Más de 150 ‘perros peregrinos’ no tienen una casa a la que volver después del día de la Virgen de Guadalupe
Las asociaciones animalistas exhortan a los peregrinos a recoger a sus animales antes de volver a casa
Varias decenas de perros deambulaban este martes entre confundidos y hambrientos por la plaza de la Basílica de Guadalupe, en Ciudad de México, después de las celebraciones del 12 de diciembre. Es el resultado más desafortunado de la peregrinación que este año ha traído a 11 millones de peregrinos a la capital, según las autoridades. El Comité de Protectores de Animales A.C. y las demás organizaciones rescatan cada año en las inmediaciones de esta iglesia a entre 150 y 200 perros. Algunos llegaron caminando con su ...
Varias decenas de perros deambulaban este martes entre confundidos y hambrientos por la plaza de la Basílica de Guadalupe, en Ciudad de México, después de las celebraciones del 12 de diciembre. Es el resultado más desafortunado de la peregrinación que este año ha traído a 11 millones de peregrinos a la capital, según las autoridades. El Comité de Protectores de Animales A.C. y las demás organizaciones rescatan cada año en las inmediaciones de esta iglesia a entre 150 y 200 perros. Algunos llegaron caminando con su dueño y se perdieron entre la gente, pero la mayoría hicieron parte del trayecto con los peregrinos, que luego se volvieron a casa en autobús o en otros medios de transporte.
“Seamos congruentes, la religiosidad incluye compasión y empatía a todos los seres vivos. Llevar a tu perro y abandonarlo es un acto irresponsable y vil”, escribía la asociación Cuenta Conmigo desde Twitter. Armando García, de la Brigada de Vigilancia Animal de la Ciudad de México, explica que los perros que empiezan a aparecer cuando se va la gente, son de todos y de nadie al mismo tiempo. “Hay gente que trae a sus perros atados con la correa y de ese tipo de perros perdidos se ven muy pocos. Los que se quedan aquí generalmente son los perros de las comunidades que peregrinan hasta la basílica. Les acompañan durante el trayecto a pie, pero como los peregrinos se vuelven en autobús a casa, la gente se dispersa y los perros se quedan aquí”, explica García.
La Brigada de Vigilancia Animal no se encarga de rescatar a estos perros. Ellos se encargan de los que tienen problemas graves de salud, están severamente desnutridos o tienen alguna enfermedad que requiere atención para salvar la vida del animal. La encargada de atender a la mayoría de estos perros es la Alcaldía Gustavo Madero, a la que pertenece la Basílica, a través de sus servicios sociales y sus clínicas veterinarias. Por eso han impulsado en los últimos días una campaña para intentar impedir que los peregrinos dejen aquí a los perros con los que llegaron.
Después de dos años de pandemia en los que esta celebración no había podido realizarse de forma presencial, este año el despliegue de gente ha sido mucho mayor de lo esperado. El rector de la basílica, Salvador Martínez, celebró la recuperación de la “normalidad” y llamó a la gente a visitar el santuario de la “Guadalupana”, como se le dice a la Virgen, pero intentando “evitar las aglomeraciones”. Eso fue imposible. El lunes a las 12.30 de la mañana, en la Basílica no cabía ni un alma, y la gente se arremolinaba en el exterior intentando escuchar la misa.
Pero eso también era complicado. En la plaza, los danzantes aztecas, ataviados con sus vestimentas tradicionales, realizaban sus bailes al ritmo de los tambores y entre ellos, los caminantes, después de un viaje largo para llegar hasta aquí, se sentaban en las escaleras o sobre sus propias mochilas. Por la acera avanzaba de rodillas, como tantos otros, una mujer con un vestido largo. El sol impenitente hacía que le sudara la frente en su recorrido hacia la iglesia. Otra mujer la acompañaba y la ayudaba a mover el cartón de apenas medio metro sobre el que se movía. Cuando la mujer había llegado al final, su amiga recogía el cartón del suelo y lo volvía a colocar delante. Todavía la quedaban unos cientos de metros para poder saludar a la Virgen de Guadalupe.
El Papa Francisco, en su intervención durante la noche del 11 de diciembre en la enorme Basílica de Guadalupe, con capacidad para 11.000 personas, apeló a la convivencia del continente. “América siempre se ha caracterizado por ser una tierra donde pueden convivir pueblos diferentes, una tierra capaz de respetar la vida humana en todas sus fases, desde el seno materno hasta la vejez, capaz de acoger a los emigrantes, así como a los pobres y marginados de todas las épocas. América es una tierra generosa”, sentenció el Papa.
La asociación Mundo Patitas ha rescatado en los últimos seis años a 84 perros que se quedaron deambulando por la Basílica y por las calles colindantes tras la peregrinación. Norma Huerta, la presidenta de la organización, asegura que seguramente muchos de estos animales llegan hasta aquí porque, durante el trayecto, los caminantes alimentaron y mostraron cariño hacia los perros, según indicaba a un diario local. “Los canes que son abandonados pueden ser recogidos por la perrera o envenenados por los locatarios, porque al término de las festividades representan una plaga”, aseguró la presidenta de esta asociación, que ha rescatado a más de 3.000 perros y gatos desde su constitución en 2007.
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