Las autoridades omiten en el parte de defunción de Abigail Hay que murió dentro de un calabozo de la policía
La familia de la joven oaxaqueña, que apareció asfixiada en los separos de la comandancia, rechaza la versión del suicidio y exige aclarar la muerte
La familia de Abigail Hay Urrutia sigue peleando por aclarar la muerte de la joven, de 30 años, fallecida en agosto dentro de un calabozo de policía en Salina Cruz, Oaxaca. El último obstáculo que han enfrentado es el acta de defunción, donde acusan que las autoridades están omitiendo información. En el primer borrador que el Registro Civil entregó el jueves a la familia se leía que Abigail había muerto en la vía pública. Ante la resistencia de los funcionarios a modificarlo, ellos insistieron. “Ese no es el lugar donde mi hermana murió”, explica Margarita Hay a EL PAÍS. “Mi hija Abigail fue t...
La familia de Abigail Hay Urrutia sigue peleando por aclarar la muerte de la joven, de 30 años, fallecida en agosto dentro de un calabozo de policía en Salina Cruz, Oaxaca. El último obstáculo que han enfrentado es el acta de defunción, donde acusan que las autoridades están omitiendo información. En el primer borrador que el Registro Civil entregó el jueves a la familia se leía que Abigail había muerto en la vía pública. Ante la resistencia de los funcionarios a modificarlo, ellos insistieron. “Ese no es el lugar donde mi hermana murió”, explica Margarita Hay a EL PAÍS. “Mi hija Abigail fue torturada, golpeada y asesinada dentro de la cárcel de la comandancia municipal no en la calle”, ha escrito su padre José Luis Hay. Este paso burocrático es el último pulso de una familia humilde por obtener justicia en un proceso complejo y todavía plagado de dudas, que ya ha incluido tres autopsias y cuatro detenciones.
La tarde del pasado 19 de agosto, Abigail Hay se encontraba dentro de un vehículo con su entonces pareja, Kleiver Nazario ‘E’. Tuvieron una discusión y ella fue detenida por policías municipales por alteración en la vía pública. Fue acusada de haber cometido una falta administrativa. En un video de la detención, que fue filtrado a los medios de comunicación, puede verse cómo la joven se aferra a la pierna y el brazo de un hombre para no ser llevada por los agentes. Después de un par de minutos, las autoridades consiguen subirla a la patrulla.
De acuerdo con la versión de la policía, la mujer fue trasladada al juez cívico, que le ofreció tres formas de pagar la falta cometida: una multa, servicio comunitario o pasar 24 horas en la cárcel. Hay aceptó ser encerrada. Unas horas más tarde, la joven estaba muerta en los calabozos de la comandancia. Los agentes sostienen que se suicidó ahogándose con su propia ropa interior.
Esta narrativa, todavía plagada de inconsistencias, ha sido rechazada una y otra vez por la familia. Margarita Hay señala que además de una profunda marca en el cuello, su hermana tenía lesiones en las piernas y en los brazos. “Tenía golpes que ella no se pudo hacer a sí misma, tuvo que haber alguna participación externa”, apunta. Hasta el momento, se han realizado tres autopsias a Abigail, una de ellas por médicos independientes a la Fiscalía, y todas señalan la misma causa de la muerte: asfixia por ahorcamiento. La familia exige saber cómo se llegó a esa situación en un entorno supuestamente seguro como debería ser una comandancia.
Por esa posible omisión han sido detenidas cuatro personas: dos agentes municipales —que fueron posteriormente puestos en libertad—, el juez cívico y el comandante municipal. Estos dos últimos sí han sido vinculados a un proceso judicial. “Ellos fueron procesados porque son los encargados de que todo ahí esté en orden, son los que le dicen a los policías cómo se tiene que actuar. Se trabaja bajo sus indicaciones”, apunta Margarita Hay, que asegura que todavía hay mucho por investigar. “Todavía no se ha hecho justicia, aunque ni la justicia nos va a devolver a mi hermana”, ha dicho.
El caso de Abigail Hay recuerda al de la doctora Beatriz Hernández, en Hidalgo, en 2021. La médica fue detenida por la policía de Progreso de Obregón tras causar un accidente de automóvil sin heridos. Una hora más tarde, el cuerpo de la joven estaba tirado en el suelo del calabozo municipal. La versión de la policía aseguraba que Hernández había encontrado un trapo blanco en la celda y ella misma se había ahorcado. Los peritos identificaron 25 lesiones en el cuerpo de la joven, en el cuello, pero también algunas en el rostro, en los pechos y en la zona genital.
El argumento del suicidio todavía se utiliza en algunos casos de violencia contra mujeres. En los últimos meses, ese patrón se ha repetido en el caso de Luz Raquel Padilla, de quien la Fiscalía de Jalisco insinuó que se había prendido fuego a sí misma, o el de Yolanda Martínez, quien de acuerdo a la versión de las autoridades de Nuevo León, se quitó la vida bebiendo veneno, aunque días más tarde los mismos fiscales reconocieron que no habían encontrado ninguna sustancia en su cuerpo.
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