Secuestrada la titular del Ministerio Público en Coyuca de Catalán, Guerrero
Hombres armados irrumpieron en la comandancia de la agencia y se llevaron a la mujer. Jaquelín González había asumido el cargo hacía pocos días
Un grupo de hombres armados se llevó este lunes a la titular del Ministerio Público de Guerrero en el municipio de Coyuca de Catalán, Jaquelín González, en la región de Tierra Caliente. Según informó el vicefiscal Gabriel Hernández, alrededor de 20 individuos entraron a las instalaciones de la Fiscalía a plena luz del día, ubicaron a González y se la llevaron. Hernández explicó que el comando armado entró en las oficinas y desarmó a la guardia de “la policía de investigación minister...
Un grupo de hombres armados se llevó este lunes a la titular del Ministerio Público de Guerrero en el municipio de Coyuca de Catalán, Jaquelín González, en la región de Tierra Caliente. Según informó el vicefiscal Gabriel Hernández, alrededor de 20 individuos entraron a las instalaciones de la Fiscalía a plena luz del día, ubicaron a González y se la llevaron. Hernández explicó que el comando armado entró en las oficinas y desarmó a la guardia de “la policía de investigación ministerial”, sin mayor problema. La dependencia no ha dado más información de momento.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 13.00 y, desde entonces, tanto la Fiscalía de Guerrero, como el Ejército y la Guardia Nacional, peinan los alrededores de Coyuca y la vecina Ciudad Altamirano, en busca de pistas sobre el paradero de González. La mujer apenas había empezado a trabajar en Coyuca. Antes había laborado en Chilpancingo, la capital, y la ciudad de Iguala, en la región centro.
Ni Hernández ni ninguna otra autoridad de Guerrero han dado detalles sobre la posible identidad de los perpetradores. Las coordenadas del delito apuntan, sin embargo, al grupo criminal de La Familia Michoacana, instalado en la región desde hace más de diez años. Sus líderes, los hermanos Johny y José Alfredo Hurtado Olascoaga, alias El Pez y La Fresa, perduran en su quehacer criminal en Tierra Caliente, intercalando periodos de calma, con masacres y extorsiones.
El año pasado, La Familia Michoacana atacó presuntamente a un grupo de pobladores de la comunidad de El Durazno, parte de Coyuca de Catalán. Al menos siete personas murieron, entre ellas un niño de 11 años. En medios locales circuló la versión de que el grupo criminal quiso castigar a El Durazno por sus ansias independentistas. Al parecer, El Durazno ha querido separarse de Coyuca desde hace tiempo.
En abril de este año, las autoridades detuvieron a un presunto integrante de La Familia, Hermelindo N, alias El Meli, como presunto responsable del ataque. Las autoridades señalaron entonces que el ataque obedecía a las exigencias de La Familia de que los hombres de la zona se integren en sus filas. Otro motivo señalado entonces fue las tiranteces entre el mismo grupo criminal y los productores de aguacate de la zona. Ha habido más detenciones de presuntos integrantes del grupo criminal estos meses, pero el secuestro este lunes de González cuestiona la lectura que se ha hecho desde Guerrero: La Familia parece fuerte como nunca.
El ataque en El Durazno era solo el último evento violento en la zona en pocos meses. De hecho, apenas unos días antes, un grupo de 80 hombres armados irrumpió en la prisión del municipio para llevarse a un preso, Samuel N, alias El Vago. Lo que parecía una evasión de película resultó días más tarde un levantón, palabra ya clásica del léxico criminal mexicano: un secuestro sin petición de rescate. El Vago apareció muerto pocos días después, tirado en una carretera de la región. Encima del cuerpo, las autoridades encontraron una cartulina, en la que un tal Alias Borrego firmaba junto a las siglas FM, Familia Michoacana.
A estas alturas, resulta extraño el peloteo entre autoridad y grupo criminal, la primera anunciando detenciones y asegurando que el grupo se debilita, el segundo actuando a voluntad en una región humilde, montañosa, golpeada por décadas de abandono. Antes de la masacre de El Durazno, integrantes de La Familia perpetraron otra en el pueblo vecino de San Miguel Totolapan. Los pistoleros dejaron 20 muertos, entre ellos el alcalde y su papá.
El tamaño de la tragedia puso los focos de la nación sobre la región por unos días. Uno de los hermanos Hurtado Olascoaga, José Alfredo, La Fresa, se sintió interpelado y apareció en un video en Facebook, acusando a un grupo contrario de la matanza. La Fresa habría grabado el vídeo desde su casa, a unos metros de la presidencia municipal de San Miguel. Igual que La Fresa, la población local conoce desde hace años la geografía preferida de su hermano, El Pez, entre Arcelia y la Tierra Caliente del Estado de México. La posibilidad de que la autoridad no actúe por falta de información o conocimiento sobre su paradero resulta cada vez más desconcertante.
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