Ken Salazar modera la posición de Estados Unidos sobre la reforma al Poder Judicial: “Es decisión de los mexicanos”

El embajador estadounidense asegura que Washington “no impondrá su opinión”, un día después de que el Departamento de Estado pidiera certidumbre jurídica para los inversores extranjeros

El embajador de EE UU en México, Ken Salazar, habla una conferencia de prensa este jueves en Ciudad de México.Isaac Esquivel (EFE)

El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, mostró el rostro más amable de Washington frente a la reforma al Poder Judicial, que promueve Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador. “Es decisión de los mexicanos”, afirmó este jueves en una conferencia de prensa. El representante diplomático evitó pronunciarse sobre la elección de jueces por voto directo, uno de los puntos más polémicos de la enmienda, que ha dominado la transición del poder hacia el próximo Gobierno de Claudia Sheinbaum por el nerviosismo de los mercados.

“No es nuestra decisión. Nosotros, los Estados Unidos, no podemos imponer nuestras opiniones en esos temas”, señaló. Las declaraciones de Salazar se dieron apenas un día después de que Brian Nichols, el subsecretario para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, exhortara a la presidenta electa a dar garantías legales a los inversores extranjeros. “La transparencia jurídica es vital”, dijo Nichols en una comparecencia en la Cámara de Representantes.

Salazar reconoció la importancia de un sistema de justicia “fortalecido”, pero buscó transmitir un mensaje de mayor tranquilidad en comparación con las preocupaciones expresadas por Nichols sobre el impacto de la reforma en los mercados. El embajador reconoció que el debate legislativo previsto para septiembre, cuando inicia la próxima legislatura en el Congreso mexicano, es relevante para la relación bilateral. “Nosotros estamos interesados porque queremos que al final tengan un Poder Judicial que trabaje bien”, comentó. “Sin un Poder Judicial fuerte no podremos avanzar en muchos temas”, insistió.

El diplomático citó brevemente el tema de la seguridad, las deportaciones (claves en la guerra contra las drogas) y el fortalecimiento del Estado de Derecho para dar certidumbre a los mercados. Salazar dijo que la Administración de Joe Biden hará todo lo posible para construir con las autoridades mexicanas un sistema de justicia más robusto, pero “con respeto a la soberanía de México”.

Menos de 24 horas después de la comparecencia en el Legislativo estadounidense, las señales emitidas desde la residencia oficial en Ciudad de México eran distintas y mucho más cautelosas. “Entendió que aquí la política se hace en Palacio Nacional y que si había que resolver algo con México era directo con el presidente”, comentaba el analista Leonardo Curzio sobre Salazar en una entrevista en mayo. Es una hipótesis que puede explicar que el aparato diplomático presente dos versiones de un mismo mensaje sobre la reforma judicial: el policía bueno y el policía malo.

El embajador sabe qué líneas puede cruzar y qué otras pueden dañar su interlocución con el Gobierno mexicano. A cinco meses de las presidenciales de noviembre en Estados Unidos, el representante del Gobierno de Biden parece poner sobre la mesa un canal de diálogo con la Administración entrante de Sheinbaum, que asumirá el poder el 1 de octubre. “Vamos a trabajar como socios con López Obrador y lo haremos después del 1 de octubre con la presidenta electa”, señaló. Salazar inició su mensaje con felicitaciones tras el triunfo de Morena en las elecciones del pasado 2 de junio. “Hizo historia”, dijo tras subrayar el amplio margen de su victoria y el hecho de que será la primera mujer en llegar a la presidencia en el país latinoamericano.

El equipo de Sheinbaum y una representación del Gobierno de Biden tuvieron su primera reunión el pasado martes. La mandataria electa dijo que el encuentro fue “cordial” y una “plática informal”. Ambas partes discutieron sobre migración, seguridad, la relación comercial y el tráfico de armas. El acercamiento se dio un día después de que la presidenta electa se reuniera con López Obrador en el Palacio Nacional para arrancar el periodo de transición y discutir las prioridades legislativas de Morena en los próximos meses.

El mandatario ha insistido en que la reforma judicial está en la parte más alta de su agenda antes de dejar el poder, mientras que su sucesora ha pedido calma para que el proyecto de ley sea discutido ampliamente y poner freno a los sobresaltos en las reacciones de los mercados. También propuso que el partido gobernante celebrara una encuesta para recoger la opinión de la ciudadanía. Habrá, además, foros abiertos en el Congreso antes de la aprobación de la reforma. “La economía está muy sólida”, dijo la ganadora de las elecciones en un nuevo intento por mandar señales de estabilidad y agregó que la volatilidad del peso es “transitoria”. Las miradas están puestas en la llegada de Sheinbaum al poder, el margen de maniobra que tendrá frente a López Obrador y el país que recibirá como presidenta.

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