Pérdidas millonarias, más subsidios y más deuda: un sexenio sin brillo para la CFE de Manuel Bartlett
La paraestatal eléctrica depende en su balance de las transferencias gubernamentales, que hasta agosto de este año superaron los 65.000 millones de pesos
El Gobierno de López Obrador ha tenido como prioridad el reflotamiento de las finanzas de las paraestatales eléctricas, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Los apoyos directos del Ejecutivo corren en paralelo a los llamados apagones del servicio eléctrico y la incertidumbre de los operadores privados frente a la ...
El Gobierno de López Obrador ha tenido como prioridad el reflotamiento de las finanzas de las paraestatales eléctricas, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Los apoyos directos del Ejecutivo corren en paralelo a los llamados apagones del servicio eléctrico y la incertidumbre de los operadores privados frente a la política energética del próximo Gobierno, frente a una Administración saliente que sin recato aseguró que el objetivo primario era el rescate de la CFE, en detrimento de los privados. Aunque el rescate a la petrolera a manos del Ejecutivo ha acaparado los titulares por la magnitud de las inyecciones directas, los subsidios y transferencias directas para la eléctrica que dirige Manuel Bartlett tampoco son asunto menor. De enero a agosto de este año, estos subsidios ascendieron a 65.265 millones de pesos, un incremento de 1,6% respecto al mismo periodo del año pasado, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Hacienda.
La paraestatal eléctrica genera, actualmente, el 72% de la electricidad de México y tiene casi 50 millones de clientes en el país. Las transferencias que recibe la CFE de parte del Gobierno federal sirven para compensar las tarifas subsidiadas de la mayoría de los usuarios domésticos. Sin estos desembolsos de la Administración federal, el balance de la paraestatal eléctrica entre ingresos y egresos arroja un balance deficitario por 19.962 millones de pesos. En ingresos, principalmente por la venta de electricidad, la paraestatal reporta de enero a agosto un crecimiento de 1,8%, respecto al mismo periodo de 2023, alcanzando los 328.743 millones de pesos. Mientras las ventas por electricidad registraron un alza marginal, los desembolsos operativos, en materiales, inversiones y pensiones van en ascenso. Durante los primeros ocho meses del año, los gastos de la CFE superaron los 348.000 millones de pesos, un incremento, respecto a los 334.125 millones de pesos de enero a agosto de 2023.
Las transferencias directas poco han servido para sanear las finanzas de la principal generadora eléctrica, golpeadas recientemente por las pérdidas cambiarias. Al primer semestre de este año, la CFE reportó pérdidas netas por 74.867 millones de pesos, un resultado decepcionante al considerar las utilidades netas de 2023. La eléctrica atribuyó el resultado negativo por la pérdida cambiaria de casi 100.000 millones de pesos en ese periodo, como resultado de una depreciación del peso frente al dólar.
La deuda financiera de la paraestatal ascendió a junio de 2024 a 460.700 millones de pesos, un 14% más que los 402.500 millones de pesos reportados durante el mismo periodo de 2023. En su reporte, la paraestatal, justificó esta alza a una paridad débil del peso con relación al dólar, así como por la ejecución de su programa de inversiones. Además, la deuda con sus proveedores alcanzó su mayor nivel de los últimos seis años al superar los 78.500 millones de pesos.
Carlos Flores, analista del sector eléctrico, explica que no hay mucho margen de maniobra para el sector eléctrico del país si se sigue deteniendo la atracción de inversiones en el sector. “Llegará Claudia Sheinbaum y tomará un mercado eléctrico que está casi desde las cenizas y ella tendrá que decidir si da un viraje o no, pero hasta ahora las señales apuntan a que continuará con la misma política energética actual, entonces enfrentamos un escenario muy pesimista, de otros seis años iguales”, indica.
El experto hace hincapié en que se requiere inversión al interior de la empresa, un proceso de restitución de centrales eléctricas para sustituir a las plantas más antiguas, menos eficientes y más contaminantes. “México ya va demasiado detrás en su posible cumplimiento de reducción de emisiones contaminantes, hay cada vez más apagones, va demasiado detrás en construir centrales de generación que tengan precios competitivos y, por ende, el precio sigue subiendo y subiendo”, zanja.
Pese a estos flacos resultados, el respaldo del Gobierno a su paraestatal eléctrica siguen siendo un pilar para la compañía. Tres calificadoras mantuvieron la calificación crediticia de la CFE en grado de inversión: Moody’s (Baa2), Standard and Poor’s (BBB) y Fitch Ratings (BBB-). A principios de agosto, la calificadora Fitch calculó que las transferencias gubernamentales totales a CFE por subsidios a las tarifas eléctricas ascenderán a 81,500 millones de pesos en 2024 y el próximo año se elevarán a más 85.000 millones de pesos.
La confianza de las calificadoras tiene un sustento en los dichos de la próxima directora de la CFE, Emilia Esther Calleja Alor, una ingeniera de casa, con más de tres décadas de trayectoria en esta empresa. “Continuaremos con el legado de la Administración que concluye, continuaremos fortaleciendo ese 54% de participación que tenemos la CFE, y promoviendo el uso eficiente energética”, mencionó Calleja Alor en agosto pasado. A partir de octubre quedará por ver si se mantiene el rubro o la presidenta Sheinbaum hace un cambio de viraje.
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