“Esto es obra de un asesino serial”: hallados en ocho meses 23 perros muertos en el bosque de Nativitas
Activistas y vecinos denuncian “falta de interés” y trabas burocráticas, por parte de la alcaldía de Xochimilco y de la Secretaría del Medio Ambiente de Ciudad de México, que no permiten dar con los culpables de estos hechos
Un corredor que trazaba su rutina de ejercicios por los senderos del bosque de Nativitas fue el primero en advertir el horror. En la tierra yacía un perro sin vida, de tamaño mediano, en medio del pasto y las hojas secas, con una incisión por toda la espalda, casi desollado, con sus órganos a plena vista y sin columna vertebral. Una de las primeras en acudir a esta violenta escena fue Aurea Magaña, de 61 años, una mujer jubilada que d...
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Un corredor que trazaba su rutina de ejercicios por los senderos del bosque de Nativitas fue el primero en advertir el horror. En la tierra yacía un perro sin vida, de tamaño mediano, en medio del pasto y las hojas secas, con una incisión por toda la espalda, casi desollado, con sus órganos a plena vista y sin columna vertebral. Una de las primeras en acudir a esta violenta escena fue Aurea Magaña, de 61 años, una mujer jubilada que dedica algunas horas de sus días a cuidar y a atender a los perros que viven en este parque-vivero ubicado en la delegación de Xochimilco. Registró con su celular la evidencia y en el video hace notar cómo las manchas de sangre forman un rastro por diferentes tramos, como si alguien se hubiera tomado el trabajo de arrastrar al animal hasta ese sitio para abandonarlo. Esto ocurrió el 12 de febrero y no ha sido un hecho aislado. “Hasta la fecha han aparecido 23 perros asesinados y de una manera brutal, cruel y despiadada”, afirma Magaña.
Magaña, a quien se puede encontrar en el bosque de Nativitas casi los 365 días del año —“así sea feriado, llueve o truene”—, se encuentra junto a Bernardo Chávez, también de la tercera edad, y a Mauricio Marín, de 34 años, preparando la comida para los más de 20 perros que tienen bajo su cuidado, casi todos en situación de abandono y maltrato, dentro de este parque urbano. Este trío de personas, junto a otros activistas, forman parte de la organización animalista Amamos a los perritos Xochimilco. Desde hace un poco más de seis meses, han levantado la voz por estos hechos de crueldad que se han estado registrando en esta área y que han ido escalando en el nivel de violencia, según denuncian.
Si bien la problemática saltó al ojo público aproximadamente a mediados del pasado año, Magaña dice que los primeros indicios de violencia hacia los perros se remontan a 2022, cuando algunos animales comenzaron a aparecer con cortes de navajas en sus patas. Los primeros perros asesinados fueron encontrados a plena vista en la pista principal del bosque, la misma que conecta a las seis entradas con las que cuenta el recinto. Estos evidenciaban “signos de tortura” y un corte, en forma de un círculo “bien hecho” al costado de los cuerpos de los chuchos, según relata la activista y que se pueden evidenciar en las imágenes que guardaron como respaldo para la denuncia. Los últimos tres hallazgos de los perros asesinados han tenido casi el mismo parámetro de violencia que el más reciente, pero estos fueron abandonados en los senderos colindantes del bosque y no a la vista de todos como los primeros.
De los 23 perros asesinados a la fecha, tres formaban parte de la manada que Amamos a los perritos Xochimilco cuida —se llamaban Yenita, Güero y un french poodle al que no pudieron nombrar porque recién había llegado al parque—. Al resto los dejaron en el bosque. “Se lo hemos dicho a las autoridades, esto está escalando, y no dicho por nosotros, sino por la Fiscalía, esto es obra de un asesino serial que ha ido escalando su nivel de violencia. ¿Qué pasará cuando llegue el momento que no le satisfaga el sufrimiento de un animal? Va a empezar con humanos ¿Estamos esperando a que empiece eso?”, afirma con indignación la activista.
A raíz de estos hechos, en coordinación con la Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México, la Brigada de Vigilancia Animal (BVA) de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), ha estado colaborando para ofrecer protección a perros que deambulan al interior y exterior del parque de Nativitas, con el objetivo de proteger a los animales y evitar su maltrato, así como para evitar que se cometa actos de crueldad contra los caninos de la zona.
“La SSC ha redoblado patrullajes de seguridad y vigilancia, en horarios nocturnos, vespertinos y matutinos en la toda la periferia del Parque Nativitas, donde policías realizan recorridos en el interior como en el exterior del bosque, además de utilizar equipo sonoro y luminoso para detectar o disuadir alguna conducta inusual o delictiva”, comentó un representante de esta instancia de la policía mexicana.
Alma Luisa Rodríguez Soberanes, responsable de la Fiscalía de Investigación en Delitos Ambientales y en Materia de Protección Urbana, fue contactada para comentar sobre el caso, pero no se obtuvo respuesta a la solicitud. De acuerdo con el Código Penal de Ciudad de México, los actos de maltrato o crueldad animal provocándole la muerte, son penados con dos a cuatro años de prisión y de 200 a 400 días de multa. En el caso de que se haga uso de métodos que provoquen un grave sufrimiento al animal previo a su muerte, las penas se aumentan en una mitad.
Algunos de los factores que ha contribuido a que estos hechos de violencia continúen por más de medio año, es la extensión del bosque, con 19 hectáreas o un equivalente a casi 29 canchas de fútbol, sus seis accesos irrestrictos y que se mantiene abierto las 24 horas, los 365 días del año. Noemí Juárez, de 57 años y que vive por la zona desde hace más de 45 años, dice que el bosque está “muy abandonado” desde siempre. Que es un problema que no solo incumbe a la gestión del actual alcalde, José Carlos Acosta Ruiz, sino también a anteriores.
“El alcalde o delegación desde siempre se han lavado las manos diciendo que el bosque le pertenece a la Secretaría del Medio Ambiente. Vas a otras áreas verdes, como en Tlalpan o Tláhuac, y tienen muy iluminalos sus bosques donde la gente corre, ¿por qué en Xochimilco no han hecho nada?”, se queja Juárez.
Guerrero de la Cruz, director general de Medio Ambiente de la alcaldía de Xochimilco, indica que por parte de la delegación, en respuesta a las demandas de los activistas, se ha instalado patrullas 24 horas dentro del bosque, la colocación de luminarias, guardias por parte del área de medio ambiente que colaboran con la vigilancia hasta las tres de la mañana.
Magaña argumenta que estas implementaciones no son suficientes y que se necesitan cámaras de seguridad en las seis entradas. Tanto la activista como De la Cruz confirmaron que se han sostenido reuniones con la delegación de Xochimilco, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) y la SSC, pero a pesar de los acercamientos, la respuesta siempre ha sido la misma sobre los dispositivos de videovigilancia: “No hay presupuesto”.
De la Cruz, según el Programa de manejo del área de valor ambiental del Distrito Federal, bajo la categoría de bosque urbano, el denominado “Bosque de Nativitas” —decretado en 2014 en la capital—, explica que este documento declara a este espacio verde como un “Área de Valor Ambiental” (AVA) y que quienes están plenamente encargados de dar mantenimiento y estar atentos del bosque es la Sedema, no la alcaldía de Xochimilco. “No es una obligación de nosotros el que instalemos cámaras. Es una obligación de la Secretaría de Medio Ambiente principalmente actuar sobre este tema en el bosque de Nativitas. No es una omisión de la alcaldía”, complementa el funcionario de la delegación.
Al no haber aún una solución, la activista dice que intentarán reunirse con la titular de la Secretaría del Medio Ambiente, Marina Robles. La Sedema fue contactada para comentar sobre la situación en el bosque de Nativitas, pero no se obtuvo respuesta.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies, se estima que en el país existen alrededor de 28 millones de perros, de los cuales el 70% se encuentran en la calle. Magaña dice que lo único que piden es que “dejen vivir en paz a estos perros”, que ya de por sí la calle es un lugar difícil y duro, para que “todavía sean asesinados de esa manera”. “Si las autoridades no les duele ver esto, neta, no les duele nada o el sufrimiento de nadie. Mientras Medio Ambiente y la alcaldía de Xochimilco no se pongan a trabajar en conjunto, no va a avanzar esto”, concluye la activista.
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