Dos muertos y 13 hospitalizados por una fuga de gas en la planta de Pemex en Deer Park, Texas

El director de la petrolera, Víctor Rodríguez Padilla, confirma que ninguna de las víctimas ni de las personas afectadas son de nacionalidad mexicana

Vista aérea del complejo de fabricación de Deer Park en Texas, EE. UU.Adrees Latif (REUTERS)

Dos trabajadores han muerto y 13 personas han sido hospitalizadas este jueves por la tarde después de que se registrara una fuga de gas ácido en la planta que Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene en Texas, en la localidad de Deer Park, según informó la propia compañía en un comunicado. Este viernes, durante la conferencia matutina, el director de la petrolera, Víctor Rodríguez Padilla, confirmó que ninguna de las víctimas ni de las personas afectadas son de nacionalidad mexicana y que los dos trabajadores fallecidos son empleados de una empresa de mantenimiento subcontratada por Pemex.

Aunque las autoridades de esta ciudad y de la adyacente Pasadena pidieron inicialmente a los ciudadanos que se quedaran recluidos en sus hogares, con las ventanas y las puertas cerradas, a la espera de comprobar la toxicidad del vertido, a las ocho y media de la tarde descartaron la presencia de productos químicos nocivos para la salud y levantaron la orden. “Somos conscientes del mal olor, pero no supone ningún peligro para la comunidad. Gracias por su paciencia”, ha declarado el Gobierno de la ciudad desde su cuenta oficial de X.

El Consulado mexicano ya se ha puesto en contacto con los trabajadores de la refinería y las autoridades municipales para brindar el apoyo necesario, y Pemex ha anunciado el inicio de una investigación para conocer las causas del accidente y reactivar la actividad en las instalaciones, paralizadas desde que se reportó el escape pasadas las cuatro y media de la tarde. Rodríguez Padilla aseguró este viernes que no hay mayores afectaciones y que el complejo se encuentra trabajando al mínimo.

La planta que la petrolera estatal tiene en Deer Park es una de las más importantes para el país desde que Pemex compró en 2021 la parte de las instalaciones que eran propiedad de la angloholandesa Shell. En estos tres años se ha convertido en el corazón del sistema de refinación de la compañía, que en 2023 procesó un promedio de 270.000 barriles diarios de petróleo y 232.000 barriles diarios de gasolina, diésel y turbosina. A pesar de su nivel de producción, más del 80% se queda en el país vecino para ser comercializado allí. El año pasado, esta refinería reportó unas ganancias por valor de 711 millones de dólares, algo inferior a los 954 millones del periodo anterior.

El objetivo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, que hizo de esta adquisición ―de un coste de 600 millones de dólares― el símbolo de la soberanía nacional, es que en el largo plazo permita al país ser autosuficiente y prescindir de la compra de combustible en el extranjero. Este sueño de momento queda lejos, dado que la gran parte de lo que genera la refinería permanece hoy en Estados Unidos.

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