La psicóloga mexicana que investiga los usos terapéuticos del sapo de Sonora: “Su rapidez y efectividad llaman la atención de la ciencia”
Ana María Ortiz trabaja en la Universidad de Wisconsin con su potente sustancia psicodélica, envuelta en mitos y estigmas, para afinar su utilidad tratando la depresión y la ansiedad
El sapo del desierto de Sonora y su secreción psicodélica 5-MeO-DMT empiezan a ser parte de una conversación que se expande por fuera incluso de las fronteras de México y el sur de Estados Unidos, de donde es originario este robusto anfibio, que parece albergar un verdadero misterio en su piel. Cuando se le menciona, un sinnúmero de imágenes místicas, hipótesis científicas, promesas terapéuticas y ...
El sapo del desierto de Sonora y su secreción psicodélica 5-MeO-DMT empiezan a ser parte de una conversación que se expande por fuera incluso de las fronteras de México y el sur de Estados Unidos, de donde es originario este robusto anfibio, que parece albergar un verdadero misterio en su piel. Cuando se le menciona, un sinnúmero de imágenes místicas, hipótesis científicas, promesas terapéuticas y hasta acusaciones por muerte empiezan a emerger. La psicóloga mexicana Ana María Ortiz investiga desde hace años el 5-MeO-DMT en la Universidad de Wisconsin, que cuenta con el Centro Transdisciplinario de Investigación en Sustancias Psicoactivas. El próximo año empezará estudios controlados para entender los verdaderos beneficios de un compuesto que muchos declaran responsable de haberles cambiado la vida.
Pregunta. El sapo de Sonora y su secreción alucinógena se hacen cada vez más famosos en el mundo, al igual que plantas como la ayahuasca o el yagé ¿Qué ve usted detrás de este auge?
Respuesta. Es muy diferente la situación del sapo en México a la de esas plantas de poder en Colombia o Perú, que tienen una historia de uso tradicional de cientos de años atrás. Por el contrario, poca gente en Arizona y Sonora sabía de este sapo. En 1984 apareció el panfleto de Albert Most que inspiró a que otros investigadores experimentaran con él. Wade Davis, antropólogo y Andrew T. Weil, médico integrativo, publicaron un par de artículos con hipótesis sobre el sapo y su sustancia psicodélica. El doctor Weil fue incluso en busca de un hombre llamado ‘White Dog’ quien aseguró que sabía del sapo porque había leído el documento de Most. Fue solo hasta mediados de los años 80 que esta sustancia psicodélica se empezó a expandir y fue solo hasta hace 10 años que se empezó a usar extendidamente en la zona.
P. ¿Sugiere que este hálito de ancestralidad es una narrativa fabricada?
R. Hace 10 años, un grupo de personas que formaron una asociación civil en México se acercaron a los grupos indígenas de Sonora. Primero fueron con el pueblo Seri y deliberadamente introdujeron esta narrativa falsa de que ellos habían utilizado las secreciones del sapo ancestralmente, pero tras la colonización era una práctica que se había perdido y que “aquí venía este hombre blanco” a reintroducir una práctica milenaria. Desgraciadamente, los grupos indígenas en México viven en condiciones de pobreza extrema, sin planes de salud, ni de cuidado, y cuando vieron que el uso del sapo se podía convertir en una fuente de ingreso y de turismo, lo adoptaron.
P. Más allá de su valor ancestral, ¿por qué la ciencia termina interesándose en la secreción del sapo de Sonora?
R. Un grupo de investigadores liderados por Alan Davis empezaron a hacer estudios en 2018. Diseñaron una encuesta epidemiológica y publicaron varios estudios. Descubrieron que el 80% de los respondientes reportaron mejoría en síntomas de depresión y ansiedad, sin intención de tratar estos males, simplemente pasó. Tenemos una gran necesidad de encontrar tratamientos de salud mental que sean eficientes. Los antidepresivos sí funcionan, pero tienen sus limitaciones. En 2006, se empezaron investigaciones rigurosas sobre la psilocibina, un psicodélico derivado de los hongos, y los datos sugieren que una o dos aplicaciones tenía impactos terapéuticos a corto y largo plazo, desafiando el paradigma de los antidepresivos que tienen que tomarse por extensos periodos de tiempo o incluso de por vida.
P. ¿Qué encontraron los científicos tan atractivo en el 5-MeO-DMT para abrir espacio en un campo de investigación ya avanzado con los hongos?
R. La psilocibina ya está bien encaminada, al igual que el MDMA, a convertirse en tratamientos aprobados por la FDA de EEUU. Pero hecho de que necesites dos psicólogos en una sesión de ocho horas, más un tiempo de preparación previo a la sesión y de integración posterior, hizo que el 5-MeO-DMT, con su supuesta rapidez y efectividad, capturara la atención y la imaginación de científicos y emprendedores. Si esta sustancia tiene el potencial de tener un impacto positivo por muchos meses en gente que ni siquiera estaba buscando un tratamiento, imagine qué efecto terapéutico puede tener suministrarla con un protocolo que esté encaminado para tratar abusos de sustancias o estrés postraumático.
P. Esas investigaciones ¿hacia dónde se encaminan específicamente?
R. Una de las cosas bien interesantes de los psicodélicos es que han empezado a retar el sistema establecido de tratamiento que te decía: toma este medicamento para la depresión, este para la ansiedad, este otro para un desorden alimenticio. A medida que los científicos ven que los psicodélicos funcionan para todas estas enfermedades a la vez, se preguntan si debe haber un mecanismo global transdiagnóstico para los pacientes con problemas de salud mental. Uno de los grandes temores que se tiene con estas medicinas naturales y tradicionales es que la ciencia le arrebate todo su potencial místico.
P. ¿Qué tan relevante para los fines terapéuticos es la experiencia mística de los usuarios?
R. Muy importante. Hay un cuestionario desarrollado por el psicólogo clínico Alan Davis llamado “Psychological Insight Questionnaire”, el cual mide qué tanto las personas perciben que su experiencia con algún psicodélico les facilitó acceso a nueva información sobre ellos mismos o sobre una situación problemática. De hecho, mi investigación está buscando ver la relación entre la intensidad de la experiencia del 5-MeO-DMT y cómo impacta en las personas en su sentimientos de conexión con la naturaleza, con su tendencia a comportamientos prosociales y a la flexibilidad psicológica.
P. Estas sustancias siguen siendo prohibidas o estigmatizadas. ¿La ciencia abona el terreno para la legalización?
R. En México están trabajando unos colegas míos en elaborar una iniciativa de ley porque ahora todas las plantas sagradas y psicodélicos están considerados como categoría uno, que es el equivalente en EEUU a sustancias altamente adictivas, sin ningún valor terapéutico, lo cual ¡es una patraña! Hay movimientos en México para tratar de reclasificar la ayahuasca, el peyote, la mezcalina a categoría 4. Pero también hay expertos que dicen que ni siquiera eso será eficiente, porque ese sistema no aplica a esta clase de sustancias, sino que necesitamos elaborar un nuevo órgano regulador que las controle y que esté diseñado de forma que proteja a los pueblos indígenas, sus tradiciones y sus costumbres, sobre todo con la psilocibina.
P. En Estados Unidos continúa siendo ilegal.
R. Sí, por eso todas las investigaciones con el 5-MeO-DMT hasta ahora son simples encuestas. En la investigación que llevo haciendo yo desde hace varios años, diseñamos una encuesta muy parecida a la que hizo el doctor Davis. Ya estoy a punto de empezar a analizar datos. Pero no es un estudio controlado porque hacer esos escalamientos es difícil. Justo ahora, como hay tanta evidencia de que estas sustancias sí sirven, el gobierno de EEUU ha recibido mucha presión y acaba de dar un subvención ederal a la Universidad John Hopkins para que puedan estudiar a mayor escala tratamientos con psicodélicos.
P. ¿Hay una diferencia entre el compuesto 5-MeO-DMT que se extrae del laboratorio y el que se extrae directamente del sapo?
R. Es igual de eficaz. Las secreciones del sapo tienen otras sustancias, incluyendo glucósidos cardíacos que te pueden matar si lo consumes, por ejemplo, oralmente. Es peligrosa la desinformación que existe en torno a esta práctica porque algunas fuentes dicen que se puede insuflar, fumar y ¡no es cierto! La única manera en que se puede usar de forma segura es por vaporización, porque con el calor se evapora todo lo demás. El compuesto sintético, por el contrario, se puede administrar de diferentes formas: sublingual, insuflación (por la nariz) y, en el caso de las investigaciones que vienen, con una formulación intramuscular. Así, en lugar de ser una experiencia radical de 20 minutos, en los que muchos hablan de sentir casi la muerte, la que se tiene con el compuesto sintético sería igual de profunda, pero más gradual, de aproximadamente una hora. Se presta mucho para desarrollar todo un modelo nuevo de salud mental eficaz.
P. ¿Qué riesgos ve en la proliferación de estas ceremonias?
R. Los psicodélicos no son adictivos, pero el 5-MeO-DMT sí tiene un fenómeno que se conoce como ‘reactivación’, que son experiencias transitorias que la gente tiene después de días, semanas, meses e incluso años de tomar la sustancia. A veces los que la consumieron sienten que vuelven a entrar en esta experiencia mística y es muy placentero, pero si eso se vuelve recurrente puede producir ansiedad y mal dormir. Los psicodélicos además te suben la presión, en todos los procesos científicos se selecciona quién es apto, y en el mundo del sapo eres apto si tienes el dinero que te pide el facilitador. No tienen protocolos. No se fijan si los que lo van a tomar tienen una condición cardiovascular persistente, o si tienen un familiar con problemas de salud mental o tendencias a brotes psicóticos.
P. ¿La población del sapo del Desierto de Sonora se ha visto afectada por el escalamiento de la extracción de su secreción?
R. Cuando tienes una especie endémica ya estás en desventaja, porque requiere un medio ambiente muy especial para poder existir. Esta es una práctica que, a través de la narrativa de ancestralidad, se ha escalado a un nivel sin precedentes. Llevamos haciendo estudios de poblaciones y preliminarmente vemos que en lugares en donde hace 10 ó 5 años veíamos poblaciones sanas, con sapos grandes, medianos y pequeños, ahora ves muy pocos pequeños, porque los grandes ya no están. ¡Se los están llevando!
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