Sheinbaum busca al “compañero” Marcelo Ebrard para que “siga siendo parte del equipo”
La candidata le ha enviado un mensaje al celular y el presidente Nacional de Morena lo va a contactar
La candidata de Morena para la presidencia de México, Claudia Sheinbaum, no ha tardado ni unas horas desde que se conoció su victoria en las encuestas y el enfado del excanciller Marcelo Ebrard, quien quedó segundo, en enviarle un mensaje al celular. El movimiento de transformación ha escuchado a quien todavía es su líder, el presidente Andrés Manuel López Obrador, que este miércoles ha tenido...
La candidata de Morena para la presidencia de México, Claudia Sheinbaum, no ha tardado ni unas horas desde que se conoció su victoria en las encuestas y el enfado del excanciller Marcelo Ebrard, quien quedó segundo, en enviarle un mensaje al celular. El movimiento de transformación ha escuchado a quien todavía es su líder, el presidente Andrés Manuel López Obrador, que este miércoles ha tenido palabras muy amables para su “amigo” Marcelo. El partido busca la “unidad” a toda costa y eso está lejos de las declaraciones de Ebrard a los medios de comunicación, en las que ha dinamitado los puentes con Morena, tras insultar ayer al presidente nacional de la formación, Mario Delgado, al que llamó “cobarde”. Delgado, quien también lo va a buscar, le ha respondido con extrema suavidad: “Es mi obligación como dirigente, las puertas están abiertas, la casa de Marcelo es Morena y su equipo es valioso y con gente extraordinaria”.
La palabra “unidad” no se ha caído de la boca de Sheinbaum en ningún momento y la unidad pasa ahora por que Ebrard y el 26% de la ciudadanía que lo apoya, según la encuesta, vuelvan al redil de la Cuarta Transformación. “Puede ser parte del gabinete, coordinar el Senado o a los diputados, como se expresó en el acuerdo que firmamos al iniciar este proceso”, ha ofrecido Sheinbaum al excanciller. “Pero hay que platicar”, ha añadido, por si acaso estos puestos no fueran del agrado de Ebrard y el partido tenga otros a su disposición. “No me voy a someter a esa señora”, dijo ayer el agraviado en una reunión con sus seguidores, y señaló también que no quiere premios de consolación. Ahora solo falta que el excanciller agarre el teléfono.
La candidata ganadora no quiere oír hablar de ruptura ni de operación cicatriz, no lo acepta, solo de “unidad”, pero a nadie se le escapa que la salida de Ebrard y los suyos puede arrancar un buen puñado de votos a Morena, que acabarían posiblemente en la oposición. Y muchos disgustos al partido, así que la consigna es buscar al díscolo y repetir siempre “unidad”. Sheinbaum ha apelado directamente también a los seguidores del exsecretario de Exteriores. “A todos los que apoyaron a nuestros compañeros, somos parte de un proyecto, a todos los militantes y simpatizantes que fueron parte de este proceso les llamamos también a la participación y a la movilización”, ha insistido.
Tanto ella como Delgado, tras la reunión mantenida con los aspirantes que perdieron en las encuestas (salvo Ebrard, que ha dado un portazo), reiteraron la necesidad de que la movilización que ha mantenido vivo al partido todas estas semanas de asamblea en asamblea por todo el país, se mantenga. “Unidad y movilización”, son ahora las claves. La primera será más difícil.
Marcelo Ebrard está camino de ser el hombre más buscado de México. La oposición, que ya le hizo guiños hace días, le invita de nuevo a participar en su proyecto, así lo ha dicho Xóchitl Gálvez, según recoge el diario Reforma. La candidata de la oposición lo invitó a sumarse antes de que concluyera el proceso, si este salía perdedor. Ebrard no ha definido aún su futuro inmediato, pero las horas para registrarse como candidato electoral se están acabando, y ha de tomar una decisión. Muchos avecinan que podría ser el cabeza de cartel de Movimiento Ciudadano, otro partido al que le simpatiza. Esto le proporcionaría a la formación que preside Dante Delgado tiempo para madurar a sus propios candidatos para futuras contiendas presidenciales y, a buen seguro, un nada desdeñable logro electoral en 2024.
El hueco que deja el excanciller en Morena parece inquietar a los líderes de la Cuarta Transformación y se entiende así el afán por no hablar siquiera de operación cicatriz, sino apelar una y otra vez a la unidad, la plática y las puertas abiertas. Los analistas se afanan ahora por hacer cuentas de a quién le sería más rentable y quién saldría más perjudicado con los futuros movimientos del morenista díscolo.
Preguntado esta mañana Delgado sobre la posibilidad de que la espantada de Ebrard pueda dividir el voto de la oposición y si eso constituiría una ventaja para Morena, el presidente nacional ha contestado con contundencia. “No es ventaja, no queremos que Marcelo se vaya, es integrante de este movimiento y ha contribuido al fortalecimiento del mismo, ayudándonos a consagrar la transformación. Debemos sumar y obtener el triunfo”.
En ese mismo contexto pueden interpretarse las palabras de López Obrador esta mañana. Aunque ha señalado la completa legitimidad de la elección de Claudia Sheinbaum, no ha desperdiciado el momento para traer hacia sí a Ebrard. “Espero que decida apoyar la transformación”, ha dicho. “Es una muy buena persona, un buen dirigente, un buen servidor público, es mi amigo”.
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