Marcelo Ebrard y la autobiografía con la que busca tomar impulso en la carrera presidencial
El canciller de México lanza un libro en un evento rodeado de sus aliados y colmado de eslóganes de campaña
El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, ha lanzado un libro, llamado El camino de México (Aguilar, 2023), con el que busca acaparar reflectores y tomar impulso en la carrera de la elección presidencial del próximo año. El libro hace un repaso por la experiencia de más de 40 años de Ebrard como funcionario público, una trayectoria que demuestra las tablas del canciller para gobernar, a decir de sus simpatizantes. Ebrard disputa la nominación presidencial dentro de su par...
El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, ha lanzado un libro, llamado El camino de México (Aguilar, 2023), con el que busca acaparar reflectores y tomar impulso en la carrera de la elección presidencial del próximo año. El libro hace un repaso por la experiencia de más de 40 años de Ebrard como funcionario público, una trayectoria que demuestra las tablas del canciller para gobernar, a decir de sus simpatizantes. Ebrard disputa la nominación presidencial dentro de su partido, Morena, a la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la rival a vencer según todas las encuestas de preferencias electorales. El canciller ha reunido este lunes en el Palacio de Minería a sus bases para presentar su libro, el primero en su haber como autor, en un evento que tuvo tintes de saque de meta de su campaña a la Presidencia y que ha dejado ver qué políticos respaldan sus aspiraciones.
Ebrad, de 63 años y que también ha sido gobernante de la capital (2006-2012), ha dicho que su libro es una autobiografía tanto personal como política, un “ejercicio de transparencia y autenticidad” para mostrarse ante los mexicanos como es realmente. “Nos hemos preparado 42 años. Lo que les comparto es qué he aprendido”, ha dicho el canciller al tomar el micrófono. “El libro tiene como objetivo un mensaje: lo que tenemos para la contienda que se avecina cada cual es lo que somos y lo que hemos hecho. Lo demás no importa. Nuestros hechos, nuestra vida, nuestra persona, eso es lo que proponemos. La congruencia ahí está”, ha añadido.
Nada más entrar en el recinto, a Ebrard le gritaron sus bases: “¡presidente, presidente!”. Y aplausos y gritos y selfies con el aspirante. El salón redundaba en mensajes de campaña: “Recorramos juntos el camino de México”; “40 años de amor a Mexico”; “Marcelo es mi carnal”; “Sígueme y seguiremos transformando a México”. Entre quienes lo arroparon se encontraban Santiago Nieto, extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y que ahora es fiscal general del Estado de Hidalgo; Alejandro Rojas Díaz-Durán, cercano colaborador del senador Ricardo Monreal, otro aspirante de Morena a la Presidencia; el diputado morenista Emmanuel Reyes Carmona, vinculado a la iglesia de La Luz del Mundo, y el senador de Morena José Ramón Enríquez, distanciado de la dirigencia de su partido a raíz de las encuestas de selección de candidatos. La subsecretaria de la Cancillería Martha Delgado, estrecha colaboradora de Ebrard desde 2006, hizo de maestra de ceremonias.
Los videos que fueron proyectados a manera de spots mostraban imágenes de Ebrard y López Obrador andando juntos, como los más cercanos. Las referencias a la cercanía con el presidente han cobrado un gran valor en un momento en que los morenistas se disputan el derecho a continuar su legado. Ebrard ha colaborado con López Obrador durante dos décadas: fue funcionario de su Gobierno en la Ciudad de México y, posteriormente, con el padrinazgo de él, se convirtió en mandatario de la capital (2006-2012). Ese año, Ebrard figuró que podría ser candidato presidencial del PRD —partido donde militaba con López Obrador—, pero decidió hacerse a un lado para dejar paso al que ya era el referente de la lucha electoral de la izquierda en México. “Llevo con Andrés Manuel 23 años trabajando. Soy una gente muy radical porque quiero cambiar la realidad, quiero lograr la igualdad. Me ha costado y jamás he cejado en esa causa y eso es lo que les comparto en el libro. Todo programa y acción que hagamos se va a derivar de esa convicción, que está en el libro”, ha dicho el canciller.
La vida política de Ebrard no se reduce tampoco a la sombra de López Obrador. Antes trabajó con Manuel Camacho Solís, su mentor, que tuvo a su cargo las negociaciones de paz entre el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari y la insurgencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que se había alzado en Chiapas en 1994. Y durante su gestión como jefe de Gobierno de la Ciudad de México, en 2007, impulsó la despenalización del aborto, una política que en su momento le valió amenazas de excomulgación de la Iglesia católica y que este lunes, durante la presentación, la escritora Elena Poniatowska aplaudió como un gran logro. “Que Marcelo haya puesto como su prioridad a uno de los grupos más vulnerables, las mujeres y las jovencitas, es una clara muestra de su empatía por los olvidados de siempre”, ha dicho. La abogada Leticia Bonifaz, también en el encuentro, mencionó que durante esa gestión en la capital se legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo. Recordó que, ante las inquietudes de algunos colaboradores por el impacto que pudiera tener la política en los sectores más conservadores, Ebrard dijo: “Cuando la izquierda llega al poder, es para empujar la agenda de la izquierda”.
Ebrard, acompañado en el presidium por su esposa Rosalinda Bueso, que no habló, escuchaba las intervenciones. Luego, en su turno, dijo que él era un hombre de familia y de convicciones, y que defender ambas cosas lo han convertido en perseguido político. “El libro es un ejercicio, en primer lugar, de transparencia. ¿Quién soy, de dónde vengo? Puse hasta la foto de la primera casa donde nací y crecí. Mi familia. Los grandes impactos que te llevan, aquella chispa o aquel momento que te lleva a ser quien hoy eres”, ha dicho. “[También] les comparto cuáles son mis valores, que son los mismos. A mí me ha costado defender lo que creo. Ustedes pueden dividir el mundo en dos: a quien le ha costado defender lo que cree y al que no cree en nada y nunca ha tenido costo alguno. Nosotros creemos en algo. Queremos cambiar la realidad”.
El canciller comenzó a hablar sobre la importancia de que en la vida de un político haya congruencia entre lo que piensa y lo que hace. Añadió que él ha visto que en la función pública hay gente que traicionó sus principios, “que no tienen convicción de nada, ni le tienen aprecio a su pueblo, ni les preocupa”. Luego corrigió para no tener que usar la palabra “traidores” y tampoco mencionó nombre alguno.
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