López Obrador, ante una posible negociación entre Los Chapitos y Estados Unidos: “Todo debe probarse”
El presidente afirma que “no es extraño” que los hijos de El Chapo pacten su rendición y colaboren con Washington, pero exige que se comprueben las acusaciones que hagan para evitar “chantajes” a las autoridades mexicanas
“No es extraño”. Así reaccionó Andrés Manuel López Obrador ante las versiones de que hay negociaciones en curso entre Ovidio y Joaquín Guzmán López, hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, para pactar su rendición con las autoridades de Estados Unidos. El posible acuerdo de colaboración entre Los Chapitos y Washington ha sido el último giro en la polémica tras la detención de Ismael El Mayo Zambada porque abre la puerta a que miembros de la cúpula del Cartel de Sinaloa lancen acusaciones que salpiquen a otros capos o, incluso, funcionarios mexicanos coludidos con el narcotráfico. El presidente se pronunció a favor de que se castiguen “las relaciones de complicidad entre la delincuencia y las autoridades”, pero exigió que se comprueben los señalamientos y que no sean utilizados por la justicia estadounidense como una herramienta de “chantaje”. “Todo debe probarse porque si no, un gobierno extranjero utiliza ese mecanismo para someter, chantajear, subordinar a otro gobierno y eso es intromisión, es una violación a la soberanía”, afirmó en La Mañanera de este lunes.
“Vamos a esperar a ver en qué consiste el acuerdo”, comentó López Obrador. Sus declaraciones se dan después de que se reportara que Ovidio Guzmán López El Ratón, extraditado en septiembre pasado, y Joaquín Guzmán López El Güero, estaban valorando colaborar con las autoridades estadounidenses a cambio de beneficios en los procesos judiciales que enfrentan en ese país, adelantó el periódico Milenio, que cita a dos fuentes oficiales bajo anonimato. Otro de los capos que puede convertirse en cooperante o testigo protegido es Néstor Isidro Pérez Salas El Nini, jefe de seguridad de Los Chapitos, extraditado en mayo. Ni las autoridades de Estados Unidos ni la defensa de Los Chapitos se han pronunciado al respecto. “No hubo ningún acuerdo con las autoridades”, aseguró Jeffrey Lichtman, el abogado de la familia Guzmán en Estados Unidos, hace un par de semanas.
Sin embargo, las negociaciones son un escenario factible, porque contrario a las declaraciones de Lichtman, las autoridades de Estados Unidos dieron a conocer que Joaquín Guzmán López se había entregado. El Güero fue capturado tras aterrizar en un aeropuerto rural de Nuevo México el pasado 25 de julio, junto a El Mayo, quien según las versiones de Washington y el propio Zambada, fue llevado a territorio estadounidense contra su voluntad. “El mismo Gobierno de Estados Unidos dio a conocer que venían manteniendo relaciones para un acuerdo con Guzmán López, esto lo informaron cuando se detuvo y trasladaron a Estados Unidos al señor Zambada”, declaró López Obrador.
El posicionamiento del presidente se da después de que El Mayo asegurara en una carta que fue traicionado y secuestrado tras ser citado a una reunión con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, lo que alimentó las sospechas de colusión entre las autoridades mexicanas y el crimen organizado. Rocha, que pertenece a Morena, el partido gobernante, negó haber estado presente y López Obrador afirmó que estaba en marcha una estrategia desde Estados Unidos para debilitar a su Gobierno tras la caída de El Mayo y El Güero. El mandatario mexicano hizo esos mismos señalamientos a principios de este año, después de que saliera a la luz una serie de investigaciones periodísticas sobre vínculos entre el narco y miembros de su círculo cercano. “No somos corruptos”, zanjó el presidente la semana pasada.
El fantasma de un potencial acuerdo de colaboración entre la cúpula del Cartel de Sinaloa y la justicia estadounidense ha planeado sobre el caso desde que se anunció la caída de El Mayo y El Güero. La detención también ha tensado la relación entre ambos países porque el Gobierno mexicano no fue consultado, ni avisado ni estuvo involucrado en el arresto de ambos capos. Estados Unidos ha reafirmado la buena salud y su intención de mantener la colaboración en seguridad con sus contrapartes mexicanas.
Las implicaciones del caso no se limitan al frente diplomático. López Obrador hizo un llamado a la paz en Sinaloa, después de que se informara de la muerte de Martín y Leobardo García Corrales, dos operadores ligados a El Mayo, el pasado fin de semana. “Deseamos que no se agrave la situación en Sinaloa, que se había mantenido muy estable”, dijo. Los asesinatos dan visos de un reacomodo dentro del Cartel de Sinaloa tras la caída de Zambada y Guzmán López, ante temores de que se desate la violencia entre las facciones de la organización criminal. “Que no pase a más”, agregó.
Las tensiones en Sinaloa se han agudizado también tras el asesinato de Héctor Cuén, un conocido político local, el mismo 25 de julio. El Mayo, que aseguró que también iba a reunirse con él en el día de su captura, llenó de dudas la versión oficial de las autoridades sobre el homicidio. La fiscal estatal Sara Quiñónez presentó su renuncia el pasado viernes, después de que la Fiscalía General de la República señalara irregularidades en las investigaciones del crimen. “Está actuando con principios”, dijo López Obrador sobre la dimisión.
En un intento por retomar el control de la narrativa mediática, López Obrador se lanzó contra la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), al asegurar que estaba detrás de una campaña de desprestigio en redes sociales tras el arresto de Zambada, y acusó a Estados Unidos de “injerencismo” por darles financiamiento. “Disculpe por tratarle de manera directa este tema, créame que lo estimo y no quisiera molestarle en nada, pero como usted comprenderá, los temas vinculados a la libertad y la independencia de los pueblos van más allá de los sentimientos personales”, se lee en una carta que envió a Joe Biden el pasado viernes y que hizo pública este lunes, para pedir que el Gobierno estadounidense corte los recursos a quienes “atacan” a su Gobierno. MCCI reprobó el “hostigamiento” y afirmó que “no sirve a intereses de particulares ni a gobiernos extranjeros”. A casi un mes del arresto, la caída de Zambada y Guzmán López sigue haciendo olas en ambos lados de la frontera.
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