López Obrador apuntala su política de subsidios ante la escalada en los precios del petróleo

Analistas apuntan a que el costo para el erario para mantener el precio de las gasolinas en México podría ascender a más de 200.000 millones de pesos

Una gasolinería en Ciudad de México.Victoria Valtierra (Victoria Valtierra)

El precio de la gasolina en México ha entrado en el terreno de la política. El Gobierno de López Obrador ha esbozado por todo que el precio de los distintos tipos de gasolinas en el país se mantendrán gracias a su estrategia de subsidios, a pesar de la escalada internacional en las cotizaciones internacionales del crudo, que ronda los 100 dólares por barril. “La autosuficiencia energética será una realidad y seguirán sin aumento los pr...

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El precio de la gasolina en México ha entrado en el terreno de la política. El Gobierno de López Obrador ha esbozado por todo que el precio de los distintos tipos de gasolinas en el país se mantendrán gracias a su estrategia de subsidios, a pesar de la escalada internacional en las cotizaciones internacionales del crudo, que ronda los 100 dólares por barril. “La autosuficiencia energética será una realidad y seguirán sin aumento los precios de las gasolinas y del diésel” ha escrito el mandatario en su cuenta de Twitter este martes junto a una foto donde aparece escoltado por su gabinete energético, entre los que figuraban la secretaria de Energía, Rocío Nahle y el director de Pemex, Octavio Romero, además de los jefes de las principales refinerías. Mientras, analistas cuestionan que esta medida en un año de elecciones y en plena discusión de una reforma energética abra un boquete millonario que implique más deuda y recortes a programas prioritarios en detrimento para el país.

La ofensiva rusa en Ucrania ha impactado los precios internacionales del petróleo, lo que ha incrementado el precio de los combustibles a nivel mundial, pero para evitar un llamado gasolinazo en México, la Administración de López Obrador ha tomado medidas desde febrero pasado para que el precio de las gasolinas no aumente más allá de la inflación. A partir de marzo, el Gobierno ha renunciado a cobrar el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) y la Secretaría de Hacienda, además, autorizó un estímulo fiscal adicional. En la Ciudad de México el combustible se cotiza esta semana en un rango de 22 a 24,5 pesos por litro.

Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, advierte del riesgo de estas medidas para las finanzas públicas. “Hay un fuerte incentivo para que el Gobierno incurra en este gasto porque son las elecciones, están en juego varias gubernaturas en donde Morena tiene un fuerte interés en ganarlas y no hay ningún sector económico tan delicado como el precio de la gasolina en México. El Gobierno sabe que si se aumentan los precios de las gasolinas va a quedar mal con los votantes más difíciles, que son la clase media, que son los votantes más complicados de convencer”, refiere

Campos hace hincapié en que el mantener bajos los precios de las gasolinas a través de subsidios es una “populismo fiscal”. Añadió que, en 2020, con precios del petróleo por los suelos, la Secretaría de Hacienda no otorgó prácticamente ningún estímulo, es decir, se cobró el impuesto en su totalidad a pesar de la grave situación económica que ocasionó en los hogares y empresas la pandemia, pero la gran diferencia era que no era año electoral.

El Gobierno espera compensar la pérdida de ingresos por los estímulos al IEPS con los excedentes que el aumento del precio del barril le dejará a Pemex gracias a la exportación. Sin embargo, Campos refiere que esto dependerá de muchos factores internacionales, aunado a los factores internos de poco crecimiento económico que ya se vislumbraban en México.

Héctor Villarreal, profesor e investigador del Tec de Monterrey, calcula que el subsidio a las gasolinas podrá rondar los 200.000 millones de pesos hacia el verano, cuando se espera que los precios de los combustibles se estabilice un poco más. “Esta no es una decisión muy racional en lo económico. Para el presidente, desde sus tiempos como candidato de la oposición los gasolinazos eran uno de sus arietes de campaña, más aún, hay que recordar que en México se está discutiendo una reforma eléctrica que tiene la narrativa de que ‘nosotros (el Gobierno) manejamos el sector energético de manera diferente”, señala Villarreal.

El académico advierte de que es una maniobra muy peligrosa en lo fiscal en un país que históricamente tiene un margen de recaudación muy bajo, lo que puede llevar a un endeudamiento para 2023. Desde su parecer, Villarreal sugiere un incremento informado y administrado en el precio de los combustibles. “A nadie le gustan los aumentos en gasolina, menos en un entorno de inflación, pero no es de a gratis, estos tipos de subsidios pueden resultar muy costosos y también pueden resultar muy regresivos”, concluye.

López Obrador ha tomado su política de subsidios de la gasolina como una nueva bandera en su cruzada contra el neoliberalismo y a favor de su llamada soberanía energética en pleno año electoral. Desde Palacio Nacional, el Ejecutivo ha pregonado que en España y en Estados Unidos los precios de los combustibles están por los cielos. Todo esto, de cara a un entorno de precios del crudo internacional ronda los 100 dólares, mientras que su gabinete energético se atrinchera y hace cifras para conjurar a toda costa la palabra “gasolinazo”.

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