Guatemala acoraza sus fronteras con kaibiles, su unidad militar de élite más temida
El despliegue se produce un mes después de la visita del secretario de Estado Marco Rubio a Centroamérica
El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, ha acorazado sus dos fronteras; por el norte con México, y por el sur con Honduras y El Salvador. Y para ello ha enviado a su unidad de élite más temida por recurrir a los métodos más brutales: los kaibiles. De acuerdo con las autoridades militares, la medida llamada Cinturón de Fuego pretende detener paso de drogas y migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.
Este lunes, la Brigada de Operación para Montaña del Ejército de Guatemala, ubicada en el departamento de San Marcos, desplegó operaciones en varios puntos ciegos en su frontera entre Guatemala y México. En inicio son 132 kilómetros de pasos legales y puntos ciegos los que la milicia busca resguardar, pero las autoridades aseguraron que el plan es cubrir los casi 1.000 kilómetros de frontera entre ambos países.
De acuerdo con el coronel Juan Ernesto Celis, encargado de la operación en la región nororiental del país, el despliegue de kaibiles en las fronteras es parte de la Fuerza de Tarea Control Territorial y Fronteras. La semana pasada, el Gobierno guatemalteco lanzó el mismo operativo en la frontera sur, colindante con Honduras y El Salvador.
Este reforzamiento ocurre un mes después de la visita del secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, a Guatemala. Rubio realizó una gira por Centroamérica en febrero, justamente con el objetivo de presionar a los países del istmo para frenar el flujo de droga y migrantes hacia su país. El Gobierno de Donald Trump ha aplicado una política exterior llena de presiones y chantajes a sus países aliados para que cumplan sus designios. Entre las presiones están suspender programas multimillonarios de cooperación, imponer aranceles y retirar ayuda humanitaria. Algo a lo que los países más pequeños, con menos capacidad de respuesta, han cedido de inmediato.
Sin autoridad civil
Esta región de la frontera, pegada al Océano Pacífico, es una de las más porosas y por donde más pasan migrantes hacia Estados Unidos. EL PAÍS visitó dos puntos fronterizos en el municipio de Ocós, en el departamento de San Marcos, y constató el despliegue de patrullas militares que combinan soldados regulares con kaibiles sin ninguna autoridad civil.
Celis confirmó que, a diferencia de la frontera sur, donde se han desplegado 2,000 agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), en el norte no hay presencia de representantes civiles. Celis, también kaibil, aseguró que recientemente recibieron un “curso en Derechos Humanos” impartido por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) sobre cómo atender casos en los que se encuentren con migrantes intentando cruzar la frontera con México de forma irregular. “En ese caso, nuestra misión es detenerlos y preguntarles cuál es su intención. Posteriormente, llamar a las autoridades civiles correspondientes como el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Procuraduría General de la Nación (PGN) para que se encarguen del caso”, indicó a EL PAÍS.
En el pasado, el empleo de kaibiles en tareas de seguridad ha causado preocupación en organizaciones defensoras de derechos humanos. Esta unidad de élite del Ejército guatemalteco se ha convertido en sinónimo de temor por su rudeza y por sus antecedentes que los vinculan con masacres y graves violaciones a los derechos humanos.
El empleo de kaibiles en tareas contra la migración es contradictorio con el discurso sostenido por el presidente Arévalo, quien ha señalado en varias entrevistas que su Gobierno defiende el derecho a migrar. En varias ocasiones ha llegado a defender que “la gente no migra porque quiere”. La última vez fue este mismo lunes, en Uruguay, al mismo tiempo que su Ejecutivo desplegaba a sus tropas más feroces para blindar la frontera.
Celis aseguró que los kaibiles empezaron a participar en tareas conjuntas con militares regulares desde julio del año pasado, cuando cientos de familias de Frontera Comalapa, en Chiapas, huyeron buscando refugio en Guatemala debido a la violencia generada por el crimen organizado. En ese momento, los medios locales reportaron que los kaibiles habían sido desplegados para evitar el ingreso de cárteles mexicanos a territorio guatemalteco.
Anteriormente, estos grupos fueron desplegados en la frontera norte de Guatemala para el combate del narcotráfico. Ocurrió en el año 2012, por órdenes del expresidente Otto Pérez Molina. Según Celis, la frontera con México empezó a recibir refuerzos desde el inicio del mandato de Arévalo, en enero de 2024.
“Si retrocedo, ¡mátame!”
Los Kaibiles son la fuerza especial de élite del Ejército de Guatemala, creada en medio de la Guerra Fría para realizar operaciones de contrainsurgencia de alto impacto. Su lema refleja su filosofía extrema: “Si avanzo, sígueme; si me detengo, aprémiame; si retrocedo, ¡mátame!”.
El entrenamiento de los kaibiles es famoso por su rudeza. Organismos de derechos humanos califican de “degradante” su preparación, ya que durante sus ocho semanas de curso son sometidos a pruebas de crueldad extrema. Uno de los lemas kaibiles reza: “Una bala, un muerto”. Informes de Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales vinculan a los kaibiles con masacres de pueblos indígenas enteros durante el periodo de guerra civil.
El caso más emblemático de la crueldad kaibil es la Masacre de Las Dos Erres, perpetrada entre el 6 y el 8 de diciembre de 1982 en la aldea Dos Erres, en el departamento de Petén. En aquella ocasión, un grupo de unos 20 a 58 kaibiles —vestidos como guerrilleros para engañar a la población— ingresó al poblado en busca los responsables de una emboscada en la que murieron 20 soldados. Al no encontrarlos, los comandos exterminaron sistemáticamente a la comunidad entera conformada por unas 200 personas. Por esta barbarie, únicamente cuatro antiguos kaibiles fueron condenados en 2001. Cada uno recibió una condena de 6.060 años de prisión.