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Una brutal paliza de unos alumnos al director de su plantel en Tamaulipas reabre el debate de la violencia en las escuelas en México

Los estudiantes del Cetis 78 de Altamira habían preparado una marcha pacífica por casos de acoso en el centro, pero la protesta terminó en una salvaje agresión

El momento de la riña registrada en el CETISFoto: RR.SS | Vídeo: RR.SS

Con los teléfonos en alto, decenas de estudiantes del Cetis 78 de Altamira, en Tamaulipas, grababan el miércoles la brutal paliza que algunos de sus compañeros estaban propinando al director del centro, Julio César Barrón. Los alumnos habían convocado una marcha pacífica para protestar por casos de acoso y negligencias que se estaban dando en el recinto escolar, pero “el hartazgo y la falta de respuestas de las autoridades hicieron que la situación se saliera de control“, han apuntado en redes sociales. La salvaje agresión ha obligado a decretar una jornada de lecciones online. Mientras el caso ha reabierto el debate de la violencia en las escuelas, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha afirmado que las clases se reanudarán el viernes “con actividades de reflexión y una jornada por la paz para fortalecer la convivencia armónica”.

Las imágenes han dado la vuelta al país. En el patio de un plantel escolar, un hombre con camisa blanca sale con las manos en alto. Recibe gritos y chiflidos, los alumnos le tiran agua y papeles mientras otros graban. Encima de él se lee: “Sala de maestros”. De repente, el primer empujón. De ahí sigue una cascada de puñetazos, patadas y golpes en la cara, por parte de un grupo de estudiantes —todos ellos varones— hacia el que es el director de su centro. El tumulto no se dispersa y persigue al funcionario. Los que atacan, vestidos con uniforme escolar y mochilas, terminan derribando a Barrón, quien desde el suelo sigue recibiendo los impactos. Algunos testigos —pocos— tratan de intervenir y parar la agresión: “Aguanten, aguanten”. Finalmente, el director logra dejar el Cetis 78. Al final, en las grabaciones de sus alumnos se escucha decir a alguien que se habían pasado.

La paliza ha llegado hasta la SEP. La secretaría federal ha informado en un comunicado que “ante los lamentables hechos se ha establecido una ruta de atención inmediata para garantizar la continuidad de los procesos educativos y la promoción de ambientes escolares adecuados”. Además, ha anunciado que se va a investigar al personal directivo del plantel y “brindar acompañamiento a las denuncias de la comunidad escolar, particularmente las relacionadas con violencia contra estudiantes”. En su texto no hace referencia a si se va a investigar la agresión grabada al director del centro.

Tras la viralización del ataque, en una cuenta de X llamada Justicia Cetis 78, los alumnos han compartido algunos mensajes y capturas de pantalla de cómo la protesta nació con la intención de ser pacífica. “Los estudiantes nos organizamos porque ya estamos cansados de tantas injusticias: desde permitir la entrada de policías armados al plantel para inculpar falsamente a dos docentes, hasta imponer reglas discriminatorias y abusivas que afectan nuestra vida estudiantil. El problema es que, una vez más, las autoridades minimizaron nuestras quejas. En lugar de escucharnos, nos cerraron las puertas y nos trataron como si no tuviéramos voz. Eso fue lo que provocó que todo escalara”, se lee en las publicaciones.

En la cuenta se recuperan mensajes de acoso sexual que presuntamente profesores del centro mandaron a alumnas y también una fuerte agresión que sufrió una estudiante a manos de otras tres. Todo, acusan, sin que el director del centro tomara medidas. “En nuestro plantel se persigue a los estudiantes por su pelo, mientras se ignoran denuncias más graves: voces de alumnas que hablan de insinuaciones indebidas, voces de maestros que han sido hasta amenazados por alzar la voz. ¿Por qué esos testimonios no son escuchados?“, escribieron en la convocatoria a la protesta.

En el grupo de WhatsApp de los jóvenes, algunos han compartido su indignación de que se usara la violencia: “La huelga era pasiva (...) ahora violaron los derechos de esta persona. Todo aquel que hizo vandalismo no tiene ni un respeto alguno”. “Hoy queremos dejar en claro que no somos delincuentes, somos estudiantes que exigimos justicia y respeto. Queremos un plantel libre de corrupción, libre de abusos y con reglas justas para todos”, terminan los mensajes.

No es la primera vez que aparecen casos de brutales agresiones en planteles educativos. Este febrero fue el caso de Fátima, una alumna de Iztapalapa, a la que sus compañeros llegaron a romper la cadera. En 2024, fue la muerte de Adriel, que tenía 11 años, en Hidalgo, a causa de una paliza de otros estudiantes. Y, un año antes, se viralizaron las imágenes de la salvaje golpiza que recibió Norma Lizbeth Ramos, una adolescente de 14 años, a manos de otra compañera. Ambas todavía llevaban el uniforme escolar. Norma murió a causa de las heridas.

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