Poca asistencia y muchos reproches: el deslucido 95 cumpleaños del PRI

La celebración del partido, en otros tiempos todo un acontecimiento, escenifica su decadencia: una imparable fuga de cuadros, engullido cada vez más por Morena y pendiente de una candidata presidencial que ni siquiera es de su partido

Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición opositora, con Alejandro Moreno y Ana Lilia Herrera, líderes priístas, este domingo en Toluca.Crisanta Espinosa Aguilar (Cuartoscuro)

Atrás han quedado los grandes festejos de aniversario, con la asistencia de expresidentes del país y del partido, exgobernadores, gobernadores y liderazgos. Los cumpleaños del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ya no son un acontecimiento. Este lunes, ha celebrado sus 95 años en un acto que escenifica su decadencia, con menos poder que nunca, acosado por una imparable fuga de cuadros, engullido cada vez más por Mo...

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Atrás han quedado los grandes festejos de aniversario, con la asistencia de expresidentes del país y del partido, exgobernadores, gobernadores y liderazgos. Los cumpleaños del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ya no son un acontecimiento. Este lunes, ha celebrado sus 95 años en un acto que escenifica su decadencia, con menos poder que nunca, acosado por una imparable fuga de cuadros, engullido cada vez más por Morena y pendiente de una candidata presidencial que ni siquiera es suya. Aunque no esté inscrita a formación alguna, Xóchitl Gálvez ha formado parte del Partido Acción Nacional (PAN), el principal adversario del priismo desde hace más de 80 años, con el que ahora va de la mano en una coalición imposible de imaginar. De ser el partido histórico que gobernó México durante 76 años con puño de hierro, junto con el último gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) ya dentro de la apertura democrática, hoy su objetivo es sobrevivir con un resultado decente en las posiciones legislativas.

En otros tiempos, cuando era época electoral el mensaje del candidato presidencial era el acto principal de estos actos conmemorativos. Como el que ofreció Luis Donaldo Colosio Murrieta el 6 de marzo de 1994 en el Monumento a la Revolución durante el 65 aniversario, el mismo que incomodó a más de un priista. “Yo veo un México con hambre y sed de justicia”, fue el discurso previo a su asesinato 17 días después en Lomas Taurinas, Baja California.

En esta ocasión, en representación de la candidata presidencial ha asistido su hijo Juan Pablo Sánchez. Los exdirigentes del partido, en su mayoría, han cambiado al color de sus opositores o han marcado distancia en protesta a las decisiones de Alejandro Alito Moreno, el presidente de la formación. Beatriz Paredes, Carolina Monroy, César Camacho, Manlio Fabio Beltrones y Jorge de la Vega han sido los únicos exlíderes en asistir a la sesión solemne del Consejo Político Nacional este lunes. Dulce María Sauri, Enrique Ochoa, Roberto Madrazo, María Cristina Díaz, Pedro Joaquín Coldwell, Mariano Palacios Alcocer y Humberto Roque Villanueva se han ausentado de la conmemoración.

Claudia Ruiz Massieu, quien antecedió a Moreno en la presidencia del tricolor, ha saltado a las filas de Movimiento Ciudadano para buscar una senaduría plurinominal. Se ha ido al partido con el que los priistas mantienen una fuerte confrontación. Pese a todo, el dirigente del tricolor, Alito, ha tirado de optimismo: “La personas son las que fallan, el PRI jamás le ha fallado a México, hemos construido este país”.

Sin la presencia de ningún expresidente

De los expresidentes vivos, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Enrique Peña Nieto, ninguno se encuentra activo en el partido; mientras que la mitad de exgobernadores se han convertido en fieles seguidores del presidente, Andrés Manuel López Obrador. Arturo Montiel y Rubén Moreira por el Estado de México y Coahuila respectivamente, son los únicos que se han hecho presentes. En lo que va del Gobierno de López Obrador, la mayoría ha declinado a favor de Morena luego de perder sus respectivas entidades en procesos electorales. Los exgobernadores de Sonora; Claudia Pavlovich; de Campeche; Carlos Miguel Aysa; del Estado de México, Eruviel Ávila; de Oaxaca, Alejandro Murat; de Hidalgo, Omar Fayad y de Sinaloa, Quirino Ordaz han dejado las filas priistas para sumarse a la autonombrada cuarta transformación con cargos en embajadas y consulados. Los dos únicos gobernadores que le quedan al PRI, en Coahuila, Manolo Jiménez y en Durango, Esteban Villegas, han preferido enviar sus felicitaciones pero no han asistido al evento.

Ante los 575 integrantes del consejo nacional que han dado el quorum al evento, el dirigente se mostró optimista, como desde hace cinco años en los que ha perdido elección tras elección. “Lo bueno es que ya se van. Morena, su gobierno y sus candidatos no van a ganar el 2 de junio, les vamos a ganar la presidencia de la república”, dijo el dirigente. ¡Vamos a ganar!”, “¡vamos a ganar!” fue la respuesta de los priistas.

Desde que inició su presidencia en agosto de 2019, Alito ha perdido 11 entidades gobernadas por el PRI. En las elecciones intermedias de 2021 de las 17 gubernaturas que se disputaron, el priismo perdió ocho: Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Zacatecas y Tlaxcala. Un año después Oaxaca e Hidalgo y en 2023 su mayor bastión, el Estado de México, en su mayoría entidades conquistadas por Morena. Sin embargo, la erosión del partido comenzó hace nueve años, en 2015, cuando perdió siete de las 12 gubernaturas en disputa, lo que orilló a Manlio Fabio Beltrones a renunciar a la presidencia del partido.

“¡La próxima presidenta de México es Xóchitl Gálvez Ruiz!”, ha lanzado Moreno. En paralelo ha llamado a la militancia a ser portavoz de la abanderada que en noviembre de 2023 criticó su trabajo político y en múltiples ocasiones ha mostrado incomodidad por el pasado priista. “Hay muy malos priistas con los que yo no trabajaría, como [Manuel] Bartlett o como [Alejandro] Alito”, dijo un día después de registrarse como candidata a la presidencia en la sede nacional del PRI, aunque después reculó. En medio de la debacle del partido, pero teniendo como impulso el festejo por los casi 100 años del partido que surgió tras la Revolución Mexicana, el dirigente ha lanzado una amenaza. “Cuando el PRI recupere el poder, la justicia se encargará de juzgar a todos por sus actos”.

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