Tres magistrados atizan la crisis del Tribunal Electoral al reunirse con Xóchitl Gálvez y excluir a su presidente

El grupo de jueces aviva la crisis institucional al publicar un comunicado de una sorpresiva reunión con la candidata presidencial de la oposición

Los magistrados Felipe de la Mata, Mónica Soto y Felipe Fuentes, sostuvieron un encuentro privado con Xóchitl Gálvez candidata presidencial del Frente Amplio por México.Cortesía
México -

El Tribunal Electoral Federal (TEPJF) arrastra hasta los últimos momentos del año su crisis institucional. El jueves por la tarde, tres magistrados, Mónica Soto, Felipe Fuentes y Felipe de la Mata, sostuvieron un encuentro privado con Xóchitl Gálvez, abanderada presidencial de la coalición oposi...

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El Tribunal Electoral Federal (TEPJF) arrastra hasta los últimos momentos del año su crisis institucional. El jueves por la tarde, tres magistrados, Mónica Soto, Felipe Fuentes y Felipe de la Mata, sostuvieron un encuentro privado con Xóchitl Gálvez, abanderada presidencial de la coalición opositora del PAN, PRI y PRD. A simple vista, se trató de una reunión protocolaria. De no ser porque, intencionalmente, los magistrados no convocaron a su presidente, Reyes Rodríguez, ni a la magistrada Janine Otálora. “A este encuentro no fui convocado y me enteré de que se llevó a cabo por este comunicado”, ha escrito Rodríguez en X, retomando un boletín del TEPJF que daba cuenta de la sorpresiva reunión.

“Se trató de una conversación abierta en la que la magistrada y los magistrados ofrecieron a la aspirante presidencial todas las garantías de que los trabajos del TEPJF, durante este proceso electoral, se llevarán a cabo con absoluta imparcialidad, autonomía e independencia. En el encuentro, se refrendó la disposición de este órgano jurisdiccional de reunirse con los demás aspirantes a los principales cargos de elección popular cuando así se solicite”, señalaba el comunicado, que iba acompañado de una foto en la que Gálvez aparece de pie junto a la senadora del PAN Kenia López y los magistrados Soto, Fuentes y De la Mata.

Rodríguez presidirá el Tribunal Electoral hasta el 31 de diciembre, en acuerdo con el bloque de los tres magistrados que se rebelaron hace unas semanas y que lo presionaron para dimitir, acusándole de pérdida de confianza. La magistrada Soto tomará el relevo en la presidencia a partir del 1 de enero. Pero, en los hechos, la reunión del jueves con Gálvez demuestra que el bloque mayoritario trata al aún presidente como un pato cojo, y que Soto ya opera políticamente como la cabeza de la institución (el boletín del encuentro se difundió a través de los órganos de comunicación oficiales). A la magistrada Otálora no la convocaron porque la consideran muy cercana a Rodríguez.

El encuentro con Gálvez se dio en una sede alterna del TEPJF. Una fuente judicial ha afirmado a este periódico que la abanderada presidencial fue convocada a una reunión únicamente con Soto, y que no fue avisada de que estarían presentes los otros dos magistrados. El 8 de diciembre, Gálvez dijo que la crisis que atravesaba el Tribunal Electoral generaba incertidumbre, a pocos meses de que se lleven a cabo las elecciones presidenciales y legislativas más grandes de la historia mexicana. Para Gálvez, la turbulencia en el órgano que califica la legalidad de los comicios había sido instigada por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el partido oficialista, Morena.

De hecho, quienes más festejaron la caída de Rodríguez y el ascenso de Soto fueron los líderes morenistas, ante la mirada consternada de los partidos de oposición. Morena considera a Rodríguez un juez cercano al PAN. Hace unas semanas, cuando en el Senado se dirimía el nombramiento de la nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia, la crisis del TEPJF fue tema de debate. La oposición exigía a Morena presteza para buscar una salida a los problemas institucionales y, de paso, nombrar a las dos magistraturas pendientes en el Tribunal Electoral. El partido oficialista no cedió.

La reunión del jueves convocada por el bloque de los tres magistrados es un esfuerzo por sacudirse la desconfianza de la oposición, que acusa una captura morenista. El comunicado oficial así lo reconocía: fue “parte del diálogo que los integrantes de la Sala Superior del Tribunal Electoral sostienen con todas las fuerzas políticas y sociales del país”. Un diálogo hacia afuera que no se replica hacia adentro.

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