La Rama: el origen y significado de la tradición navideña de la costa veracruzana

Las calles de Veracruz se llenan de fiesta al compás de las melodías que acompañan el paso de La Rama: “Naranjas y limas, limas y limones, más linda es la Virgen que todas las flores [...] Salgan a la puerta, verán qué bonito, verán a la rama con sus farolitos”. La Rama es una celebración local que inaugura las fiestas decembrinas, en un ambiente de alegría, ritmo y gracia.

Para cualquier persona de nuestra época, sea cristiana o no, resulta difícil imaginar los últimos días del año sin las tradicionales fiestas y rituales propios de la temporada navideña, muchos de los cuales incorporan elementos culturales de cada pueblo, de acuerdo a lo dicho con Sonia Iglesias en su libro Los orígenes de las fiestas navideñas. La celebración de La Rama es un ejemplo de esto.

Según Iglesias, en algunas comunidades las ramadas se hacen con el objetivo de reunir el dinero suficiente para organizar la fiesta en la Nochebuena. Así, desde los primeros días de diciembre, los niños y jóvenes forman grupos para cantar en las ramadas que van de casa en casa recaudando dinero.

La tradición consiste en tomar la rama de un árbol —sin que importe mucho su tamaño— y adornarla con farolillos, esferas, cadenas de papel, escarcha de colores, o cualquier tipo de decoración que la haga lucir vistosa y alegre. Luego, los niños llevan la rama de casa en casa, entonan coplas y cantos alusivos a la Navidad, esperando que los pobladores les obsequien dulces, aguinaldos o fruta.

Se sabe que la tradición de la Rama tiene sus orígenes en la región del Sotavento, en el Estado de Veracruz, sin embargo, la celebración se ha documentado en las costumbres de otros Estados, como Yucatán, Guerrero y Tabasco. De acuerdo con la Universidad de Xalapa, sus inicios datan del siglo XIX durante la construcción del puerto de Veracruz, y tiene su origen en los tradicionales villancicos.

El cronista de Veracruz, Paco Píldora, decía que las ramas usadas para la celebración tenían que ser de poco peso y fáciles para el adorno. “En sus principios se ahuecaban naranjas y limas, y se colocaban dentro de ellas velas, cadenas de papel de colores y tejocotes. [La Rama] se colocaba en el portal con el Niño Jesús, y se recorría la población”.

La tradición indica que los cantos se llevan a cabo durante doce noches consecutivas, y los pobladores reciben en sus domicilios a los grupos de niños, aunque en ocasiones no se les abre la puerta. En la región de Xalapa y en la sierra de Zongolica, Veracruz, por ejemplo, los pobladores adornan una rama seca con globos, algodón y escarcha, y salen a recorrer en grupo las casas y los comercios entonando diferentes cantos a cambio de fruta, dulces o dinero.

En los últimos años, se han llevado a cabo esfuerzos para preservar y difundir la tradicional Rama navideña. La tradición de La Rama continúa viva, y un documental de 2019 del realizador audiovisual Iván González refleja los esfuerzos de una comunidad que se niega a olvidar la celebración.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país