda. Sale la candidata del PRIAN a defender a Piña y atacarme a mí todos los días, y los legisladores del PAN dicen que van a promoverme un juicio político. Está clarísimo el nado sincronizado. Son lo mismo: Norma Piña representa lo que representa la candidata del PRIAN, y viceversa.
P. Ha dicho que usted y Piña fueron amigos. ¿En qué momento esa relación se convirtió en enemistad?
R. Fuimos muy amigos, estudiamos juntos el doctorado, y sus primeros años en la Corte llevamos una muy buena relación. Cuando yo era presidente de la Corte, a partir del asunto de la consulta popular que tuvimos que resolver, empezó a haber un distanciamiento. Y después, de ella hacia mí empezó una enemistad muy fuerte. Yo realmente desconozco cuál fue el origen de que ella empezara a cambiar así conmigo, porque yo le tenía, incluso, mucho cariño.
P. ¿No será por el cambio de la presidencia de la Corte? Quizá usted no la apoyó inicialmente.
R. No, porque esto fue previo. No fue por la presidencia, y además yo con ella no asumí ningún compromiso, yo fui muy honesto con ella. No tendría por qué molestarse conmigo por la votación, porque yo ofrecí mi voto, honré mi voto, honré mi palabra como siempre, y no le causé ningún agravio. El odio venía desde antes, desde que yo era presidente; ella se alió con la parte opositora de la Corte, y yo creo que, cuando llega a la presidencia a la Corte, le pareció muy sexy ser como la heroína de la derecha, ser aplaudida por todas las plumas de la derecha, por periódicos aliados a la oposición, por el Twitter jurídico. Yo creo que eso la mareó.
P. ¿No cree que la institución judicial está siendo dañada y que debía quedar al margen del juego electoral?
R. Yo creo que la intervención de Norma Piña con esta denuncia está dañando la institución. Y por supuesto, jurídica, constitucional y políticamente, la Corte tendría que haberse mantenido neutral en la contienda electoral, en esta con más razón, porque el país está muy polarizado y la Corte no puede llegar a la postelección con este ambiente de polarización, de enojo, de enemistad y de ataque a un movimiento que va a ganar la elección presidencial. Me parece que es darse un balazo en el pie.
P. ¿No cree que usted también está abonando al desgaste de la institución judicial?
R. No, porque yo renuncié a la Corte con absoluta transparencia para unirme a la campaña de Sheinbaum. Yo no utilicé a la Corte en la campaña, yo me salí, y no he utilizado en lo más mínimo al Poder Judicial. Yo he hablado de una reforma a la justicia, lo he dicho con apertura, yo nunca he denostado a los jueces ni al Poder Judicial, yo siempre fui autocrítico de la Corte estando dentro. Si Piña hubiera tenido más claridad, yo creo que yo hubiera podido ser un canal de interlocución [con el próximo Gobierno], que siempre es importante y necesario. Si alguien cuidó a los jueces y magistrados fui yo. Durante mis cuatro años como presidente, nunca se pusieron en riesgo sus prestaciones, sus percepciones. Es algo que creo que la gente del Poder Judicial no ha valorado. El costo político de que el Poder Judicial lo haya entregado intacto, lo asumí yo, no ellos. A Norma Piña no le está importando la institución, le importa ella. Y hay ciertas conversaciones privadas con ella, que no voy a dar a conocer obviamente porque fueron privadas, pero que yo lo sé: no le importa la gente.
P. ¿Considera que a Piña se le fue de las manos la presidencia del Poder Judicial?
R. Yo creo que ella, honestamente, no... según ella lo dijo, se inscribió [para presidir la Suprema Corte] pensando que no iba a ganar. Ella lo dijo, se lo ha dicho a mucha gente, que lo hizo simplemente para que hubiera otra mujer, pero ella nunca pensó que iba a ganar. Y bueno, yo creo que, para llegar a estos cargos, hay que ir con un proyecto, con una visión, con ideas. Podría decir otras cosas, pero no quiero caer en descalificaciones personales, ella llegó por el voto de mis compañeros, llegó legítimamente, y yo siempre fui cuidadoso. Nunca, ni en público ni en privado, hice un solo comentario en contra de ella. Nunca hablé mal de ella, es algo que tampoco se valora, mi comportamiento siempre fue institucional, hasta el último minuto. Ahora estoy en otra posición y estoy siendo atacado y obviamente tengo que defenderme, pero cuidando la institución.
P. Si usted siguiera en el cargo de presidente de la Corte, ¿qué habría hecho si le hubiera llegado una denuncia parecida?
R. Yo la denuncia ni siquiera la he visto a detalle, me parece un absurdo, un despropósito. Cuando había denuncias anónimas sin pruebas, por regla general, se desechaban. Cuando había denuncias con elementos, se abría la investigación, pero nunca fue una cacería de brujas. Nosotros cuidamos a jueces y magistrados. Cuando había mérito para investigar, lo hicimos. En mi administración esto no hubiera llegado porque yo no hubiera fabricado una denuncia para perjudicar a mi antecesor. Yo siempre cuidé a la Corte y a los ministros.
P. El Consejo de la Judicatura dice que esta investigación se abrió con base en una reforma que usted impulsó en 2020.
R. A ver, no lo dice el Consejo, lo dice Norma Piña. Yo estoy diciendo que las denuncias anónimas y sin pruebas, en principio, no deben admitirse. Por excepción a la regla, se pueden admitir cuando dan circunstancias de tiempo, modo y lugar que hacen verosímil y creíble la investigación. No es el caso. En relación conmigo, incluso, no hay una sola conducta concreta que se me achaque, ni una. Entonces, Piña debió haber desechado la denuncia en relación conmigo.
P. A usted se le señala por no haber cuidado la independencia judicial. López Obrador dijo que hablaba con usted de algunos asuntos judiciales y luego usted hablaba con los jueces. Muchos vieron en eso una confesión de parte sobre la injerencia del Ejecutivo.
R. El presidente no es especialista en Derecho. El lenguaje, cuando lo utiliza alguien que no es especialista, hay que tomarlo con reservas, porque si yo, como abogado, digo eso, tendría una connotación diferente. El presidente nunca me pidió intervenir en ningún asunto judicial, nunca tocamos asuntos jurisdiccionales de jueces y magistrados cuando nos reunimos. El único caso que platicamos fue el de Ayotzinapa, porque firmamos un convenio de colaboración. Sí teníamos una coordinación para dar seguridad a jueces y magistrados, y para nuestro presupuesto, que se tiene que negociar con la mayoría en la Cámara de Diputados. Yo creo que el presidente se refería a que, cuando yo presidía la Corte, había cosas que los jueces y magistrados corruptos no se atrevían a hacer, porque sabían que había una vigilancia y que podía haber consecuencias. Cuando llega Norma Piña, con el pretexto de la independencia judicial, quita todos los controles, y pasan muchas cosas que antes no pasaban.
P. ¿Cree que se equivocó el presidente con esa declaración?
R. Yo no tengo ya más comentarios sobre la declaración del presidente, él la emitió, yo le tengo respeto y afecto al presidente y le estoy muy agradecido por el respaldo que me está dando. Yo sé que es un hombre honesto. Nunca hubo nada indebido en la relación con el presidente López Obrador conmigo. Yo entiendo que él se expresó de esa forma con muy buena fe.
P. Quizá no era directamente el presidente quien le hablaba y le pedía atención en ciertos asuntos, pero sí un intermediario. La denuncia menciona a Julio Scherer, exconsejero jurídico de López Obrador.
R. Él nunca me pidió hablar con un juez; habló conmigo de los temas que le correspondía hablar de la Corte, nada más, y se le escuchó como escuché a todos. Antes de él, también recibí a los consejeros jurídicos de [Enrique] Peña Nieto y de [Felipe] Calderón.
P. ¿Qué tan común es que haya interlocución entre Poder Judicial y Ejecutivo para asuntos relevantes?
R. Yo puedo decir que el presidente que menos, no diría intervino, que menos trató temas judiciales con nosotros fue López Obrador. Que a mí me conste, los presidentes de la Corte anteriores a mí eran muy cercanos a Calderón y Peña Nieto. Con Calderón comíamos dos veces al año. Peña Nieto era cercanísimo a muchos ministros, Luis María Aguilar comía muy seguido con él en la Corte y en Los Pinos, y sé que se trataban cosas. López Obrador nunca trataba asuntos judiciales. Y yo nunca en la vida hablé con ningún juez o magistrado, ya no digas para presionarlos, nunca he tratado ningún asunto jurisdiccional.
P. Además de usted, hay excolaboradores suyos denunciados. ¿Da la cara por ellos?
R. Yo tengo confianza en mis colaboradores, tuve un gran equipo, confío en ellos, si alguno cometió un error y se demuestra, lo aceptaré, yo no voy a ser tapadera de nadie, pero no basta que lo digan, tendrán que probarlo.
P. ¿Qué tanto daño cree que este asunto le hace a Sheinbaum y su campaña?
R. La verdad, ninguno. No les alcanzó. Sheinbaum está muy fuerte, muy sólida, esto no le va a generar ninguna afectación, el pueblo sabe, conoce. Ella está mucho más allá de esto. Sí es muy molesto que la hayan querido involucrar y golpearla de esta forma, pero es una gran mujer, una gran política, va a ser una estadista. No les salió la jugada.
P. Si esto, sin embargo, llegase a escalar políticamente, ¿le pediría a Sheinbaum prescindir de usted, hacerse a un lado?
R. Ella dijo que yo voy a seguir en su equipo de campaña; mientras ella considere que yo le puedo ser útil, allí estaré, porque mi única finalidad de estar en este proyecto es ayudarla.
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