El Gobierno federal lanza un gran operativo tras días de violencia en el sur de Nuevo León
La detención de 27 personas en Iturbide y el decomiso de decenas de armas, cargadores y demás equipo cierra varios días de violencia en la zona, parte del corredor del huachicol del noreste de México
Malos tiempos para Nuevo León, la joya industrial del norte de México, que en los últimos tres años ha contado cada vez más asesinatos y un florecimiento, en general, de actividades criminales vinculadas a la violencia homicida, caso del huachicol o robo de combustible. Este miércoles, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC) anunció a detención de 27 personas en un ejido de Iturbide, municipio del sur del Estado, presuntos integrantes de “un grupo de personas generadoras de violencia”. La dependencia no dio más detalles sobre sus actividades, pero señaló el decomiso de “cuatro armas largas, un fusil Barrett, una ametralladora, dos pistolas, 49 cargadores, 778 cartuchos útiles de alto calibre, 10 chalecos tácticos, nueve fornituras y un vehículo”.
El fin de semana, Iturbide y otros municipios de alrededor, caso de Galeana y Linares, sufrieron el embate del crimen. Bloqueos carreteros, enfrentamientos a balazos e incluso el asesinato de un policía municipal pintaron la madrugada del domingo al lunes. Los criminales atacaron con sus armas, incluso, a los helicópteros que las autoridades mandaron a la zona. Según la prensa local, el ataque mortal contra un agente de Linares provocó la movilización de las corporaciones de seguridad en la zona, lo que provocó los bloqueos y enfrentamientos posteriores. La SSyPC no ha informado si los detenidos el miércoles, entre los que figuran siete menores de edad, están implicados en los disturbios del fin de semana.
El sur de Nuevo León y la importante región citrícola, en la que se integra Linares, ha vivido situaciones de violencia en los últimos meses. A finales del año pasado, la secretaría de salud local dejó de enviar doctores en prácticas a la zona, por la inseguridad. En septiembre, Iturbide y Galeana cancelaron las celebraciones del día de la independencia por el mismo motivo. En julio, criminales se llevaron en Galeana al secretario de seguridad de Abasolo, municipio del norte del área metropolitana de Monterrey. De visita en la zona, los asesinos tiraron el cuerpo del jefe policial en un camino de la zona.
Los números ilustran la preocupante deriva violenta de Nuevo León, que hace 15 años sufrió un pico histórico de inseguridad, por la batalla entre los grandes grupos criminales del noreste, el Cartel del Golfo y Los Zetas. Hasta noviembre del año pasado, el Estado contó más de 1.500 asesinatos. Las cifras de diciembre elevarán ese número aún más, llevándolo a experiencias de hace más de 10 años. Aunque es verdad que la mayoría de asesinatos se perpetran en Monterrey y su área metropolitana, ataques armados y asesinatos como el del jefe policial de Abasolo han sido comunes en el sur en los últimos tiempos.
La inercia al alza de la violencia homicida de los últimos tres años en el Estado, coincidente con el mandato del gobernador Samuel García, de Movimiento Ciudadano, que juró el cargo en octubre de 2021, se refleja en el aumento del robo de combustible. El huachicol, nombre coloquial con el que se conoce esta práctica, ha aumentado en Nuevo León, principalmente en el zona conurbada de la capital, donde hay una refinería, pero también en la zona sur, en las rutas que fluyen de Montemorelos a Ciudad Victoria, en el camino a la costa de Tamaulipas.
Entre enero y septiembre de 2024, Pemex detectó 603 tomas clandestinas de los ductos de combustible en Nuevo León, un aumento del 65% respecto al mismo periodo del año anterior, según el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), que obtuvo información de la compañía paraestatal. A falta de saber con qué números cerró el año, las 603 tomas localizadas en el Estado colocaron a Nuevo León como quinta entidad donde más combustible se roba de los ductos. Tamaulipas fue la tercera con 938.