Sheinbaum ya se ve como la próxima presidenta de México: “Ganamos la precampaña”
La candidata de Morena reivindica el legado de López Obrador y celebra que, “en el peor de los escenarios”, le saca 20 puntos a Xóchitl Gálvez
Claudia Sheinbaum ya se ve como la próxima presidenta de México. La candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha sacado músculo en su cierre de precampaña con un baño de masas. “Ganamos la precampaña”, ha dicho rodeada de más de 50 personas de su equipo y una enorme afluencia que desbordaba el Monumento a la Revolución. Acompañada por los líderes de los tres partidos que la enarbolan —el Partido del Trabajo, el Partido Verde y el suyo—, ha cel...
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Claudia Sheinbaum ya se ve como la próxima presidenta de México. La candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha sacado músculo en su cierre de precampaña con un baño de masas. “Ganamos la precampaña”, ha dicho rodeada de más de 50 personas de su equipo y una enorme afluencia que desbordaba el Monumento a la Revolución. Acompañada por los líderes de los tres partidos que la enarbolan —el Partido del Trabajo, el Partido Verde y el suyo—, ha celebrado que las encuestas la posicionan cómodamente en primer lugar, por delante de Xóchitl Gálvez. “La distancia es, en el peor de los escenarios, de 20 puntos de diferencia”. Quien ha sobrevolado todo el discurso de la candidata ha sido el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyas frases célebres, como “por el bien de todos, primero los pobres” o “ellos son el pasado, nosotros somos la esperanza de México”, han aparecido este jueves de la boca Sheinbaum. “No creo exagerar al decir que somos el movimiento social y político más fuerte de todo el planeta”, ha lanzado ante el aplauso de sus seguidores.
En el escenario le acompañaban algunos fieles, como el exsecretario de Seguridad Ciudadana Omar García Harfuch y la exfiscal capitalina Ernestina Godoy, ambos candidatos al Senado actualmente. Pero también otras figuras que se le fueron sumando en el camino, como candidatos a las gubernaturas o los antiguos aspirantes a la candidatura Ricardo Monreal y Adán Augusto López. La sorpresa fue la reaparición de Marcelo Ebrard, que se sentó apenas a un metro de la candidata presidencial, pese a las amenazas que había lanzado de abandonar el partido cuando perdió la encuesta interna. Los propios militantes del movimiento comentaban asombrados cuando el excanciller y Sheinbaum se fundieron en un abrazo frente a las cámaras.
Los 60 días que ha durado la precampaña han dejado a Sheinbaum en un lugar cómodo, con una clara ventaja sobre sus contendientes. Le han dado también una mayor confianza al hablar y al moverse. Este jueves la candidata se mostró convencida de que va a ganar. “Que no queden dudas, vamos por el plan c”, vociferó en medio de la plaza llena. La aspirante a la Presidencia aseguró que no solo va a ganar ella, sino también van a obtener la mayoría calificada en el Congreso y en el Senado —dos tercios de las cámaras—, el obstáculo que ha impedido al presidente sacar a delante sus grandes iniciativas legislativas durante este sexenio.
La legislación electoral determina que hasta el primero de marzo, que comienza oficialmente la campaña, los equipos no pueden presentar sus propuestas de gobierno. Pero Sheinbaum, sin nombrarlo como tal, ha adelantado algunos puntos de lo que buscará ejecutar. “El proyecto de nación que voy a encabezar, porque de que vamos a llegar, vamos a llegar, será incluyente y representará un futuro promisorio”. Los ejes que ha enlistado de su programa incluyen la austeridad republicana —un Gobierno sin Estado mayor presidencial ni avión privado—, los programas sociales y la inversión pública. Apostará, según ha dicho, por fortalecer el sistema de salud público, la educación y la ciencia.
En una toma de distancia con López Obrador, Sheinbaum ha prometido apostar por la transición energética hacia fuentes de energía renovables y la protección de los recursos naturales. Pero ha intentado mantenerse bajo la línea de su predecesor constantemente y ha asegurado que dará continuidad a la propuesta presidencial de apostar por los trenes de pasajeros, y anunció una decena de nuevas líneas ferroviarias. Casi no ha mencionado el tema de la inseguridad, que es uno de los lastres que no ha conseguido controlar el actual Ejecutivo. Sobre eso solo ha dicho que buscará la paz, pero alejada de “la mano dura” que caracterizaron a los anteriores Gobiernos. Otras promesas fueron un sistema de cuidados para las mujeres, seguir aumentando el salario mínimo y apostar por los derechos de diversidad sexual.
Reivindicar el legado de López Obrador, sobre quien se tomó largos minutos para elogiar, no solo le sirvió para provocar los festejos entre la multitud. La buena imagen que mantiene el mandatario le ha dado a Sheinbaum una gran ventaja de salida. Por eso cuando los seguidores cantaban este jueves “es un honor estar con Claudia hoy”, la candidata respondía sonriendo: “Es un honor estar con Obrador”.
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