La guerra en Sinaloa pasa factura al bando de Los Chapitos
La acción del Estado y la pelea con la facción de Los Mayos han dejado detenciones y asesinatos de alto perfil que han golpeado al grupo de los hijos de El Chapo
No hay un dato público que lo ponga en estadísticas ni tampoco una declaración oficial que saque conclusiones definitivas sobre si la guerra interna del cartel de Sinaloa está poniendo la cancha inclinada para alguna de las dos facciones del Cartel de Sinaloa, Los Chapitos o Los Mayitos, divorciadas desde hace más de un año tras la abrupta detención de Ismael El Mayo Zambada. Pero lo que sí han dejado estos últimos meses son golpes claros a las estructuras que, según los datos del Gobierno estadounidense y las pocas pistas del mexicano, han mermado la capacidad de fuerza del grupo de los hijos de El Chapo. El último en caer, asesinado en pleno corazón de Ciudad de México, ha sido El Panu, jefe de sicarios, uno de los pocos hombres fuertes que estaban aún en acción.
Una serie de detenciones, asesinatos y aseguramientos de alto perfil, ocurridos no solo en Sinaloa, sino también en Jalisco y en la capital, han alimentado esa percepción de que los golpes son más frecuentes y contundentes sobre Los Chapitos. Para Cecilia Farfán, jefa del Observatorio de América del Norte de la Iniciativa Global contra la Delincuencia Organizada Transnacional, esa percepción no surge de la nada, aunque tampoco puede sustentarse con datos duros.
“No conocemos los perfiles, no sabemos cómo el Gobierno determina que alguien pertenece a un grupo u otro, al menos no de forma pública. Entonces no es que podamos tener el dato duro y decir: el 80% pertenece a este grupo”, explica. Sin embargo, dice, hay elementos que permiten hacer una conjetura razonable, como la acusación formal presentada por el Gobierno de Estados Unidos contra Los Chapitos por tráfico y producción de fentanilo y las recompensas multimillonarias por información que dé con su paradero y posible captura. A ello, se suma el cambio en la relación de cooperación en seguridad entre México y Estados Unidos y el tipo de inteligencia que esa cooperación suele generar. “Generalmente, lo que Estados Unidos aporta es inteligencia, que es decirle al Gobierno mexicano ‘fulano está en tal lugar, si lo quieres detener está ahí’. No es difícil imaginar que haya un énfasis sobre una facción por encima de otra”, señala.
Detrás de ese énfasis hay también una lógica operativa, que se basa en usar los recursos limitados contra los grupos que percibe como más letales. “Si tú diriges tus acciones a lo que la ciudadanía percibe como el origen del desorden y la violencia, eso también te da margen político para decir ‘estoy haciendo algo, estoy respondiendo”, menciona Farfán.
Los nombres de los caídos que pesan en Los Chapitos
Los operativos de seguridad del Gobierno de Claudia Sheinbaum han conducido a la detención de varios pesos pesados dentro del grupo, pero también han permitido conocer que otros tantos han sido asesinados en una secuencia que, en los últimos 15 meses, ha tocado a porteros, administradores, operadores, a miembros de la misma familia y a la producción.
El 22 de noviembre de 2023 fue detenido Nestor Isidro Pérez Salas, El Nini. Era el operador que convirtió la violencia en espectáculo, quien organizó el Jueves Negro como si fuera un festival. Terminó capturado en noviembre en Colinas de la Rivera, bajado de una azotea cuando intentaba huir. De Culiacán pasó directo a Nueva York, tras ser extraditado.
En febrero de este año, cayó Kevin Alonso Gil Acosta, El 200, operador de Los Chapitos, quien fue arrestado y posteriormente extraditado a Estados Unidos. Ese mes también fue detenido José Ángel Canobbio Inzunza, El Güerito, durante un operativo de fuerzas federales por tierra y aire en Sinaloa. Era uno de los objetivos prioritarios de Estados Unidos.
En mayo fue asesinado Jorge Humberto Figueroa Benítez, La Perris, quien fue considerado jefe de seguridad de Los Chapitos. El crimen ocurrió cuando el ejército encabezó un operativo especial en Navolato, Sinaloa.
Los episodios más recientes, de días atrás, cuentan con la ejecución en un restaurante de la Zona Rosa, en la capital, de Óscar Noé Medina González, El Panu, el último jefe de sicarios, seguida de la detención de Carlos Gabriel Reynoso García, líder operador de la facción en Mazatlán. Se le atribuye estar encargado del trasiego y venta de droga, coordinar acciones de violencia y robo de vehículos. Dos días después, fueron atrapados por las autoridades Mario Alfredo Lindoro Navidad, de 44 años, y Mario Lindoro Elenes, de 69 años, cuñado y suegro de Archivaldo Iván Guzmán, además de operadores financieros.
El día 23 de diciembre Alan Gabriel Núñez Herrera, El Alquimista, fue asesinado en una gasolinera del fraccionamiento Tres Ríos, uno de los nombres que aparecen en los registros de búsqueda federal de Estados Unidos como una figura asociada a conspiraciones para la importación y el tráfico de fentanilo a Estados Unidos, así como a la “posesión y conspiración para poseer ametralladoras y dispositivos destructivos, además de una conspiración para el lavado de dinero”. Por él, se ofrecía una recompensa de un millón de dólares.
Pese a estas acciones, Miguel Calderón Quevedo, coordinador ciudadano del Consejo Estatal de Seguridad Pública en Sinaloa (CESP), coincide en que se necesita más información oficial para entender si los golpes han incidido más en un bando que en el otro y por qué. “Es difícil saberlo porque no nos dan información sobre los perfiles. Son datos de carpetas de investigación que no se hacen públicos”, dice. Sin embargo, agrega, lo que sí se observa es un cambio en la dinámica criminal después de 15 meses de conflicto. “Al inicio había un desnivel por el control territorial, pero esto ha avanzado y ahora podemos ver un desequilibrio al revés”, señala, sin dejar de recordar el músculo que aún conservan para causar daño. “A pesar de las bajas y los decomisos, siguen con una intensidad impresionante. Tiene capacidades de logística, de recurso humano y de abastecimiento que muestran que la estructura sigue funcionando”.