Fallecida tras ingerir una bebida en un bar: la familia de Sofía Morales pide justicia para la estudiante
La joven, de 17 años, y otra de sus amigas fueron intoxicadas en una fiesta de graduación. La Fiscalía de Ciudad de México investiga el deceso como feminicidio
El rostro de la estudiante Sofía Morales ha ocupado este miércoles el Paseo de la Reforma, en Ciudad de México. La adolescente, de 17 años, falleció el pasado viernes tras ingerir una bebida en un bar de la colonia Doctores, en el centro de la capital. Otra de sus amigas también resultó intoxicada en el mismo lugar y estuvo hasta el martes ingresada en el hospital. La muerte de esta alumna de preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha generado una ola de indignación entre las jóvenes: ...
El rostro de la estudiante Sofía Morales ha ocupado este miércoles el Paseo de la Reforma, en Ciudad de México. La adolescente, de 17 años, falleció el pasado viernes tras ingerir una bebida en un bar de la colonia Doctores, en el centro de la capital. Otra de sus amigas también resultó intoxicada en el mismo lugar y estuvo hasta el martes ingresada en el hospital. La muerte de esta alumna de preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha generado una ola de indignación entre las jóvenes: “Ya no podemos sentirnos seguras en ningún lugar”, apunta su compañera Nahomí, que ha participado en una protesta junto a otro centenar de personas. El bar donde ocurrieron los hechos ha sido clausurado mientras la Fiscalía investiga el deceso bajo el protocolo de feminicidio.
Fanny Jacinto espera sentada en un banco de piedra frente al Ángel de la Independencia con un ramo de flores blancas en la mano. Se hizo amiga de Sofía Morales en la ONG Techo, donde las dos eran voluntarias. Ahora aguarda al resto de sus compañeras para pedir justicia por su muerte. “Es muy indignante. Era su primera fiesta. Pudimos haber sido cualquiera de nosotras”, dice la adolescente.
Morales era alumna de la Preparatoria 4 Vidal Castañeda y Najera de la UNAM. Con buenas calificaciones, quería entrar a la universidad para estudiar Artes. El pasado viernes tuvo su fiesta de graduación para festejar el fin de las clases. Fue en el bar Marvelous, ubicado en un margen de la avenida Cuauhtémoc, que separa la colonia Roma de la Doctores. En un momento de la noche, Morales y una de sus amigas cayeron desmayadas después de ingerir una bebida. Dos compañeras llamaron a la ambulancia y las acompañaron hasta el hospital más cercano. Morales llegó al centro médico sin signos vitales. La otra adolescente —de quien no ha trascendido la identidad— ingresó en estado de gravedad, pero recibió el alta ayer tras encontrarse ya fuera de peligro.
La muerte ha dejado en shock a las estudiantes más jóvenes. Todas tienen su fiesta de fin de la preparatoria en estos días y la incertidumbre lo ha ocupado todo. Hace tres semanas, otra estudiante de 15 años fue presuntamente intoxicada y sufrió abusos sexuales en la escuela preparatoria del Instituto Politécnico Nacional. “En ningún lugar estamos seguras. Ya desconfiamos de todo, tampoco podemos confiar en nuestro círculo cercano”, apunta Sofía Montalbo, de 17 años, de la Preparatoria 8. “Genera mucho miedo, porque no puedes tener la certeza de que vas a regresar a casa”, dice Renata Flores, de 16 años, que ha venido acompañada de sus hermanas mayores. “¿Qué tanto les querían hacer para drogarlas a todas?”, se pregunta Andrea Flores, de 23 años.
De Sofía Morales dicen sus amigas que era una gran patinadora, valiente y guerrera, que quería ser diseñadora. Esta mañana han repartido sus ilustraciones de mujeres luchando por la avenida más emblemática de la capital. En círculos y preocupadas, las adolescentes preguntan: “Si no lo hacemos por ella, ¿quién lo va a hacer cuando nos pase a nosotras?”.
La Fiscalía de Ciudad de México ha iniciado ya las investigaciones y ha tomado declaración a los primeros testigos, confirma a EL PAÍS Jorge Morales, hermano de Sofía. La familia todavía no conoce los resultados de la autopsia. “Nada me va a regresar a mi hermana, ni a mi papá su hija, pero esto es lo que ella hubiera querido”, dice el joven, de 23 años, entero y amable, sobre la protesta. “Sofi siempre fue muy activista, feminista. Tenía miedo de que no se oyera su voz y ahora está gritando más que nunca”.
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