Los migrantes mexicanos de la tercera edad: “Cuando envejecemos ni México ni Estados Unidos nos quieren”

La Red Nacional de Jornaleros, que engloba a más de 70 organizaciones, solicita al Gobierno de Claudia Sheinbaum el pago de la Pensión Bienestar para los mayores de 65 años en el país vecino

María Marroquín y Ángela Zambrano de Red Nacional de Jornaleros, en Ciudad de México.Aggi Garduño

Los migrantes mexicanos en Estados Unidos están envejeciendo y muchos de ellos no tienen una pensión adecuada o suficientes ahorros para mantenerse. Después de décadas de arduo trabajo, muchos mayores de 65 años llegan a la edad de jubilación sin poder dejar de trabajar. Aunque algunos sí cuentan con una pensión, la inmensa mayoría no. Otros reciben una cantidad insuficiente para pagar una renta o contratar un seguro médico. Se estima que en Estados Unidos viven alrededor de dos millones de migrantes mexicanos de la tercera edad. De esos, unos 500.000 son indocumentados. Esta semana, un grupo en representación de unas 70 organizaciones civiles, llegaron a Palacio Nacional con una petición muy concreta para el Gobierno de Claudia Sheinbaum: cobrar la Pensión Bienestar de parte del Estado mexicano aunque vivan fuera del país.

El grupo pertenece a la Red Nacional de Jornaleros (NDLON, por sus siglas en inglés). María Marroquín y Ángela Zambrano son las dos mujeres que tomaron la palabra durante La Mañanera. Ambas llevan la mayor parte de su vida en el país vecino y conocen de primera mano lo que es trabajar en empleos precarios por horas. Durante años su trabajo sirvió para sostener la economía de ambos países: la estadounidense y la de México con el envío de remesas. “Estas personas se pasan décadas trabajando en el campo, la jardinería, la construcción y cuando se hacen mayores ya no hay trabajo porque ya no tienen fuerza. También porque están cansadas de trabajar toda su vida”, explica Marroquín, de 66 años. Originaria de Puebla, actualmente vive en California y coordina una organización sin fines de lucro llamada Day Worker Center, en Mountain View. Ahora esperan que si el Gobierno de México accede, los mayores de 65 puedan recibir 300 dólares cada dos meses (unos 6.000 pesos al bimestre).

Sin posibilidad de trabajar y sin una pensión, muchos de estos adultos mayores solo tendrían ese dinero como fuente de ingresos. La mayoría ha quedado atrapada en los márgenes de un sistema que los ha abandonado a su suerte. “Cuando envejecemos ni México ni Estados Unidos nos quieren”, subraya Marroquín, quien explica que muchos de los padecimientos que tiene esta población están relacionados con el trabajo que realizaron durante décadas. “Los dos países están fallando a esta población que ha quedado atrapada en el medio”, apunta la activista.

Nadie los contrata, pero tampoco el Estado les ofrece la posibilidad de un retiro o una jubilación. “El gobierno de Estados Unidos no da una pensión a estas personas porque no cotizaron, pero en realidad sí han contribuido pagando sus taxes [impuestos]. Tienen un número de identificación con el que hicieron estos pagos durante toda su vida”, insiste la Marroquín. “Es injusto porque EE UU no sería el país que es de no ser por los latinos. Somos una parte muy importante de la economía del país”, agrega Ángela Zambrano, de 79 años.

Ángela Zambrano en Ciudad de México.Aggi Garduño

La red de organizaciones migrantes vio una esperanza con la creación de la Pensión Bienestar en el Gobierno pasado de Andrés Manuel López Obrador. Todos los adultos mayores de 65, hayan cotizado o no, pueden solicitar el pago de 6.000 pesos (unos 300 dólares) al bimestre. Actualmente los requisitos para acceder a la Pensión Bienestar en México exigen residir en el país, por lo que los migrantes no pueden acceder a este beneficio. Sin embargo, hace poco, una reforma de la Constitución incluyó los programas sociales en la Carta Magna, como un derecho inalienable. Entre ellos se encuentra la Pensión Bienestar para adultos mayores. “Yo no crucé la frontera, la frontera me cruzó a mí”, señala Zambrano, originaria de Ciudad Juárez y residente en Los Ángeles desde hace más de 60 años. “Un mexicano se lleva sus derechos donde sea, ¿no?, la pensión del bienestar es un derecho que como mexicanos tenemos, así que le pedimos a nuestro Gobierno que no nos olvide”.

Antes de dejar el cargo, el expresidente Andrés Manuel López Obrador declaró que los trabajadores mexicanos en Estados Unidos calificarían para el programa nacional de seguridad social, sin embargo, la medida todavía no ha sido puesta en marcha. A tres meses del arranque del nuevo Gobierno, la Administración de Sheinbaum hereda la nueva encomienda. La presidenta ha asegurado que sus paisanos son “héroes y heroínas” y que valora el arduo trabajo que realizan. Sin embargo, explicó que su Gobierno necesita revisar los presupuestos para poder dar una respuesta más contundente.

Como mínimo, el pago de la pensión para los mexicanos en el extranjero representaría unos 72 millones de pesos adicionales (unos 3,5 millones de dólares). “Consideramos que nuestra causa ha sumado un apoyo importante tras la respuesta de la presidenta”, responden desde NDLON. La red considera que la mandataria “captó el sentido humano” de la solicitud y valoraron su sinceridad. “Confiamos que el análisis que las autoridades realizarán en términos de presupuesto, tomará en cuenta la urgente necesidad de las y los mexicanos en Estados Unidos”, han agregado en un comunicado.

María Marroquín Tesorera de la Red Nacional de Jornaleros.Aggi Garduño

El 96% de las remesas que son enviadas a México llegan desde Estados Unidos. Los mexicanos que viven allá envían dinero a sus familiares y son una de las fuentes de ingreso más importantes, sobre todo para las familias más vulnerables. Desde que se tiene registro de ellas, año con año, no han parado de crecer hasta convertirse en una de las principales fuentes de financiación de la economía mexicana. El año pasado superaron los 63.000 millones de pesos (unos 3.000 millones de dólares) y se espera que este año se supere esta cifra.

La próxima llegada de Donald Trump a La Casa Blanca aumenta aún más la tensión sobre la situación migratoria de miles de personas, entre ellas, mayores de 65 años que podrían ser expulsados del país. El próximo Gobierno ha amenazado con la deportación masiva de unos 11 millones de personas. “Se vienen tiempos difíciles para los migrantes con Donald Trump, pero nosotros estamos preparados para luchar. Somos mexicanos, hemos superado muchas crisis y aquí seguimos”, dice Zambrano con optimismo. Después de tanto tiempo ambas mujeres cuentan con la doble nacionalidad, aunque aseguran que México siempre será su primer país. “Digamos que mis raíces son mexicanas y en Estados Unidos me crecieron ramas y unos frutos bien bonitos”, dice Marroquín al hablar de su hijo y sus nietos. “Los mexicanos somos una nación con un pie en cada país y eso nos hace ser como somos, nos guste o no”, agrega Zambrano.





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