Hallado el cadáver de otra chica en Nuevo León que apunta a Yolanda Martínez
La Fiscalía asegura que la víctima llevaba la misma ropa y pertenencias que otra de las desaparecidas en el Estado y espera a la autopsia para confirmar su identidad
La Fiscalía de Nuevo León ha informado este lunes del hallazgo del cadáver de una mujer con características similares a las de la desaparecida Yolanda Martínez, de 26 años. Las autoridades no han confirmado todavía la identidad de la joven y tampoco han proporcionado los detalles de la autopsia que esclarezcan la causa de muerte. Martínez desapareció el 31 de marzo a las 11:30 de la mañana, cuando salía a entregar una solicitud de trabajo en San Nicolás de los Garza, a unos 30 kilómetros de su casa. Su padre, Gerardo, ha presionado en las últimas semanas para dar con el paradero de la chica de...
La Fiscalía de Nuevo León ha informado este lunes del hallazgo del cadáver de una mujer con características similares a las de la desaparecida Yolanda Martínez, de 26 años. Las autoridades no han confirmado todavía la identidad de la joven y tampoco han proporcionado los detalles de la autopsia que esclarezcan la causa de muerte. Martínez desapareció el 31 de marzo a las 11:30 de la mañana, cuando salía a entregar una solicitud de trabajo en San Nicolás de los Garza, a unos 30 kilómetros de su casa. Su padre, Gerardo, ha presionado en las últimas semanas para dar con el paradero de la chica después de que la muerte de Debanhi Escobar, de 18 años, desatara una crisis de mujeres asesinadas y desaparecidas en el Estado.
El cadáver fue localizado este domingo en el municipio de Juárez, a unos 30 kilómetros de la zona donde desapareció Martínez hace más de un mes y cerca de donde vivía con su padre. También en la zona metropolitana de Monterrey, la capital del Estado. El cuerpo se encontraba tirado en una zona de matorrales y una vecina alertó a las autoridades, según informa la prensa local.
Martínez desapareció poco después de que lo hiciera otra joven, María Fernanda Contreras, de 27 años (el 28 de marzo) que disparó la indignación estatal por los feminicidios y desapariciones de mujeres en Nuevo León. Y una semana antes de que se perdiera el rastro de Debanhi Escobar, cuyo caso escaló al debate nacional y reveló profundas grietas en el sistema de justicia del Estado.
El padre de Yolanda, que trató sin descanso de colocar el caso de su hija en el tablero mediático en las últimas semanas, recorriendo cada día la ciudad, repartiendo volantes y pidiendo ayuda tanto a las autoridades como a los medios para que la desaparición de su hija no quedara en el olvido, fue hospitalizado este fin de semana. En una publicación en las redes sociales de su hija, que utiliza principalmente para empujar la búsqueda de Martínez, difundió una imagen en la que se encontraba ingresado en un hospital por un cuadro de hipertensión.
La joven llevaba un par de meses viviendo de nuevo con su padre, su hermano, su tío y su abuela en Juárez —el municipio periférico de la capital, donde fue encontrado el cuerpo—, mientras se organizaba para encontrar un nuevo trabajo. Yolanda había tenido que dejar el último empleo porque los horarios le impedían cuidar a su hija Fernanda, de tres años, que había empezado el kínder. El 28 de marzo se dirigió hacia la colonia Constituyentes de Querétaro, en San Nicolás, donde vive su abuela materna, para estar más cerca de la niña, que esos días estaba con su padre, con quien comparte la custodia. Gerardo estuvo en contacto durante toda la semana con la joven.
El día 31 a las 13:00 horas, el móvil de Yolanda ya estaba apagado. “Quizás se le descargó el celular”, pensó su padre tras la llamada, según declaró en una entrevista a este diario. Volvió a marcar unas horas más tarde: todavía sin señal. “Ahí empecé a preocuparme. Le mandé un WhatsApp: ‘¿Dónde estás? ¿Yola? Hey’. No me contestó. Mañana a lo mejor me habla, pensé”. Al día siguiente, todavía sin noticias, explotó la preocupación y localizó a tías, primas, amigas de la joven: “¿Está Yola en tu casa?”. Nadie respondió.
Su padre puso la denuncia el 4 de abril, poco antes de que estallara la ira de los colectivos feministas por la crisis de violencia contra las mujeres en el Estado. Las autoridades le aseguraron que le ayudarían a encontrar a su hija. Pero no lo hicieron hasta que el caso de Yolanda, como el de tantas otras, se convirtió en un escándalo para la Fiscalía. “Yo pensé que no hizo efecto mi denuncia o que se les olvidó, así que volví a llamar y me dijeron que siguiera en mi casa, que me fuera a trabajar, que yo ya había puesto la denuncia, que esperara. Y yo esperé, pero pasó toda una semana y ni el grupo venía, ni mi hija regresaba”, contaba a este diario.
La Fiscalía, acorralada por la presión pública y mediática que ha colocado a la entidad como el símbolo del terror de un país —en México se asesina a 11 mujeres al día sin que apenas exista justicia, menos del 90% de los casos se resuelve— informa semanalmente sobre las nuevas pistas del caso Debanhi, aunque todavía insuficientes para aclarar su muerte —apareció 13 días después hundida en una cisterna de un motel que habían revisado cuatro veces—, así como del hallazgo de otra joven más.
Los casos de desaparecidas y asesinadas en el Estado han provocado la destitución de dos fiscales, el de Antisecuestros y el de Búsqueda de Personas Desaparecidas, así como el descrédito de una institución que trabaja estos días a marchas forzadas. Todavía falta por encontrar a 1.798 más. De ellas, 57 desaparecieron en lo que va de año.
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