El enfrentamiento más violento en Sinaloa: 19 muertos y la captura de El Max, operador de El Mayo
La Secretaría de la Defensa Nacional confirma el golpe a la estructura de Zambada, asestado en una batalla campal contra decenas de capos en una zona rural de Culiacán
La violencia alcanza un nuevo punto álgido en Sinaloa. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) confirmó la captura de Edwin Antonio Rubio López, también conocido como El Max o El Oso, tras una batalla campal entre militares y civiles que dejó 19 agresores abatidos. Se trata del enfrentamiento armado más sangriento que ha habido en siete semanas de guerra abierta entre los hombres de Ismael El Mayo Zambada y Los Chapitos por el control del Cartel de Sinaloa. El Max era considerado un operador de nivel medio en la estructura de El Mayo, dijeron analistas de seguridad consultados por este diario, pero es señalado como uno de los mayores “generadores de violencia” de las últimas semanas por la Sedena. El choque entre las fuerzas del orden y las células afines a Zambada se libró en la comunidad rural de Plan de Oriente, también conocido como El 12, 11 kilómetros al oriente de Culiacán.
El enfrentamiento comenzó cuando más de 30 hombres y otros sicarios del equipo de escoltas de El Max abrieron fuego contra los militares, de acuerdo con la Sedena. Los militares repelieron la agresión y detuvieron el lunes a Rubio López. También se incautaron de armamento, equipo táctico y siete vehículos. Entre las armas aseguradas están cuatro ametralladoras, 17 armas largas, cinco cortas y un fusil Barrett, del tipo que el Ejército de Estados Unidos utilizó en la Guerra del Golfo.
Todos los fallecidos eran, según las autoridades, miembros de la célula ligada a La Mayiza, como se conoce a quienes son leales a Zambada. La Sedena no detalló cuántos de sus elementos murieron o resultaron heridos. El Ejército subrayó que el operativo se realizó con “estricto apego a derecho” y “pleno respeto a los derechos humanos”. En el pasado, la actuación de cuerpos castrenses en tareas de seguridad pública ha sido cuestionada por especialistas y organizaciones que se oponen a la militarización por los puntos ciegos que quedan tras sus enfrentamientos y, precisamente, la sospecha de violaciones a los derechos humanos.
Las 19 personas abatidas no llegaron a los registros oficiales del pasado lunes, cuando el Gobierno federal consignó sólo tres decesos. En medio del conflicto por la fractura del Cartel de Sinaloa ha habido discrepancias e inconsistencias recurrentes entre las cifras que informan la Secretaría de Seguridad de Sinaloa, la Fiscalía estatal y las corporaciones federales. Con todo, la guerra entre grupos del crimen organizado ya ha dejado más de 200 muertos desde que estallaron las hostilidades el pasado 9 de septiembre, según el seguimiento diario de las autoridades federales. Si se considera el saldo que dejó el enfrentamiento para capturar a El Max, el lunes pasado fue la jornada más violenta. En ningún otro día se había rebasado el umbral de los 20 fallecidos.
Las autoridades señalan a El Oso como “presunto jefe de una célula delictiva, afín a la facción de El Mayo Zambada” y un “participante activo” en la violencia que ha puesto bajo el fuego cruzado a Culiacán, bastión histórico de la organización criminal y epicentro del conflicto. El Mayo acusa a Los Chapitos de traicionarlo y secuestrarlo para entregarlo a Estados Unidos, donde fue detenido el pasado 25 de julio. El Max ha sido vinculado como uno de los autores intelectuales del asesinato de un funcionario consular de Estados Unidos, pero Washington no se ha pronunciado sobre su captura y no hay registros públicos de causas abiertas en su contra en ese pais. El Ejército puso al detenido a disposición de la Fiscalía de Sinaloa para determinar su situación legal.
A principios de esta semana compareció en Chicago Ovidio Guzmán López, hijo de El Chapo extraditado en septiembre del año pasado. Fue su primera audiencia desde la captura de El Mayo y de su hermano mayor, Joaquín Guzmán López, principal sospechoso del secuestro de Zambada, según la Fiscalía General de la República. Sus abogados hablaron públicamente por primera vez sobre la posibilidad de que firmen un acuerdo de culpabilidad, aunque todavía no hay nada oficial sobre un acuerdo de cooperación con las autoridades estadounidenses. El Mayo se enfrentó el viernes pasado en Nueva York con el juez Brian Cogan, el mismo que condenó a El Chapo en 2019 a cadena perpetua. Mientras los mandos de ambas facciones tratan de salir lo mejor librados de sus procesos judiciales en Estados Unidos, Sinaloa vive bajo el asedio de 44 días consecutivos de tiroteos, secuestros, narcobloqueos, robos y amenazas a la población civil.